Capítulo 20

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¿Nuevos lazos?

Kendall: 

—Martes, otro día más de escuela, uno menos en el ciclo escolar —mencioné, irritada. 

Estaba recargada en los casilleros esperando a que Thomas acabara de sacar sus útiles. Me sorprendía que tan organizado estaba su caja metálica, en la mía ya no entraba ni un mugre cuaderno más. Era un desastre. 

—Tenemos que empezar los trabajos, Kendy—recordó, cerrando su locker —. No quiero repetir lo del año pasado, haciendo los trabajos un día antes. 

Reí trayendo a mi mente esos bonitos momentos. El estrés y frustración que teníamos, el dolor de espalda, cintura y cabeza, las ganas de llorar porque nada nos salía como queríamos y los desvelos... Todo porque pensábamos que eran trabajos regalados, pero no fue así. Sí, definitivamente no quería volver a pasar por ese tipo de estrés. 

—Pues mi casa es el lugar perfecto. Mi papá nos puede ayudar en las mates. Y mi mamá con la emoción. 

Ush, esa tarea de última hora. ¡Ni siquiera era horario de clase! ¿Qué le pasaba a la maestra? Yo le tenía mucho aprecio, pero era  como si yo fuera a su casa para decirle que me revisará mi cuaderno, ¡no tenía sentido!

—Nos hace falta equipo, Kendall.

Asentí, tenía razón. Sólo éramos dos de cuatro. Pero la mayoría ya tenía sus equipos formados. Teníamos dos opciones: que el Sr. Lane nos dejará en parejas o que nos pusiera en equipos diferentes a Thomas y a mí. 

—Vamos al salón, ya sabes como se pone el profesor con la puntualidad.

—Vamos —dije antes de comenzar a caminar a nuestro salón. 

Tomé el brazo de mi hermano, no quería separarme de él y en ese pasillo lo único que sabían hacer era empujar y pisar sin pedir perdón. Era como una guerra sin sentido. 

—¡Kendall! ¡Thomas!

Alguien comenzó a gritar nuestro nombre, detuve mi paso haciendo que el chico al que venía agarrado también lo hiciera. 

Di media vuelta para ver quién era el que nos había llamado, y a los únicos que reconocí —y supuse que eran ellos por que venían corriendo hacia nosotros— eran Logan y Mel, atrás de ellos a un paso calmado venía Cameron, lo que causó en mí una serie de sensaciones, empezando por ese particular revoltijo en mi estómago y la picazón en mis labios por querer besarlo. 

—Antes de que entren a clase, necesitamos decirles algo —dijo Logan, una vez que estuvieron a nuestro lado. 

—¿Justo aquí en el pasillo? —preguntó Thomas —. ¿No crees que ya estorbamos mucho? 

—Sí y no me importa, hay más pasillo por donde pueden caminar. 

Thomas rodó los ojos, harto de que no lo dejarán llegar a su clase favorita. 

—¿Qué es lo que nos querían decir? — cuestioné, mirando a las tres personas que estaban paradas justo enfrente de nosotros. 

—Es una propuesta. Nos hace falta un integrante para nuestro equipo y a ustedes también les hacen falta, entonces, teníamos pensado que fueran parte de nosotros, sólo sería cuestión de que le dijeran al señor Lane, él los ama y seguro les dará permiso. 

Desvíe mi mirada a Thomas quién mantenía una sonrisa burlona en sus labios. Le di un pequeño golpe en sus costillas para llamar su atención.

—¿Eso a qué se debe? —preguntó, mientras sobaba la parte dañada. 

El deseo de estar contigo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora