El Chico más Popular: Mi Novio Falso.

Capítulo 8

-Necesito que me hagas una lista con los números de las empresas que están copiados en la pizarra- le ordenó Amber a un chico de octavo grado perteneciente a la asociación estudiantil.

Aunque yo era oficialmente la líder de la asociación, era como si Amber y yo fuésemos co-jefas. Mi amiga de pelo rosa palo era hija de unos famosos cirujanos, sin embargo, ella no podía ni siquiera ver una gota de sangre sin marearse. A Amber le encantaba la política, quería ingresar en el partido demócrata y convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos mujer, también participaba en el grupo de debate, era casi imposible ganarle y además también era buena organizando eventos, al igual que yo en esto último.

Para la fiesta de Halloween habíamos decidido que cada curso iría de una temática diferente. Los de sexto grado irían de brujas y magos, los de séptimo de zombies, los de octavo de diablos y ángeles, los de novenos de catrinas, los de décimo de payasos malévolos, los alumnos de undécimo de criaturas mágicas de los bosques y mi clase de vampiros.

Teníamos que preparar una lista con los decorativos, presupuesto, luces, alimentación y temática para presentarlo al director y que lo aprobase.

-¿Quién va a redactar el proyecto?- le pregunté a Amber.

Se encogió de brazos.

-Redáctaselo tú, yo se lo entregaré a Laila- dijo pasando su mano derecha por su melena rosa palo.

Nuestra amiga Laila era la sobrina del director, así que solía ir ella para que no pudiese decirle que no. En general, a los padres no les importaba gastar una millonada en la educación de sus hijos para conseguir los mejores profesores, instalaciones y también las mejores fiestas o clubes.

Tras horas trabajando llegó la hora de irse a casa para cenar. Para mi alegría, ya que tenía mucha hambre. Para mi sorpresa cuando salí junto al resto de mis amigas me encontré el coche con el que habían traído, aparcado en frente de la puerta.

-¿Ese es el coche de Frederic King?- preguntó mi amiga Grace sorprendida.

-Eso parece- contesté en estado de shock.

Amber me agarró del brazo.

-¿Estás saliendo con él?- me preguntó medio ordenándome.

-Mañana os diré si sí o si no- le respondí mordiéndome el labio inferior.

Me zafé de su agarré antes de que pudiesen hacer más preguntas y me subí en el asiento trasero del coche donde me esperaba Frederic.

-¿Qué haces aquí?- inquirí curiosa.

-Tendré que ganarme el corazón de tus amigas ¿no? – tanteó- Además, no quiero que vayas por esos barrios tan tarde sola, es peligroso.

Mi corazón se calentó al escuchar esas palabras.

-Esos barrios es donde he crecido- repuse- Pero no me voy a quejar porque aquí no hace tanto frío.

-¿Solo por el frío?- preguntó irónico.

-No soy de las personas que dejan pasar las oportunidades y voy aprovechar esto de tener un novio falso rico- le respondí sonriendo divertida.

La música empezó a sonar mientras el coche arrancaba para llevarme a mi casa. La obra me sonaba mucho. Me parecía recordar haberla escuchado en algún concierto de Grace.

-¿El valse de l'adieu de Chopin?- probé.

Él asintió sonriente.

-¿Quieres ser pianista?- pregunté curiosa, queriendo saber más sobre él.

-No, me encanta tocar el piano, pero realmente me gustaría ser médico- me dijo- Algo que no les gusta mucho a mis padres.

-¿Es por eso qué los odias?

Ellos eran la causa por la que él había aceptado salir conmigo. Por el momento, Frederic me parecía un chico encantador y no sabía realmente porque tenía esa mala relación con ellos. Era una pena, a pesar de que me esmeraba mucho por progresar estaba orgullosa de mi familia y era por ellos y por mí que buscaba mejorar nuestra situación económica.

-Es más complicado- respondió seco.

Parecía ser un tema difícil para él así que cambié de tema rápidamente.

-¿Cómo supiste que mi nombre significa flor?- le pregunté.

-¿Diala significa flor en árabe?- así que no lo sabía.

Asentí.

-No lo sabía, simplemente me pareció un buen apodo para ti, eres tan hermosa como una flor- me sonrojé.

Me alegré cuando el coche se paró en el portal de mi casa.

-Gracias por el viaje, y por todo novio falso-le agradecí bajándome del coche.

-Hasta mañana mi flor- me sonrojé y entré en mi casa.

Mañana sería un día largo.

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