Aʟɢᴜ́ɴ Tɪᴘᴏ ᴅᴇ Iɴᴅᴜʟɢᴇɴᴄɪᴀ

15. Desdeñosa frialdad

Ya saben, ando awitada así que cap del sonic sad :)

Advertencia. Tema sensible, se recomienda discresión.

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Capítulo Quince
"Desdeñosa frialdad..."

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Tenía 2 horas ahí metido y ya estaba comenzando a sentirse mareado; el aroma a alcohol y cigarrillos entremezclados con otros fluidos a la par de las luces y la música lo asqueaban.

—Mierda Blue—Scourge ya estaba más que ebrio, podía notarlo porque arrastraba las palabras—Tienes... tienes que probarlo–.

Sobre la mesa yacía ese pequeño paquetín con un polvo tentadoramente verde y brillante.

—No... ya no le hago a eso...—

Se sentía tentado, no iba a negar que la idea le cruzaba por la mente. Lo sentía quemando su interior y deseando que aquel polvo entrase en su interior.

Pero no...

No podía ni debía permitirse tal acción, no si quería ser alguien mejor.

A su izquierda Jet fumaba un cigarrillo y coqueteaba con una de las camareras en tanto Scourge estaba demasiado concentrado en snifar aquella sustancia.

A nadie parecía tomarle por sorpresa; nadie se escandalizaba.

Donde quiera que dirigiese la mirada había acciones moralmente cuestionables. Gente drogándose, algunos otros aprovechando lugares oscuros para fornicar y otros tantos bebiendo su peso en alcohol.

—Debes irte de aquí Maurice—se reprendió a si mismo mientras la ansiedad le calaba los huesos.

De pie y a paso torpe se alejo de aquella mesa en tanto la voz de Scourge se fundía con la música y le gritaba que si a donde carajos de largaba.

Se abrió paso por entre la pista de baile dispuesto a beber otro vaso de jugo y marcharse a su hogar.

Ya había tenido suficiente por hoy...

La música tecno le producía una sensación agridulce en su interior. Era pegajosa y en otra época no habría dudado en bailar; pero ahora...

Algunas chicas se acercaron; movían sus cuerpos y se frotaban contra él en un intento de seducirlo.

Luchar contra la tentación era difícil...

Se mordió el labio inferior y trató de apartarse, pero una de ellas incluso se atrevió a acariciarle el miembro por encima de la tela de sus pantalones.

No iba a negarse...

Se sentía tan bien.

—Dámelo todo, cariño—siseó aquella chica antes de plantarle un beso en los labios.

Ese beso sabía tan pasionalmente genial...

Ella le tocaba al ritmo de la música y de algún modo todo pareció dejar de importar. Sentía las manos traviesas de la joven juguetear con la cremallera de su pantalón mientras que sus dientes dejaban pequeñas mordidas por su cuello.

Se sentía tan bien...

Incluso su mano estaba luchando por no tocar...

—Vamos  a un lugar más privado, primor—le dijo al oído y lo arrastro fuera de la pista.