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Finalmente había llegado noviembre.

Observabas con detenimiento los pequeños gatos que estaban detrás del cristal, decidiste que sería gran idea regalarle un gato a Baji por su cumpleaños.

Sabias que al joven le encantaba los gatos, cada que podía rescataba a algunos de las calles y los cuidaba por un tiempo, a medida que crecían los dejaba en una casa de adopción para que pudieran tener una mejor calidad de vida.

Era un ángel.

Y así también, Kiyo no estaría sola.

— Voy a venir por ti — señalaste por el vidrio al pequeño gato amarillo, este se acercó y se restregó en el espejo con ternura — Prometo que te darán mucho amor.

Te paraste y observaste a todos los animales que habían en el, te alegraba que al menos tuvieran un lugar en donde dormir.

Te acercaste hacia el mostrador para confirmar al gato que adoptarías y terminar de llenar el papeleo. La señora te miro y de inmediato se paro de su asiento.

— ¿Puedo venir el 3 de noviembre? — la señora asintió con una sonrisa — Es que es un regalo, me gustaría adoptarlo ese día.

— Claro que si— ella arrancó el papel y te lo entregó — Puedes venir por él, pero no tardes mucho porque se sentirá triste.

— No será así, muchas gracias — sonreíste en forma de despedida y saliste del pequeño local de adopción para dirigirte hacia un nuevo destino.

El hospital.

No habías tenido tiempo de asistir un día antes, todo por la flojera que había en tu cuerpo y también por el miedo de lo que te encontrarías al llegar al lugar, probablemente con noticias que te meterían al quirófano.

Solo había que confiar.

Guardaste la pequeña nota en tu bolsa y comenzaste a caminar mientras disfrutabas el invierno que recién había llegado a la ciudad, en aquel momento solo podías imaginar cómo ibas a disfrutar los días junto a Keisuke.

'Hablando de Keisuke'

Buscaste en tus bolsillos y sacaste el celular para revisar su chat, habías mandado un mensaje de buenas noches anteriormente pero este no fue contestado.

Frunciste ligeramente el ceño e hiciste una mueca pensando en que se había quedado dormido, había dejado de ir a clases y claramente se desvelaría mas de lo normal, haciendo que se despertara mas tarde.

Tú.
hey
¿nos vemos en la noche?
te extraño
<3

Mandaste el mensaje y de inmediato guardaste el teléfono para seguir caminando, pero detuviste en seco cuando observaste el mercado. Debías de comprar premios para Kiyo y algunas frutas para tu merienda.

Maldeciste en bajo y acomodaste mejor la bolsa en tu hombro para meterte en el mercado, odiabas hacer compras, ya que sentías que el dinero se te iba en un dos por tres.

— Fresas... fresas — susurraste mientras veías los grandes refrigeradores — ¿Por qué se esconden tan bien?

Ibas a tomar la manija para sacar una caja de fresas, pero el teléfono comenzó a sonar y lo sacaste con rapidez pensando que era tu amado, pero no.

Era Aiko.

— Kiyomiiiiiiii.

— Aikooooo ¿que sucede?

— ¿Donde estás? — escuchaste un ruido por detrás del teléfono — Ayer quería pasar halloween contigo y no atendiste mis mensajes hasta hoy en la mañana.

sad beautiful tragic | baji keisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora