-Ser asexual es como haber nacido sin el sentido del olfato, pero que sea a donde sea que vayas la gente estuviese rociando su perfume en tu cara y cuando tú le pides que paren, que es irritante y, que además no puedes oler el perfume, ellos se enfaden y te respondan que no les mientas, que ven que tienes nariz, que todo el mundo tiene una nariz y en consecuencia todo el mundo tiene olfato y que además, a lo mejor aún nos has encontrado la esencia adecuada para ti aún- explicó Laila- Y entonces quieres gritar.
Nos encontrábamos todas en una cafetería dentro del centro comercial Mall of America, hacía bastante tiempo que no quedábamos todas juntas y como pronto era el cumpleaños de Hellen habíamos quedado para pasar la tarde y de paso comprarnos la ropa para la fiesta de cumpleaños de la asiática.
Di un sorbo a mi café con leche.
-Tiene sentido- afirmó Grace.
Todas asentimos. Antes de conocer a Laila nunca había conocido a una persona con aquella orientación sexual, pero la verdad que resultaba sencillo de comprender.
-Pero eso solo tiene que ver con la atracción sexual ¿qué pasa con el sexo? -preguntó Lizzie, quien se sonrojó al pronunciar la última palabra.
No fui la última que se dio cuenta ya que Hellen le pegó en el hombro divertida.
-Cualquiera pensaría que saliendo con William se te pasaría eso de ser tan puritana- le picó, aunque realmente no le importaba que Lizzie fuese mucho más reservada que ella en el tema del sexo.
Pero una de las pasiones de Hellen era hacer sonrojar a Elizabeth.
-La única condición para ser asexual es la anterior explicada, pero a mí en lo personal el sexo es un cero la izquierda. No es para mí- aclaró- Y dentro de los asexuales tenemos que escoger una orientación romántica y, en mi caso, es la arromántica.
-¿Nada de novio y nada de novia?- preguntó Jacqueline, a lo que Laila asintió- Bueno, pero eso no es excusa para vestirte así-mira a Virginia -ella por lo menos lleva un estilo de ropa ancha como si fuese Billie Eilish.
La verdad es que no entendía mucho eso de ser una persona arromántica, pero bueno lo importante es que ella se sienta bien. Todas nos empezamos a reír tras el comentario de Jacqueline.
-Jac no empieces con eso- le dijo Laila alejando su silla.
-No es mi culpa que tengas un gusto pésimo para la ropa- se excusó.
Miré a Florence que sonreía y le ofrecí una galleta diminuta que me habían traído con el café. Ella me miró dubitativa, pero al final la aceptó provocando que sonriese. Se lo contaría a Mohammed cuando lo viese.
-En mi próxima historia habrá un personaje con esa orientación sexual- le dijo Virginia- Pero eso implicará que te hará un interrogatorio.
Laila aceptó encantada colocándole bien a Virginia sus gafas. Miré con un poco de tristeza a Virginia, esta estaba prácticamente ciega y por ello, llevaba unas gafas con unos cristales tan gruesos como el culo de un vaso. De hecho, sabía braille porque sabía que a lo mejor en un futuro no podría ver nada.
-Bueno, es hora de ir de compras, necesito un modelito sexy que haga sufrir a Nikola- dijo Hellen levantándose de su sitio.
-Nunca le diría que no a ir a mirar ropa- afirmó Jacqueline mientras recogía su bolso, uno que creía que había diseñado ella- Además mi tía me regaló hace unas semanas unas botas Prada y necesito un modelito para conjuntarlas.
Nos levantamos todas de la mesa, menos Tessa a la cual se le veía algo mareada.
-¿Te- Te encuentras bien?- le preguntó Florence a la latina.
-Creo que tengo que ir al baño- dijo, dicho esto salió corriendo hacia los servicios.
-Yo me encargó de ella- nos aseguró Amber- Ahora os alcanzo u os aviso.
Un poco preocupadas nos fuimos todas a mirar ropa en las tiendas.
-Así que aún no has perdonado a Nikola- le comenté a Hellen mientras miraba un vestido verde precioso, al ver el precio decidí dejarlo en su sitio.
-Quiero que sufra un poco más- me dijo Hellen.
Pero bueno, eso no era lo importante, sino que iba a perdonarlo en algún momento. Interesante.
-¿Sabe lo de tu dislexia?- le pregunté seriamente.
Hellen se tensó, pero asintió.
-Es en parte por lo que aún no he vuelto con él. Me daba miedo que saliese conmigo por mí porque se sintiese culpable, pero si lleva tanto tiempo esforzándose hay dos opciones o que esté realmente enamorado de mí o que su sentimiento de culpa sea enorme- me respondió- ¿Qué te parece este vestido?
Era un vestido precioso de color rosa, aunque me sorprendía que quisiese llevar ese vestido.
-Es muy bonito- respondí.
-A Elizabeth le quedará genial- eso tenía más sentido.
-Lizzie ven aquí- la llamó.
A continuación, todas nos pusimos a hablar sobre ropa y cotilleos, y de todo en general. Como amaba pasar tiempo con mis amigas.
-¿No te vas a comprar ninguno?- me preguntó Grace la cual llevaba un precioso vestido púrpura.
Negué con la cabeza. Había visto varios preciosos, pero todos se salían del presupuesto.
-No puedes decirme eso- me dijo Jacqueline que ya llevaba tres bolsas en sus brazos- He visto un Chanel verde hermoso que te quedaría tan bien. Además, no estaba mal de precio.
Ya había visto ese vestido, había sido un flechazo de amor a primera vista que se había acabado al ver que valía sus buenos 190 $.
Jacqueline siguió hablando.
-Nunca te he visto comprar ropa con nosotras- reflexionó en vox alta.
Las alarmas de mi cabeza empezaron a sonar.
-Que dices Jac- le corté agarrándole del brazo- Lo que pasa es que mi madre quiere que lleve uno que me ha regalado, solo vine a haceros compañía.
Salvada por los pelos. Aun no sabía cuanto más iba a poder alargar la mentira, pero por ahora seguía dispuesta a todo.
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El Chico más Popular: Mi Novio Falso.
RomanceDiala siempre supo que había nacido para el éxito: la chica más popular del instituto más prestigiosos del país, capitana del equipo de animadoras, líder del consejo estudiantil, miembro del coro y becada por sus excelentes notas. Aunque esto último...