Tiro con arco.

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—¿¡Por qué!?— pregunté confundida mientras me sentaba en una de las sillas de la mesa.

—Quiero ver si estás lista. Vamos ¿Que le dirías al señor Ellis?— me cuestionó a la vez que se acomodaba en su silla y cruzaba los brazos.

—Señor Ellis... —Error— me interrumpió bruscamente.

—¿¡Que!? ¿Por qué?— pregunté molesta.

—Dirígete hacia el cómo "Señor presidente"— planteó seriamente.

—Señor... presidente. Estoy realmente arrepentida acerca de los acuerdos de Sokovia, mi esposo y yo estamos dispuestos a compensar el caos que provocamos hace algunas semanas— dije intentando no vomitar del asco que me daba comportarme de esa manera.

—Vas por buen camino— me halagó.

—¿Por qué tengo que disculparme yo?— pregunté.

—Porque a pesar de que Steve causó todo este lío, tú das una mejor imagen, eres la hija de Tony y eso te da puntos, es más probable que tú consigas una tregua con el gobierno... además, eres agraciada físicamente— me explicó.

—Steve también es guapo— comenté —Es como si un ángel y un físico culturista hubieran tenido un hijo— opinó Tony llevándose un pedazo de pancake a la boca.

—Pero el es hombre. Aparte... como dije antes, el señor secretario siente cierta... empatía por ti— aseguró pasando su mano por su nuca.

—Maldito asalta cunas— exclamó Tony molesto de escuchar eso.

—Es como ¿30 años mayor que yo? Dios ¿Que le pasa?— proclamé —Creo que te cuadriplica la edad— dijo Tony con una cara de asco.

—Como sea, tu cara y tu padre el millonario té conseguirán la libertad— continuo Rhodey.

—Alabado sea mi padre millonario— bromeé.

—Necesito que trabajes en tu postura— sugirió Rhodes mientras me señalaba con el dedo.

—¿Por qué?— pregunté.

—Porque te encorvas, cruzas las piernas encima de la silla al sentarte o las abres de más. Siéntate como... —¡No! No lo digas— le advertí molesta.

—Tienes que comportarte como una mujer, delicada y... —¿¡Que mierda!? Si no me siento con las piernas cerradas ¿No soy una mujer? Te recuerdo que combato robots asesinos, derroco organizaciones y lucho contra cosas de otro mundo Rhodes. Ese "Compórtate como una mujer" es el equivalente a el "Los hombres no lloran" —Okay cariño fue suficiente— me interrumpió Tony.

—Lo siento papá— me disculpé con Tony.

—Agh... solo me queda rezar para que todo salga bien mañana. Vete tienes que preparar tus cosas— me ordenó resignándose.

Yo me di la vuelta y salí de la oficina furiosa, Rhodey siempre me ponía furiosa. Camine nuevamente por el pasillo, pensando demasiado en lo que diría, lo único que quería era salir de esta, salvar a todos de ir a la cárcel, de un momento a otro dejó de importarme mi orgullo, tal vez Rhodey con su presión me había hecho entender finalmente.
Entré a mi habitación ya más tranquila, resignada abrí el armario y escogí lo que llevaría para conocer al dichoso presidente.

—Hey— dijo alguien que estaba parado en la entrada de la habitación.

—¿Clint? Hola— lo salude sonriendo sutilmente.

—La puerta estaba abierta así que... —No te preocupes ¿Que pasa?— le pregunté.

—Te notó algo tensa ¿Quieres practicar tiro con arco?— me preguntó a la vez que abría su arco.

Hasta Que el Por Siempre Se DesmoroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora