Capítulo 19

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Buenas ideas 

Cameron:

Llegué a mi casa agotado de pies a cabeza pero me sentía feliz. ¡Estamos en las semifinales! Estas se celebrarían dentro de dos semanas y con ese tiempo era suficiente para analizar a nuestros próximos contrincantes y poder formular algunas estrategias y jugadas para tener un pase asegurado a la gran final, y poder ganar, es lo que más esperaba. 

Después venía aprobar todas las asignaturas, no era por ser un sabiondo pero la escuela no es algo que se me complicara, me consideraba una persona que entendía y razonaba rápido los temas y al mismo tiempo aplicarlos, en cualquier materia, así que no era algo que me preocupaba, ya que mi cerebro siempre prestaba atención a las clases. A parte no era como que Cailin se la pasara hablando, ella estaba todo el tiempo metida en sus libros, parecía perderse dentro del mundo de la lectura y cuando no estaban ahí, se iba a Alixland. 

Pase directo a mi habitación, todo estaba apagado por lo que supuse que mi padre estaba en su habitación o había salido, me fiaba más de la primera opción; si bien mi madre no murió hace muchísimos años ya había pasado algo de tiempo como para poder aceptar el proceso de muerte, pero a mi papá le seguía afectando, dejó de tener amistades y con ello las salidas de los sábados por la noche al boliche se vieron afectadas. 

Me sentía mal por él, mamá antes de irse nos dejó bien en claro que el amor era lo más bonito que a la humanidad le pudo haber pasado, así que no nos cerraramos a posibles amoríos. Pero él no le hizo caso en lo más mínimo, ya que se cerró completamente en su mundo de trabajo, no digo que esté mal pero podría salir y conocer Glassland cuando menos... Porque terminaría igual que yo con respecto al lugar. 

El sonido de mi celular interrumpió mis pensamientos, era una llamada y este no pararía hasta que la otra parte de la llamada colgara, así que comencé a buscar el aparato entre todas mis pertenencias que en un momento dado aventé contra el piso de la recámara. 

Cuando encontré el celular seguía sonando, mire el nombre de la persona que era la causante del molesto sonido y lo único que pude hacer fue sonreír hacia la pantalla antes de contestar a la video llamada. 

—¡Maldito seas, Barner! —exclamó la persona desde el otro lado de la pantalla, provocándome un par de carcajadas. 

—Me encanta tu forma de saludar, Mackenzie —le dije cuando regresé a mi cama y me senté en ella —. Me encuentro bien, gracias por preguntar. 

—¿Ya contestó? —inquirió otra persona a través de la video llamada y sabía perfectamente quién era. Caín Krees. 

—Me dijo que se encuentra completamente bien, aunque no se lo pregunté —mi amigo rubio se encogió de hombros. 

—Sabes que me extrañas más de lo que quisieras, Mackenzie. 

—La única que te extraña es Madison —se entrometió mi otro amigo con ascendencia afroamericana; su piel oscura sólo hacía que su sonrisa brillará más y que todas las chicas estuvieran detrás de él —. No deja de preguntar por ti, y ya nos tiene hartos. 

Hice una mueca de aversión, yo le había dicho que sólo buscaba diversión pero esa chica quería más y estaba seguro que sólo era para presumirle a sus "amigas". 

—¿Cómo te está yendo en Glassland, cerebrito? Si no te hubiéramos marcado nosotros, tú ni un mensaje te dignarías a mandarnos —señaló el rubio fingiendo estar triste al mismo tiempo que tomaba a Krees por la camisa y simulaba limpiar sus mocos. ¿Cómo había sido posible estar tanto tiempo sin hablar con ellos? 

—¿Cuántas chicas han estado ya en tu cama, escoria de la vida? —preguntó el muchacho de tez negra moviendo sus cejas de arriba a abajo con velocidad. 

El deseo de estar contigo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora