0.0

4.3K 505 36
                                    

— ¡Opa!

Kiyomi bajo uno de sus pies hacia al suelo para mantener el equilibrio de la skate, llevaba tiempo practicando sobre la tableta, pero aún tenía el miedo de caer en alguna subida o con algún obstáculo que se presentara frente a ella.

La joven soltó un suspiro y elevó su mirada para observar los árboles moverse al unísono del viento. El verano estaba por llegar y aquel se hacía notar gracias al bochorno excesivo.

Era agradable el clima.

Bajo su mirada nuevamente con tranquilidad, pero abrió los ojos con exageración al ver a un pequeño gato parado por enfrente de su camino, nuevamente bajo rápidamente su pie para poder frenar a tiempo y no arrollar al animal. Kiyomi se tambaleó un poco ante el repentino susto ocasionando que resbalara de la skate y cayera al suelo de trasero.

— ¡Mierda! — la joven escuchó una voz desconocida, la cual se estaba acercando cada ve hacia ella — La tiraste, gato malo.

Kiyomi observó con atención la escena que estaba frente a sus ojos, el chico de estatura media se hincó y tomó al pequeño gato para verificar que todo estuviera bien en él y que no tuviera algún rasguño, acto seguido giro a ver a la persona con un pequeño brillo de preocupación.

Sus ojos se conectaron por unos segundos, pero aquel contacto fue suficiente para que Kiyomi contuviera la respiración en sus pulmones y se perdieras en lo bonito que era su rostro.

— Mierda... ¿estás bien? — dejó al gato en el piso y se puso de pie para ofrecer su mano — El gato se me escapó y quería atraparlo... lo siento.

— S-si — la contraria asintió con algo de nerviosismo y tomó su mano aceptando su ayuda — No te preocupes...

Kiyomi sacudió sus rodillas una vez que estuvo parada y giró su cabeza para ver donde había quedado la skate, había salido volando debido al impacto y había quedado a unos cuantos metros adelante de los dos presentes.

Antes de que la joven pudiera acercarse a tomarla, el contrario fue más rápido que ella y se acercó hacia donde se encontraba, tomándola entre sus manos y poniéndola frente a la desconocida.

— Perdón... otra vez — la joven tomó la skate con una risa nerviosa, de alguna forma el ambiente se sentía tenso y no entendía el porqué — Tengo que irme.

El joven tomó al gato con rapidez y se alejó saliendo completamente del radar de Kiyomi. Iba a hablarle para pedirle su nombre pero calló cuando volvió a girar para mirarla con sus ojos brillosos.

— ¡Linda skate!

Kiyomi parpadeo unas cuantas veces cuando le regalo una pequeña sonrisa el desconocido y giró nuevamente para seguir caminando.

Aquella vez, fue la primera vez que se conocieron.

sad beautiful tragic | baji keisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora