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Te mirabas en el espejo mientras te mentalizabas a ti misma, cerraste los ojos e inhalaste y exhalaste para tranquilizar tu respiración.

'Si veo a Baji, voy a hablarle'

— ¿Que haces? — Aiko te miro con extrañes desde la puerta del baño — ¿Estás invocando a tu novio?

— No es mi novio, idiota — sacaste de tu bolsillo tu pastillero y tomaste el medicamento correspondiente al día — Solo se presentó conmigo.

— ¿Y como sabía tu nombre?

Elevaste los hombros sin algún interés y colgaste el bolsillo para salir del baño, las clases habían acabado y tocaban las paraescolares, pero tú no asistías gracias a tus problemas.

— Te veo luego — le sonreíste a tu amiga y ella camino hacia el lado contrario, cruzaste tus brazos y comenzaste a dirigirte hacia la salida.

Tenias que admitir que deseabas mucho participar en todas esas actividades; correr, saltar, conocer el concepto de la adrenalina en tu corazón.

Pero esa no era tu realidad.

— Baji-san... Baji mira — Chifuyu miraba tu silueta por la ventana — Es la chica skate.

— ¿Chica skate? — Baji alzó su cabeza para mirar y se quedó callado cuando te miro — Es Kiyomi.

— ¿No vas a hablarle?

Baji se quedó en silencio unos cuantos segundos y negó su cabeza algo avergonzado, tampoco quería ser tan insistente con su presencia.

Chifuyu achinó sus ojos y se paró del banco, si no lo hacía Baji, lo haría él.

— ¡KIYOMI! — Chifuyu gritó y se tumbó en el suelo para que solo vieras a Baji, este abrió sus ojos con enojo y pateo la espalda de su amigo maldiciéndolo en bajo.

— ¿Baji? — te paraste de puntitas y este se asomó por la ventana como si nada, Chifuyu estaba en el piso quejándose del dolor en su espalda.

— Hey — miraste a tus dos lados y te acercaste con algo de vergüenza hacia a él — ¿No te quedas a paraescolares?

— No estoy apuntada en ninguno — pusiste tus manos en la bisagra de la ventana mientras observabas al pelinegro — Así que ya voy a casa...

— Baji-san también va a casa — te asustaste cuando viste a Chifuyu asomarse por la ventana — Tal vez deberían de ir juntos.

Los dos se quedaron callados ante la sugerencia de su amigo, carraspeaste un poco y rascaste tu nuca con algo de vergüenza.

'Trágame tierra y escúpeme al lado de su amigo para golpearlo'

— Si, si — miraste a Baji cuando hablo con toda la seguridad — ¿Puedo acompañarte a casa?

Parpadeaste unas cuantas veces y asentiste oprimiendo tus labios, decidiste callar ya que estabas segura de que te trabarías al hablar.

Baji te acompañaría a casa.

Baji te acompañaría a casa

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— ¿Me veo tan pésimo?

— Algo — los dos rieron ante tu respuesta a su pregunta — Te hace ver más inteligente.

— ¿Quieres probártelos? — se sacó los lentes y se inclinó para ponerlo en tu rostro — Te quedan bien.

— ¿Si? — bajaste tu mirada con una sonrisa en tu rostro — Aunque te quedan mejor a ti...

Baji si había cumplido con llevarte hasta casa, pero tomaron un pequeño desvío en uno de los parques y decidieron sentarse en los columpios para platicar un poco más acerca de ustedes.

— Nunca te había visto en los pasillos — tomaste las cadenas del columpio y empezaste a mecerte lentamente — O tal vez sea muy distraída...

— Ni yo — Baji elevó sus hombros y giró un poco su cuerpo para poder verte — Vamos en salones diferentes después de todo.

— Si...

Ibas a volver a hablar, pero la vibración de tu teléfono te hizo callar y lo sacaste con algo de cansancio. Sabias que era tu madre, pero preferías no contestarle.

— ¿Es tu mamá? — Baji se inclinó un poco para ver la pantalla del teléfono y asentiste — Vamos a casa Kiyo, van a regañarte.

— ¿Kiyo? — miraste como Baji se había puesto de pie y el frunció el ceño, maldiciéndose en bajo porque dijo el apodo que él mismo te había puesto segundos atrás, pero no pensaba compartirlo contigo.

— Bonito apodo ¿no? — el te miro con la característica sonrisa en su rostro — Vamos boba.

— Boba — rechinaste tus dientes y te pusiste de pie para caminar a un lado de él — ¿Puedo decirte bobo yo también?

— No.

— ¿Hah? — te cruzaste de brazos y el apretó sus labios para no reír — ¿Por qué no?

— Puedes decirme Baji — el giro su cabeza para poder observarte — O Keisuke.

— Pero bobo...

— Bobo no — rodaste tus ojos y el rasco su nariz para ocultar la sonrisa que mantenía en su rostro.

El transcurso fue corto hacia a tu hogar, Baji te dejo en la puerta de la misma y se despidió con una sonrisa en su rostro. Esperaste a que se perdiera entre la oscuridad de la noche y por fin entraste a tu hogar con una emoción notoria en tu rostro.

— ¿Quién era él?

Tu madre estaba de pie frente a ti, su ceño estaba levemente fruncido y movía uno de sus pies con nerviosismo.

— Es un amigo — dejaste tus zapatos en la entrada y caminaste hacia tu habitación con todas las intenciones de ignorar a tu madre.

— Kiyomi — bufaste cuando tomó tu brazo impidiendo tu huida — ¿Segura que es solo tu amigo? No parece de la escuela.

— Va en mi mismo año... y si, es mi amigo.

Te soltaste del agarre de tu madre y seguiste tu camino, anhelabas con que ella te diera el apoyo que necesitas, pero no era así, ella nunca te lo daba.

— No te hagas ilusiones con él — paraste en seco al escucharla nuevamente — Sabes porqué.

— ¿Por qué? — giraste sobre tus pies para enfrentarla — ¿Por qué voy a morir en cualquier momento? ¿Por eso?

La expresión del rostro de tu madre cambio totalmente cuando tu boca formuló esa pregunta, pudiste notar como su respiración se agitó de más y abrió ligeramente su boca para volver a hablar, pero antes de que pudiera hacerlo caminaste rápidamente a tu habitación para encerrarte en ella.

Recargaste tu espalda en la puerta y tu cuerpo se deslizo en esta hasta quedar sentada en el suelo, cerraste los ojos para poder reprimir tus lágrimas.

Aquella vez, fue la primera vez que deseaste tener un poco más vida.

sad beautiful tragic | baji keisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora