Ya sé lo que preguntaran ¿Otra historia? ¿Y las actualizaciones? Las haré creanme esta será una historia creo yo relativamente corta o al menos los capítulos serán cortitos.
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¿Las historias de amor existían?
Era algo que Akashi Seijūrō dudaba, puesto que en su familia la manera de emparejarse para continuar con el imperio de su clan era sumamente brutal e impuesta por el miedo hacia los otros. La raza híbrida de los leones siempre elegía a los cuales tendría su descendencia claro, en ese punto siempre podían elegir de compañero para tener al próximo futuro emperador y que cuando asimilara el poder cuando cumpliera los 19 años podía casarse con este. Sin embargo había un requisito fundamental después de que el nuevo emperador asumiera el poder, tenía que engendrar un hijo con su pareja y luego de que diera a luz matarla devorándola y si su pareja no fuera fértil también debía devorarla. No había punto de inflexión con respecto a esa tradición. Se hacía solo para demostrar que los híbridos leones dominaban sobre las otras clases de híbridos.
Obviamente ha habido revoluciones de híbridos contra los leones, sobre todo por parte de las hienas quienes siempre se han considerado enemigos naturales del león. Sin embargo los Akashi han logrado mantener a raya a tiempo siempre a cualquier sublevado también devorándolo.
Hacía mucho que no había ninguna revuelta, casi siempre se hacía cuando un hijo de los Akashi elegía a quien sería la persona digna de tener a sus hijos. Y eso era a la edad que tenía Seijūrō en ese instante: 13 años
El joven sabía que no podía pedir mucho, tampoco quería elegir a nadie con quien pudiera encariñarse mucho, solo elegiría a cualquiera y ya. Tenía que elegir a su futuro esposo temporal entre muchos niños que también tenían orejas y cola de animal como él y que ojalá fueran de genes menos fuertes que el suyo, pues también se debía matar al hijo.
Odiaba la jerarquía brutal de su familia, recuerda la mirada que aunque autoritaria de su padre siempre parecía tener un semblante triste, solitario, con un gran vacío dentro de su alma. Este tipo de leyes eran un asco.
Terminó su baño que Reo Mibuchi (un híbrido panda que era mayor que él) le había recomendado darse antes de la ceremonia donde se conocería a su pareja. Suspiro y tomo su ropa correspondiente a tal ceremonia un precioso atuendo digno de un emperador que tenía un hermoso decorado con blanco y rojo, su padre insistía que el color blanco era el color de la perfección y un Akashi siempre debía de ser perfecto.
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Furihata no quería irse de casa, del lugar donde había sido feliz por tanto tiempo, lloraba porque su mamá quería esconderlo y llevárselo lejos, no se iba a arriesgar a que su pequeño cachorro fuera a ser comido por esa barbárica especie que eran los malditos emperadores leones, lo cual era difícil. Un reinado abarcaba un terreno bastante grande, pero un imperio era el que reinaba sobre los reinados, en resumen; algo muy superior.
Era muy común también que las madres escondieran a sus hijos de ser las parejas de los leones, por ende siempre se llevaban a cabo "cacerías" para atrapar a los fugitivos de no cumplir las leyes dictatoriales de su raza. La ley sí o sí debía de cumplirse y no habría quien escapara de ello.
Por mucho que no lo merecieran ninguno de los dos, por mucho que Furihata y su madre simplemente quisieran vivir en paz no podrían.
Ambos fueron encontrados y atrapados justo en la frontera saliendo hacia un río bastante grande. Furihata fue separado forzosamente de su madre a quien solo pudo verla por última vez mientras las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas.
Solo rogaba que no la hubiesen matado, pero lo dudaba. Fue metido con otros niños en un transporte que los llevó más pronto que tarde a un baño general (porque no iban a dejar que unos mocosos se presentaran sucios ante el emperador claro que no) les entregaron ropas que fueran adecuadas y los pusieron en fila, eligiendo a las razas que parecieran de animales más débiles que un león para que estuvieran al frente, por suerte Furi a pesar de eso había quedado medio oculto entre la tercera fila pudiendo llorar un poco más el no poder ver a su madre. Aunque tal vez si no lo elegían podía regresar con ella, al menos le gustaría conservar un poco la esperanza.
Apareció el joven emperador quien tenía una mirada apagada y se notaba que tampoco estaba cómodo en aquel lugar, la mayoría de los niños que estaban ahí lo miraban con miedo absoluto, tanto de su mirada, como lo que podía llegar a hacer simplemente con una señal de sus dedos al estar inconforme con algo.
El león paseo y observó detenidamente a todos, pues sus ojos tenían una buena habilidad de percibir incluso cosas que otros híbridos carecían, algunos incluso los olio para detectar si eran Alfas u Omegas, pues la mayoría de los adultos no podían detectar realmente a esa edad de que era cada uno. Ningún niño le atraía en especial, aunque ese que se tapaba la cara tenía un leve olor a algo que le traía un buen recuerdo, le gustaba ese aroma. Era cálido, aunque húmedo debido a lo salado de sus lágrimas.
No quería escoger a ese chico, porque tendría que comérselo, pero no quería que otro se quedase con él. Odiaba en verdad tener que hacer lo que haría a continuación.
—El chico chihuahua que está en la tercera fila.
Furihata no creyó que le hablaban a él, así que se hizo el tonto en un primer momento, pero fue obligado a mostrarse adelante por un soldado quien le apartó con brusquedad los brazos de la cara. Temblaba por miedo, pero también por el enojo con el destino por ser sumamente injusto.
Seijūrō por fin pudo ver su cara y aquellos ojos de color café oscuro intenso que con el brillo de sus lágrimas parecían una hermosa piedra oscura. Sin embargo la mirada del cachorro era de rabia, de frustración absoluta.
Y aún así el león quedó capturado ante esa mirada.
— ¿Cuál es tu nombre cachorro?
—Furihata Kōki.
Akashi lo tomo suave del mentón obligándole suavemente a verle a los ojos, olía aún mejor de cerca y el olor fuerte de sus emociones también le gustaba. Definitivamente no podía dejar que otro se lo quedara.
—Vas a ser mío. Vas a tener a mis cachorros Kōki.
—No quiero.
—No es como si tuvieses otra elección—Hablo con voz firme el joven futuro emperador. —Simplemente estás atado a lo que yo diga y eso es lo que pasará.
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You are my destiny
FanfictionEl clan híbrido (mitad animal y humano) de los leones Akashi siempre a mantenido el control del imperio, ellos siempre a los 13 años escogen una pareja y se casan con ella cuando son emperadores a los 19 años. Luego de darles el primer heredero los...