MOUNA'POV
-¿Así que vas a seguir sin hablar a Mouna?- le preguntó mi hermano Mohammed a mi hermana Diala en la cocina.
Mi habitación se encontraba pared con pared y estas no eran muy gruesas así que se escuchaba perfectamente cualquier conversación que ocurriese en esa sala. Mi hermana mayor acababa de llegar de trabajar del supermercado y como siempre cenaba cuando ya todos habíamos terminado.
-Siempre tengo que ir yo a disculparme o perdonarla cuando ni siquiera me pide perdón- respondió frustrada- Por una vez quiero que sea ella la que dé el paso, pero ya llevo tres semanas y media y ya veo que va a seguir siendo tan orgullosa como siempre.
Mi corazón se encoge al escucharla. La verdad es que Diala y yo casi siempre estamos discutiendo por cualquier cosa, pero esa vez las cosas se nos fueron un poco de las manos. Yo estaba enfadada, cosa que ya es absolutamente normal para mí últimamente, y básicamente le eché en cara que se gastase el dinero en maquillaje y en ropa de marca, aunque esta fuese de segunda mano en vez de invertirlo en los problemas que tenemos en casa.
Y pues ella en general me suele ignorar, pero se ve que había tenido un día de mierda en el trabajo y me contestó que por lo menos ella trabajaba, que con ese dinero se habían pagado cosas como los regalos de Habib por Navidad o se pagaba la factura del agua y de la luz y que además ella se dedicaba en vida por su educación para así poder conseguir un buen trabajo para ayudarnos.
Sinceramente me quedé muda porque tenía razón, pero en vez de disculparme con ella o por lo menos marcharme le reproché que tuviese novio, no me lo había dicho, pero yo la había descubierto, y que por su culpa no trabajaba tantas horas y que yo no trabajaba porque no tenía dieciséis años.
La realidad es que Diala con 15 años había empezado a trabajar, justamente después del accidente de mamá cuando toda nuestra familia se estaba haciendo a trozos.
Que Alá me ayudase, últimamente no paraba de cagarla y de hacer daño a la gente a la que quería.
Me miré al espejo, mi pelo estaba cortado en un peinado muy corto típico de chicos y es que no podía evitar que mi expresión de género y mis gustos fuesen tan masculinos. Mi familia nunca había hecho ninguna queja o comentario sobre mis elecciones, pero dentro de mí sabía que los decepcionaba con mi actitud.
Y tenía miedo que mi secreto también los decepcionara o que fuese peor.
Oí como Diala terminaba de limpiar los platos de su cena y salía de la cocina. Era mi momento.
-Diala puedes venir- la llamé.
Mi hermana se quedó estática por unos segundos de espaldas a mí. Finalmente decidió girarse hacía mí y entró a mi habitación. Yo estaba sentada en mi cama de forma india y ella se sentó en frente mío.
-Diala la he cagado hasta el fondo- le dije, no había llorado desde el accidente automovilístico de mamá, pero las lágrimas ya estaban amenazando con derramarse.
La cara de mi hermana pasó de una frialdad completa a una cara de preocupación.
-Mouna no pasa nada, te voy a ayudar a arreglarlo- me prometió, vi como quería abrazarme o tal vez darme la mano, pero sabía que en general no mostraba muestras de cariño, mi corazón sintió una punzada- Dime que no te has puesto a vender droga por favor.
Aunque de normal me hubiese dolido no pude evitar reírme ante su comentario. Vi como sus hombros se destensaban ante mi reacción.
-Ay, de verdad, me haces preocuparme por algo que seguro que no es tan grave- me golpeó en el hombro- ¿Qué has hecho?
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El Chico más Popular: Mi Novio Falso.
RomansDiala siempre supo que había nacido para el éxito: la chica más popular del instituto más prestigiosos del país, capitana del equipo de animadoras, líder del consejo estudiantil, miembro del coro y becada por sus excelentes notas. Aunque esto último...