AMBER'POV
-Por cada dólar que el gobierno estadounidense invierte en un aborto seguro, se tienen que invertir directamente cuatro dólares si este no es legal ya bien sea en hospitalizaciones, insumos desechables, personal, equipo médico y transfusiones de sangre. Con esos tres dólares que se ahorra el Estado estadounidense se puede invertir en clases para fomentar la educación sexual, subvenciones para mujeres solteras o incluso para las mujeres con familias que tienen problemas económicos. Además de que indirectamente la prohibición del aborto aumenta la morbilidad y mortalidad de mujeres que ya tienen familia, en el 2006 se estimó que 220.000 niños se quedaron huérfanos en todo el mundo a causa de tener un aborto no regulado, el cual en esos casos sí que es peligroso. Por no hablar del problema que supone la exclusión de las mujeres que han abortado por el rechazo de la sociedad, esto provoca que se acorte la vida laboral- concluí.
Sonreí triunfante mirando a mi contrincante, Grant Decter, al que acababa de machar en un debate sobre el aborto. Mientras que Grant se posicionaba en contra de la regularización de este yo estaba a favor de un aborto legal y seguro.
Y, aunque no estaba de acuerdo con Grant en ese punto, él no era el típico "pro-vida" que salía en la televisión simplemente gritando asesinato ante el aborto. Me recordaba a mi amiga Diala la cual no compartía mi opinión, pero que creía que era importante fomentar la educación sexual o ayudar a las mujeres que deciden quedarse con el bebé.
-No es por mi ideología, pero debo darle la victoria del debate a la señorita Jackson ya que ha realizado una increíble investigación y ha desmontado muchos argumentos del señor Decter - dijo mi profesora de debate- Sin embargo, he de felicitar a ambos por su dedicación y por su gran capacidad para debatir.
Recoloqué mi chaqueta de manga larga de color amarillo a cuadros negras que podía estar perfectamente sacada de Clueless una de mis películas favoritas y salí de mi tribuna con paso seguro con mis tacones negros de siete centímetros y le di la mano a mi contrincante como se hacía después de cada debate.
Yo siempre había sido la mejor del club de debate, algo de lo que me enorgullecía ya que quería dedicarme a la política rompiendo con la tradición de ser médicos que caracterizaba a mi familia, pero, desde mi ruptura con Mouna hacía ya dos semanas, había canalizado toda esa rabia y enfado en esforzarme más en mi futuro.
Agarré mi bolso de Channel que estaba en uno de los asientos y empecé a escuchar como todos se despedían con un repulsivo feliz San Valentín. Aunque antes era una romántica empedernida había descubierto que el amor y las relaciones no eran tan bonitas como las pintaban.
No necesitó novia, soy una mujer poderosa e independiente que está bien estando soltera.
Salí del salón para marcharme del instituto e irme a mi casa, probablemente me pondría a ver algún que otro debate o leería alguna biografía de algún presidente de Estados Unidos. Empujé la puerta de entrada distraída y casi me caigo cuando alcé los ojos.
Una pancarta enorme estaba colgada entre dos palos en la que estaba inscrita "Estoy enamorada de Amber Jackson" cada letra de un color diferente, mezclando distintas tonalidades de rojo, naranja, blanco, rosa y morado simulando la bandera lésbica.
Debajo de esta estaba Mouna Alabi con un esmoquin negro que le sentaba genial. Su pelo corto estaba cubierto por su velo también de color negro. Dios santo, que hermosa era.
Bajé las escaleras tranquilamente, con cuidado e intentando fingir confianza en mí misma como si esto no me hubiese sorprendido y calentado mis entrañas. Me quedé a unos pocos pasos en frente de Mouna.
-¿Qué haces aquí?- le pregunté cruzando mis brazos.
-Recuperarte- me respondió segura.
Puse mis ojos en blanco.
-No me puedo creer que acabamos de hacer el dialogo más hetero de una comedia romántica más cliché.
Mi comentario le sacó una risa, Dios, quería gritarle que dejase de reír, ese sonido solo conseguía que quisiese tirar mi orgullo y besarla.
-Amber yo... Lo siento- se disculpó.
Sabía que era difícil para Mouna disculparse, pero eso no iba a ser suficiente.
-Estoy enamorada de ti, y estoy orgullosa de ello y quiero que seamos pareja- dijo.
-¿Estás segura de lo segundo?- le pregunté arqueando una ceja.
-He pintado una pancarta gritando que estoy enamorada de ti Jackson yo creo que he tenido mi tiempo para pensarlo- me respondió.
-La forma de las letras las ha hecho Diala ¿verdad?
-Por supuesto que sí, yo he hecho el esfuerzo de pintarla, traerla hasta aquí y clavarla en el suelo. Ya sabes que escribo y dibujo fatal. A mí se me da bien el fútbol y el deporte, no las manualidades- me dijo.
-La verdad que lo único que no es de película es lo mal pintada que están las letras- comenté acercándome sutilmente.
-Diala se ofreció a pintarlas después de verme pintar la E pero sabía que se notaría demasiado- se sinceró.
Se acercó hacía mí abrazándome colocando sus manos en mi trasero. No sabía bien ni nada lo que hacía.
-Esas manos- le avisé.
-No sé de qué me hablas- aseguró haciéndose la despistada, acercó sus labios a los míos.
-Esos labios- comencé.
-¿No quieres qué te bese?- me preguntó, estábamos tan cerca que casi no podía respirar.
No estoy segura si llegué a asentir con la cabeza, solo sé que a los pocos segundos tenía los cálidos y carnosos labios de Mouna sobre los míos devorándolos. Coloqué mis manos alrededor de su velo, no sabía cómo algún día me iba a cansar de besarla.
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El Chico más Popular: Mi Novio Falso.
RomansaDiala siempre supo que había nacido para el éxito: la chica más popular del instituto más prestigiosos del país, capitana del equipo de animadoras, líder del consejo estudiantil, miembro del coro y becada por sus excelentes notas. Aunque esto último...