No había que decirlo: Algo se rompió dentro de aquella habitación. Algo no físico en realidad. Sino en la relación de Furihata y Akashi en ese instante. Un silencio incomodo inundaba el espacio, un dolor que no se veía golpeaba insistentemente a ambos.
—Perdón. Pero Akashi-san me prometió algo y ahora me dice otra cosa muy diferente ¿Por qué me miente? —Apretó los puños furibundo mirando a quien era el emperador quien aún se tocaba la mejilla como si aún no lograra entender que era Furihata el que le había golpeado hacía solo unos instantes.
—Mi yo más instintivo se apoderó de mí, Kōki. —Aunque ni él en verdad sabía que tenía una personalidad como esa hasta ahora. Se seguía tocando la mejilla solo porque le había impactado que su pareja hiciera en verdad algo similar.
—Pues solo sé que usted me quiso hacer daño Akashi-san y a mis amigos.
—Ellos me provocaron.
A Furihata no le valía esa excusa tan pobre para lo que hizo. Estaba realmente furioso por lo que había pasado, si no lo hubiera detenido sus amigos habrían muerto.
—Por favor Akashi-san, si realmente su único deseo es devorarme hágalo. Pero no me prometa cosas que no cumplirá.
Se aguantó todas sus ganas de llorar en ese momento. No le daría el gusto al emperador de que por ser un híbrido chihuahua lo humille de esa manera como se le dé la gana.
—Kōki.
—Yo, en verdad creí en ti. Pensé que realmente la historia de los leones podría ser diferente. Pensé en verdad que yo era importante para...—Negó. —Me iré a casa.
Seijūrō miro a Kōki y ahogó un suspiro. Tenía ganas de decirle que se quedara y hablasen bien las cosas ¿Pero de que iban a hablar? Ni siquiera él entendía bien lo que ocurrió en ese instante. Era como si otra persona hubiese ocupado su cuerpo en ese instante. Una persona egoísta que solo hace lo que quiere y que todos deben de obedecer ciegamente. Y esa era la persona que rompió la promesa de proteger a su prometido, no él.
Lo último que vio fueron los ojos adoloridos de su prometido y parte de su espalda antes de que este cerrara la puerta y se alejara de allí. Akashi se sentía horrible, traicionó sin querer a la persona que le atraía, con la que casi se enlazaba si no hubiese sido por su padre.
No pudo sino abrazar sus piernas y enterrar su cara en los brazos deslizando lagrimas adoloridas. Lágrimas de confusión de algo que no podía comprender, del dolor que había provocado en Furihata.
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Furihata se encerró varios días, sin querer ver a nadie. Solo quería estar solo. Quería olvidar algún sentimiento que estuviese surgiendo en su pecho, cualquier cosa borrarla, desaparecerla. Como odiaba al emperador.
Lo odiaba por confundirlo de esta manera tan horrible.
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Luego de dos semanas se llevaron casi a la fuerza a Furihata a la casa de Akashi. La verdad es que no quería verlo en la vida pero si lo tenía que ver que lo arrastraran. Él no iba a ir por sus propios medios, lo odiaba completamente. No volvería a creer en ninguna de sus mentiras.
— ¿Qué te pasa chihuahua?—Hablo Reo Mibuchi quien estaba ordenando el cabello y la ropa de Furi antes de que éste viese al emperador. —Traes realmente una cara espantosa. A Sei-chan no le gustan las caras feas.
Furi no respondió, solo suspiró dejándose hacer, no quería nada de la vida, ni de nadie en particular.
Cuando este último fue llevado a la habitación del emperador, este estaba de espaldas. Kōki no emitió ningún sonido en particular para no llamar la atención. Mejor era si el león le ignoraba, pero para su desgracia Akashi si lo noto por su olor característico y se volvió.
Tenía un ojo color dorado, como esa vez.
—Kōki. —Había algo en el emperador con ese ojo dorado que le causaba miedo. Aún así no sería tan dócil para este. Seguía mostrándose visiblemente molesto para que Akashi lo notara. Sin embargo este sonrió con arrogancia como si le gustara la expresión que ponía Furihata en ese momento. — ¿No estás mostrando demasiado atrevimiento hacia mi mostrándote de esa manera? Parece como si me estuvieses retando. Me enfrentaste e hiciste lo que quisiste aquella otra vez. Eres un Omega bastante atrevido siendo simplemente un chihuahua.
—Usted simplemente no vale la pena. —Lo dijo con rabia contenida sin mirarlo.
Akashi nuevamente volvió a curvar sus labios en una sonrisa torcida y lo tomó del mentón para que lo viese a los ojos penetrantes que poseía y que hacían a Furi temerle.
—Eres mío Kōki, te guste o no las cosas se harán a mi modo.—Te odio...
—Deja de retrasar lo inevitable. Muéstrame tu piel.
Furihata sintió una oleada de miedo cuando escucho eso, pero obedeció quitándose la ropa. Si Akashi lo iba a matar ahora que lo hiciera de una vez.
El león se acercó mucho a Kōki, quien temblaba asustado cuando ya estuvo desnudo y a su merced. El chihuahua era olido por completo por el emperador de manera muy atrevida por todos lados haciendo que se sintiera algo apenado, incluso algo excitado.
—Eres solo mío—Le susurró al oído y su cuello fue lamido haciendo que tuviera un gemido ahogado. Debería tener miedo pero solo estaba muy excitado en ese momento. —No quiero que esos "amigos" tuyos estén cerca de ti...
—Solo devórame...—Pidió no queriendo sentir estos sentimientos que tenía por el emperador.
—Pensé que las ganas que tenía anteriormente eran de devorarte...—Besó su cuello y lo chupó en diferentes sitios. Furihata ahogaba cualquier sonido que quisiera salir de su boca—Pero me doy cuenta que solo quiero poseerte.
—No, no mienta. —Akashi puso a Furi en cuatro y se puso detrás de él, antes de que este último preguntara, le levantaron su cola de chihuahua y fue lamido en su pequeño agujero, haciendo que se sensibilizara con las lamidas. Su pene de Omega fue creciendo y su agujero empezó a secretar líquido: Había entrado en celo solo con la lengua húmeda del león.
Esto era malo, muy malo. No quería acostarse con ese Alfa, no en ese momento.Pero su cuerpo parecía caliente a cada lamida que le daba el emperador.
—Esto es peor de lo que pensé...—Akashi dejó de lamerlo y Furihata se quiso apartar al pensar en que lo penetraría. Pero fue tomado firme de la cintura. —Quédate quieto.
—No quiero hacerlo, por favor.
El emperador lo soltó un momento y Furi se apartó rápidamente. Su cuerpo estaba caliente y jadeante, aquel cuerpo híbrido y sus hormonas si querían tener a Akashi en su interior casi con desesperación, pero su corazón no quería ser destrozado de nuevo.
— Te lo repito en caso de que no me entiendas: La única forma en que podría "devorarte"Kōki es haciéndote mío. No me apetece comerte como un alimento como creía. —Akashi seguía teniendo el ojo dorado pero no parecía tan arrogante sino una mirada incluso con enfado. No era enfado con el chihuahua sino consigo mismo. —Tu olor provoca demasiado en mí. Me provoca matar a cualquiera que se te acerque no importando quien sea. Los celos que me dan que alguien te conozca más que yo,que alguien te quiera proteger más que yo. Odio a esas personas, odio a cualquiera que esté cerca de ti Kōki.
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You are my destiny
FanfictionEl clan híbrido (mitad animal y humano) de los leones Akashi siempre a mantenido el control del imperio, ellos siempre a los 13 años escogen una pareja y se casan con ella cuando son emperadores a los 19 años. Luego de darles el primer heredero los...