¿El amor te puede salvar?
Furihata entró después de despedirse tímidamente del emperador, en donde estaba su pareja jugando Shogi muy concentrado, no quiso interrumpirlo porque se veía muy serio mientras hacía cada jugada. Sin embargo Akashi dejo el juego y se acercó a Furihata.
— ¿Vienes de hablar con mi padre? ¿Te trato bien? Porque si no es así puedo hablar con él.
El chihuahua negó pero el ceño fruncido de Akashi le hacía preocuparse, le daba la impresión de que estaba molesto por algo. Quizás había hecho algo malo que lo había hecho enfadarse.
— El me trato bien. —Trago saliva porque la mirada más intensa del pelirrojo le producía miedo—Perdón A-Akashi-san.
Sin embargo el mencionado solo se acercó silenciosamente a él haciendo que sin querer Furi retrocediera.
—No huyas— Arrinconó al chihuahua para poder olerlo bien. Algo de eso no le gustaba, su olor era diferente. Ese olor a perfume no le venía con el delicioso aroma natural que provenía de Furihata. —No has hecho nada malo, no te asustes ¿Quién te puso ese perfume?
—Reo Mibuchi...pensó seguramente que olería bien con él para presentarme con Masaomi... ¡Digo! ¡Con el emperador! —Se sobresaltó al darse cuenta que rápidamente agarraba confianza y eso podía ser molesto para Seijūrō.
—A mi padre ya lo llamas por su nombre y a mí me sigues diciendo Akashi-san, eso no es justo Kōki. Di mi nombre.
Levantó las orejas de chihuahua un poco curioso ¿Acaso Seijūrō estaba celoso? No lo creía posible.
—Seijūrō. —Le había dado algo de timidez, pero lo había dicho sin problemas por suerte, otras veces le habría salido mal dicho o con rapidez.
—Así me gusta. —Volvió a olerlo, seguía sin gustarle el perfume que le había puesto el panda—Vamos, quiero que me acompañes. —le ofreció su mano a Furihata quien la tomó casi con cuidado y que Akashi tomó firme y seguro.
Con cuidado abrió la puerta que daba al patio del palacio. Era un lugar grande y con muchos árboles, estarían tranquilos un par de horas. Lo condujo con tranquilidad a través de este mientras el chihuahua parecía asombrado de que el jardín de los emperadores podía ser tan enorme, era muy hermoso también y no podía estar a cada momento formando sus labios en una sincera "O" cuando pasaban por parajes llenos de lindas flores y árboles. Akashi amablemente le contestaba cuales eran las flores que más le gustaba e incluso algunas de sus propiedades a lo que Furi escuchaba con real interés moviendo la colita de chihuahua.
Lo llevó hasta un pequeño lago que parecía de aguas termales.
—Quiero que te des un baño Kōki...
—Pero ya me bañe Aka...digo Seijūrō...
—Hazlo Kōki. —Ordeno y Furi no pudo negarse a la petición, solo que no sabía si estaba bien desnudarse frente a él, pero lo hizo. Era algo vergonzoso, pero trato de meterse al agua para que no le viese tanto bañándose como el pelirrojo quería. Seijūrō también se metió en el agua y se acercó a Furihata para tratar de quitarle un poco ese olor que no le gustaba aplicándole mucha agua en las zonas que más tenía. Kōki siente la cara caliente cuando Akashi le limpia, el futuro emperador comparado con él tenía una piel blanquita y unos músculos bien formados a pesar de su edad, se nota que hacía mucho ejercicio. Además los labios del futuro emperador eran bastante bonitos. No supo cuánto estuvo simplemente mirándolo fascinado, pero parece que Seijūrō se había aburrido porque se separó de pronto de él.
— ¿Hice algo malo?
—Nada de eso, solo vístete —El emperador se empezó a secar con unas toallas que había traído a escondidas y a vestir pasándole una toalla a Kōki para que se secara. —Solo dile a la próxima a Reo que no te ponga ese perfume, no me gusta.
Furihata comprendió que simplemente le había sacado el olor del perfume que le había colocado el panda ¿Acaso lo hacía oler mal? ¿Era desagradable para él? Se secó por su parte y se vistió, parecía que al revés de las emociones que había provocado ver su piel, en Seijūrō parecía no producía nada ver a Furihata desnudo, no sabía si eso era bueno o malo.
—Lo haré emperador. —Suspiró. Era verdad que le habían escogido pero quería ser al menos alguien del gusto de quien lo escogía. Tal vez solo era alguien cualquiera y cualquiera podría tomar su lugar.
El león le hizo de nuevo tomar su mano mientras lo conducía al salón. Kōki estaba un poco preocupado ¿Realmente podría lidiar con no ser del gusto del futuro emperador?
—Kōki. —Akashi de pronto le hizo sacarse la ropa de pronto, pero no toda, sino la de más arriba mientras le ponía parte de su propia ropa encima. —Ponte el haori, quiero que lleves parte de mi olor, recuerda que eres mi Omega de ahora en adelante.
—Pero...—Obediente se pone la chaqueta que formaba parte del kimono masculino de Akashi— ¿No me irán a regañar si me ven con tu ropa puesta A...quiero decir Seijūrō?
—Yo llevaré la tuya Kōki, es mejor que nuestros aromas estén empezando a reconocerse, pues sino otro Alfa querrá marcarte.
Comprendió y asintió, entonces Akashi ya le estaba dejando su marca de alguna manera. Ambos solo se miraron por un instante, a Kōki le hacía sentir extraño que Seijūrō quisiera usar su ropa y viceversa. Eso veía en parejas de Alfa y Omegas más grandes, pero no a la edad de ellos, aún no se solía desarrollar a su edad esas características de reconocerse por el olor o al menos eso creía.
—Dime Kōki ¿Aún estás en contra de que seas mío?
—No exactamente, pero ¿Por qué yo?
—Eres el indicado, no puedo equivocarme...
— ¿Aunque eso significa que pueda morir?—Lo miro a los ojos desafiante como la primera vez.
—Tú no vas a morir Kōki, me aseguraré de ello. —Su voz no admitía objeciones, era firme y segura en sus convicciones que hicieron que Furi no pudiera negarle de ningún modo.
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Aunque se lo aseguró Furihata estando en casa no podía confiar en sus palabras, quizás solo quería tranquilizarlo. Cerró los ojos y olió la ropa de Akashi, olía bien, demasiado bien para su gusto. Ese aroma salvaje pero dulce a la vez como un fruto delicioso. Su cuerpo lo sentía cada vez más ardiente y no supo cuándo se empezó a tocar solo con oler su ropa.
—Seijūrō~
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You are my destiny
FanfictionEl clan híbrido (mitad animal y humano) de los leones Akashi siempre a mantenido el control del imperio, ellos siempre a los 13 años escogen una pareja y se casan con ella cuando son emperadores a los 19 años. Luego de darles el primer heredero los...