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Baji frenó en seco haciendo que tu también te detuvieras para verificar que todo estuviera bien, bajo un pie del pedal y te observo fijamente antes de hablar.

— Eres preciosa ¿lo sabes?

— Baji...

El nombrado soltó una pequeña sonrisa al notar tus mejillas algo sonrojadas, acercó su cuerpo hacia a ti y depositó un pequeño beso en tu nariz. Aquella acción hizo que rieras nerviosamente, aún no estabas acostumbrada a los gestos amorosos de él.

Pero eran lindos, te hacían sentir bien.

— Voy a llegar antes que tú por distraído — volviste a tomar la postura para seguir andando en la bicicleta, se les ocurrió que era buena idea ir hasta la playa en ella — Y me deberás mucho zaru soba.

— Puedo darte lo que tu quieras — giró a verte de forma coqueta mientras sostenía con fuerza de las manillas — Pero yo llegaré antes que tú.

Antes de que pudieras hablar, Baji avanzó con velocidad en la bicicleta. Una carcajada salió de tu boca y comenzaste a andar para tratar de seguirlo, pero sin esforzarte tanto para no agitarte de más.

Tu corazón comenzó a latir deprisa cuando lo escuchaste reír, este giro sobre su hombro para verte y pudiste jurar que en ese momento, esa era la imagen perfecta para tus ojos.

Su cabello se movía al unísono del viento, algunos cuantos mechones tapaban su frente y tenía una pequeña sonrisa en su rostro. Te hacía feliz que el se viera tan feliz.

— VAMOS BOBA.

— ¿BOBA? — frunciste el ceño y volvió a carcajear ante el apodo — Me gustas pero no dudaría en aventarte de la bicicleta.

Baji aumentó la velocidad cuando observo la orilla de la playa, en ese momento te rendiste y maldeciste entre dientes al notar que se aprovechaba de tu torpeza y tu miedo.

Podías andar en bicicleta y en skate, pero siempre tenías el miedo de agitarte de más y qué tal vez te faltara el aire en ese momento, no podrías recibir ayuda y morirías.

'Que pensamientos tengo...'

Baji dejó caer la bicicleta cuando ya estaba cerca de la orilla, giró a verte y retiró sus zapatos para que estos no se llenaran de arena.

Apretaste el freno cuando finalmente habías llegado, exhalaste con fuerza y regañaste a Baji en alto por hacerte ir demasiado rápido, este solo rio y comenzó a caminar hacia el mar.

Bajaste de la bicicleta y la acomodaste a un lado de la suya, elevaste tus pies para quitar los zapatos y los aventaste para acercarte a él.

Keisuke parecía disfrutar de la playa.

— ¡No está fría! — Baji extendió sus brazos cuando te notó algo insegura — Ven Kiyo.

Oprimiste tus labios para evitar sonreír y te acercaste para tomar las manos de él, de inmediato te quejaste cuando la ola fue hasta tu cuerpo.

— ESTA FRÍA — intentaste salir pero Baji te jalo hacia a él para que no te fueras del agua — Vamos a morir de hipotermia.

— No salgas boba — en un hábil movimiento, Baji dejó sus manos en su cintura y te apego a su cuerpo, haciendo que lo observaras con atención — Se pasara el frío.

— Vas a resfriarte — alzaste tus manos hacia tu rostro y alejaste el cabello que yacía en esa zona debido a la fuerte oleada de viento — Tu madre va a regañarte.

— ¿Tú vas a regañarme?

— También.

— Valdrá la pena el regaño ¿no? — el joven te alejó de su cuerpo y alzó su brazo para que pudieras dar una vuelta sobre tus pies — Tu primera vez bailando en una playa ¿no?

— La primera.

— Y te prometo que serán muchas más.

No pudiste evitar sentir melancolía, cuando nuevamente te topaste con su mirada notaste como temblaba lentamente su boca, como si quisiese llorar en ese momento.

— Kei...

— Aún no termina el baile — te interrumpió antes de que sacaras el tema, abriste tus ojos con sorpresa cuando dio otra vuelta repentina y escuchaste su risa, ya que casi tropiezas y caes al agua — ¿Quieres darme una vuelta tu?

Asentiste con una pequeña sonrisa y alzaste tu brazo para que Baji pudiera dar una vuelta, este se agachó un poco debido a la diferencia de altura y en todo el proceso no dejó de reírse.

— Y ahora, el último paso.

Se agachó levemente y dejó su brazo por detrás de tus muslos para poder cargarte, al hacer esa acción te aferraste a su cuello por miedo a caer al agua.

Dio pequeñas vueltas haciendo levantar el agua, cualquiera que pasara por ahí envidiaría la forma en que sus siluetas se veían en el atardecer.

Recargaste tu cabeza en su hombro cuando dejó de andar en círculos, aferró mas el agarre para que no cayeras y soltó un gran suspiro mientras observo como el sol se estaba escondiendo en el mar.

Te voy amar hasta morir.

— Keisuke...

— ¿Si?

— Quiero quedarme aquí para siempre.

Aquella vez, fue la primera vez que sintieron como si el mundo les perteneciera, como si ustedes dos solo existieran en él.

sad beautiful tragic | baji keisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora