A ninguno de los vasallos del rey les había agradado que el señor de la ciudad no saliese a recibirles en persona. Salvo por el rey, que aún se encontraba mentalmente limitado, y por su esposa que no mostró ningún signo de indignación. Era un hecho que aquella dama era fiel a su reputación. No obstante, Lucatiel, Miguel Bartolomeo y el sub-capitán Brolow; mostraban su descontento sin reservas mientras marchaban por los pasillos del castillo, siendo escoltados por el chambelán y el grupo de sirvientes. Por motivos de seguridad y discreción, el rey permaneció en su carruaje siendo escoltado por los mejores soldados de la guardia real.
Mientras tanto, los demás miembros de alto nivel del consejo del rey, incluyendo al ministro del tesoro, se encaminaban por los lúgubres corredores del castillo de Soledad, hacia su encuentro con el señor del dominio de Almena. Era sorprendente como hasta los corredores del castillo eran humildes comparados con otros que ya habían visitado los que seguían al chambelán. Miguel Bartolomeo pensó que ni las fortalezas militares más modestas de Chevron, se podían comparar con aquel lugar.
-Ya hemos llegado mis lores.- Anunció el chambelán mientras abría las puertas que daban paso al salón principal del castillo e instaba a los invitados a pasar al interior. Al final del modesto salón se encontraba el archiduque Adam Nerva, sentado en un poco llamativo trono, con sus pies cruzados despreocupadamente, como si le viniera a poco el decoro y la elegancia. A su lado izquierdo, se encontraban sus dos hermanas menores y a su derecha su esposa, que era acompañada por su pequeña hija.
Los últimos rayos del crepúsculo penetraban al recinto a través de las grandes ventanas y se cernían sobre el lugar dibujando las siluetas de los marcos en el suelo. El grupo entró al salón donde no había ni un solo guardia, solo el archiduque y su familia. El chambelán cerró la puerta tras ellos y quedaron completamente a solas. Entonces sin levantarse de su sitio Adam Nerva recibió a sus invitados con el descaro y la falta de reverencia que le caracterizaban.
-Bienvenidos a mi humilde morada mis lores; espero que disculpen la falta de ceremonia, pero... como habrán notado, mis dominios no son tan prósperos como cabría esperar.-
-Creo que usted debería mostrar algo más de respeto ¿No cree?- Comentó Miguel Bartolomeo.
-Oh... ciertamente, tiene toda la razón mi lord.- Respondió Adam con tono condescendiente y levantándose de su trono se inclinó en una extravagante reverencia casi tocando el suelo con sus largos cabellos.
-¿Mmm...? ¿Pero dónde está el rey? Preguntó lord Adam extrañado mientras levantaba la cabeza. Para sus invitados aquello no era más que una muestra adicional de descaro.
-¡Suficiente de este teatro lord Adam!- Afirmó irritado lord Lucatiel. -Estamos aquí porque nuestro reino está en crisis y buscamos refugio para la familia real.
-¿Crisis?... Preguntó Lucatiuel mostrando sorpresa. Dicha expresión mostraba a leguas ser fingida, pero los presentes que no tenían tiempo que perder en discusiones decidieron seguirle el juego.
-El reino ha sido invadido por una nación extranjera y tenemos que alistar a nuestras fuerzas para defendernos.- Respondió Lucatiel.
-Entiendo... Esas son noticias preocupantes.- Haciendo otra reverencia extravagante y hablando en un tono que sobrepasaba lo ridículo, el noble agregó. -Si ese es el caso, cuentan con todo mi apoyo, mis dominios harán todo lo posible por apoyar a nuestro rey y su ejército, pero...- Mostrando duda, una vez más lord Adam preguntó. -¿Dónde está el rey?-
-Su majestad se encuentra indispuesto por el largo viaje, así que de momento pidió estar a solas.- Respondió Lucatiel sin vacilación. -Entiendo...- Chasqueando los dedos, Adam mandó a llamar a sus criados, los cuales aparecieron en el acto.
![](https://img.wattpad.com/cover/263190268-288-k411947.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Crónicas de Ultramar Nace un Imperio
FantasíaDespués de una inusual tormenta en el Frente del Pacífico Sur, una flota de la Armada del Imperio Japonés desaparece. Esa flota cuya tripulación se le ordenó invadir la costa oeste de los Estados Unidos, se encontrará ahora con un mundo totalmente n...