Banda escolar.

383 52 4
                                    

Al día siguiente tuve que llevar a Peter a la escuela nuevamente, tendría que hacer eso todos los días hasta que me fuera con Steve a Wakanda. Levantarme temprano era una tortura y más si tenía que hacerlo todos los días durante tres meses.
Antes de ir por Peter a la escuela y regresarlo al complejo descanse solo unas pocas horas ya que pronto tendría que ir a la cita que había agendado Pepper para las invitaciones.

—Levántate, nos vamos— me dijo Nath pateando suavemente mis piernas bajándolas de la mesa de centro hacia el suelo.

—¿Ya es hora?— le pregunté reprochando.

—Tenemos que ir, lamento que te hayas levantado temprano— dijo Wanda sintiendo pena por mi.

—Da igual, vamos ¡Steve!— le gritó Nath. En cuestión de segundos Steve salió del pasillo directo hacia nosotras para acompañarnos.

—No me grites— le pidió Steve a Nath.

—Lo siento, es que se nos hace tarde— explicó Nath —Por cierto, Hope no podrá venir, Hank la tiene ocupada— me avisó algo apenada.

—Oh, está bien— dije tranquilamente.

Nath, Wanda, Steve y yo salimos del complejo con fin de dirigirnos al lugar. Natasha decidió conducir esta vez mientras Wanda seguía viendo el catálogo que nos habían prestado en la tienda días antes.

—Mira estas rojas, son... —Wanda, no queremos invitaciones rojas— la interrumpió Steve tratando de ser lo más amable posible.

—¿Por qué no?— nos preguntó cómo niña pequeña.

—La boda será morada y azul Wandis— contestó Nath.

—¿Es un hecho?— cuestionó sorprendida.

—Si... bueno, eso queremos— respondió Steve.

—Esta bien, pero escojan tonos lindos— nos advirtió.

—Te lo prometo— aseguré con una gran sonrisa.

Natasha condujo directo a nuestro destino a la vez que platicábamos sobre la boda. Aunque no lo demostrara, Nath era una de las personas más emocionadas por esto, creo que verme feliz la ponía de la misma manera.
Finalmente llegamos a Ceci, donde había gente viendo los diseños de invitaciones colgadas por todo el negocio.

—¿Los Stark verdad?— nos preguntó una chica de la misma estatura que yo.

—Así es— respondí.

—Un gusto, soy Sophie, la gerente del lugar— se presentó mientras estrechaba mi mano amablemente.

—Es un lindo lugar— comentó Wanda.

—Pues gracias— agradeció Sophie sonriendo a la vez que miraba a Steve.

—¿Está todo bien?— le preguntó Steve extrañado.

—Es muy raro para mi ver que un novio se involucre en los preparativos de la boda— comentó sonriendo aún más —Eres afortunada— me aseguró.

—¿Gracias? Supongo— contesté.

—Bien ¿Vieron el catálogo? ¿Tienen alguna idea en mente?— nos preguntó respecto a las invitaciones.

—Wanda, adelante— le dije extendiendo mi brazo para dejarla pasar con el libro en las manos.
Wanda explicó el diseño a la perfección, detallando los colores e incluso el material para esta, al final me conocía más de lo que yo creía.
La asistente de Sophie anotó todo lo necesario con fin de no equivocarse en nada. Nos mostraron algunos diseños similares al que teníamos en mente y finalmente elegimos el que más se le parecía a lo que queríamos.
No tardamos mucho en la tienda, al ya tener una idea concreta pasamos menos de una hora ahí dentro. Cuando terminamos salimos y entramos al auto nuevamente para regresar al complejo.

Hasta Que el Por Siempre Se DesmoroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora