Ante las noticias que no eran para nada alentadoras los oficiales reaccionaron con desesperación.-¡Esto es terrible! Hemos perdido a demasiados hombres y la mayor parte de la ciudad capital ya se encuentra en poder del enemigo, además han destruido también nuestros barcos ¿Qué clase de enemigo enfrentamos?-
Se lamentaba Brolow mientras oía las trágicas noticias. A lo que Mártin contestó.
-Aún es demasiado temprano para rendirse.-
Abriéndose paso entre los presentes, Mártin llamó a uno de los mensajeros que habían acudido a reportar.
-Transmita a todos los líderes de división de la guardia real, que se reagrupen en los puestos de vigilancia del segundo distrito, los arqueros deben frenar al enemigo a toda costa.-
-¡Sí señor!-.
Diciendo esto el mensajero salió del lugar. Siguiendo el ejemplo de su camarada el capitán Dolmar se dirigió a otro de los mensajeros.
-Que el cuerpo de ballesteros también se reúna en el muro del segundo distrito y frenen el avance enemigo, que monten barricadas en las calles principales con todo lo que encuentren.-
-Sí señor.-
-¿¡Está aquí el General Adalberto!?-
De pronto un soldado llegó al lugar donde se encontraban los oficiales, solicitando la presencia del general Adalberto, quien contestó de inmediato.
-¿Qué sucede?-
-El Prior Lorias requiere de su presencia en la sala del trono.-
Las cejas del general Adalberto brincaron imperceptiblemente cuando escuchó el mensaje del enviado y entonces respondió.
-Entendido… puedes retirarte.-
Habiendo despedido al enviado, el general Adalberto se giró a Alexander que lo miraba inquisitivamente y le dijo.
-General Alexander, el Prior solicita mi presencia en la sala del trono, quedará usted por ahora al mando de la defensa de la ciudad hasta que yo regrese.-
-Bien...-
Entonces el general Adalberto dejó el salón dejando al resto de oficiales preguntándose que podría estar pasando. Entre tanto, el general Alexander se dirigió a todos los presentes y tomando aire para hablar dijo.
-Ahora procederemos a reagrupar a la guarnición de la fortaleza y defender los muros exteriores del castillo.-
La mirada del general Alexander se posó sobre los capitanes Martin y Dolmar.
-Martin, Dolmar, ustedes acudan a la batalla y dirijan a sus hombres personalmente, resistan todo lo que puedan para que el enemigo no pueda entrar.-
-¡Sí señor!-
Respondiendo al unísono los capitanes dejaron el lugar. Entonces la mirada del general Alexander se dirigió a Miguel Bartolomeo.
-Lord Miguel, usted reúna a sus hombres y proteja a la cuarta princesa y a sus hermanas.-
-¡Sí!-
Tras responder a la orden Miguel se retiró del lugar quedando solamente el capitán Brolow y el general interino Lucatiel. Quienes se acercaron al general Alexander para recibir sus órdenes.
-¿Qué deberíamos hacer nosotros general?-
Preguntó Lucatiel, a lo cual el general respondió.
-Por ahora esperaremos a ver cómo evoluciona la batalla, de ser necesario tú evacuaras al rey y a la familia real por la ruta de escape en los túneles hasta el río.-
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Crónicas de Ultramar Nace un Imperio
FantasíaDespués de una inusual tormenta en el Frente del Pacífico Sur, una flota de la Armada del Imperio Japonés desaparece. Esa flota cuya tripulación se le ordenó invadir la costa oeste de los Estados Unidos, se encontrará ahora con un mundo totalmente n...