Capítulo 10

24 5 0
                                    

Problemas amistarosos

Cameron:

—¿Cómo sugieres que le pida perdón?

Miré a Cailin que estaba sentada alado de mí después de haber faltado la semana pasada. Su ojos se notaban cansados y no sabía si era porque acababa de salir de una enfermedad o porque según mi lógica tuvo una pelea con su mejor amiga. Y por primera vez, mi curiosidad no tenía la más mínima intención de saber que era lo que pasaba porque ya lo sospechaba.

—No tengo la menor idea —respondí mientras me encogía de hombros —. Tú la quieres, se supone que tú eres la que la conoce. No yo.

—¿Sabes? Un poco de ayuda no me vendría mal —rio desganada.

No quería preguntar, juro que no quería, pero la situación lo requería.

—Bien, para empezar, ¿qué fue lo que pasó?

Suspiró antes de hablar.

—Tuve un ataque de celos. —Levanté una ceja, aunque al final sé que terminé alzando las dos, no sabía si era por la sorpresa o por la confusión. Cailin volvió a reír y la vergüenza hizo que su rostro de pintara de rojo —: A veces siento que Alix y Kendall se gustan porque hay algo que me dice que sus peleas significan otra cosa romántica pero también hay otro algo que  me dice que soy una tonta por pensar eso. Ella sabe que aún me gusta Alix y no sé.

Sin poder evitarlo una carcajada broto de mi garganta, no podía no reírme, porque hasta yo, que llevo dos semanas conviviendo con ellos, sabía que eso que había dicho Cailin no tenía el más mínimo sentido. Ellos, ¿gustarse? Creo que por parte de Kendall sería lo último que sentiría hacia Alix, es más, por nada del mundo lo sentiría.

—No te rías, siento que fui una estúpida.

Volví a reír, era tan cómica la situación que me era imposible no hacerlo.

—Con todo respeto, lo fuiste. —Inhalé tratando de calmar mi respiración.

—Bueno, ¿me vas a ayudar o no? —suplicó.

Desvié mi vista hacia la chica que estaba protagonizando nuestra conversación, cuando mis ojos cayeron en su persona algo en mi estómago se revolvió y una sonrisa se instaló en mi cara, ¿qué a ella le gustará Alix? Imposible. Sin embargo, mi sonrisa se borró cuando noté lo preocupada que se veía y las ansias con la miraba el celular como si esperara la respuesta del examen más difícil del mundo.

—Cuenta conmigo —le susurré a Cailin una vez que el maestro de matemáticas entró y nos comenzó a dar clase.

La primera clase paso rápida. El maestro poniendo una lista de ejercicio de parábolas en el pizarrón para después sentarse frente a su escritorio; según él, ya teníamos que saber y eso era cierto pero también creo que como profesor es necesario que se apegue a cada tipo de aprendizaje de sus alumnos y también que entienda que no todos somos excelentes en una misma área. Así como a unos les va bien en las ciencias exactas, a otras le va mejor en el arte, o en los deportes. Todos somos inteligentes pero nuestras habilidades son diferentes.

La segunda hora fue mucho más tediosa, la maestra de química era una señora que parecía tener unos sesenta años, en lo personal su clase me molestaba un poco pero no todos corríamos la misma suerte… y eso hacía que el ambiente del salón se hiciera pesado e incluso incómodo.

La señora Ward tenía un serio problema con Kendall y eso se podía notar a leguas. La primera indirecta demasiado directa fue cuando dijo algo acerca de las niñas que preferían platicar con sus compañeros de banca y solo distraían de su futuro al chico. Al principio no sabía a quién se refería, así que no le tomé importancia y seguí leyendo la copia que la maestra nos había entregado, ¿tanto trabajo le costana explicarnos?

El deseo de estar contigo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora