Hasta Que el Por Siempre Se Desmorone

Disculpas.

Definitivamente estuve ebria esa noche. A la mañana siguiente me desperté con una horrible sensación de culpa y tristeza por la manera en la que había tratado a Steve, pero eso siempre me pasaba, todo el tiempo, me sentía culpable por las cosas estúpidas que hacía. Desperté sin él a mi lado ni Dodger acostado en medio de nosotros, se había llevado a nuestro perro.
No llamé a Steve, ni lo busqué por una semana, hasta que comencé a preocuparme por él.
Empecé a llamarle todos los días, pero nunca contestaba el teléfono y ni Sam o Bucky habían puesto un pie en el complejo.
Maddie fue a revisar a mi casa, pero ninguno de los tres estaba ahí. No importaba cuantas llamadas hiciera al día, no importaba si le hacía varias llamadas a los tres; ninguno respondía.
Mi mente divagaba todo el tiempo pensando en que hubiera pasado si yo jamás le hubiera mentido acerca del beso con Stephen, tal vez el no se habría ido y nuestra palea hubiera sido solo temporal, pero después de esas palabras, lo más probable era que la pelea duraría algún tiempo.
Así como ellos me ignoraban, yo ignoraba a Stephen, no era que no quisiera verlo, simplemente mi mente estaba envuelta en otras cosas.

Y así; llegó septiembre, los días pasaban rápido cuando estaba sola, aunque no completamente, las chicas siempre estaban ahí para mi, Tony, Charles e incluso Loki y Thor, a los cuales yo parecía importarles más que a los demás.
Después de tantos días por fin decidí responder una de las llamadas de Stephen, lo único que hice fue explicarle que no me sentía bien para verlo, que no quería contagiarlo de mi tristeza, al parecer él había entendido bien el mensaje y no me buscó en el complejo, ni siquiera como pretexto cada que visitaba a Bruce, de hecho; él dejó de visitarlo.
Mi cumpleaños estaba próximo, algo dentro de mi sabía que sería diferente.
Me encontraba sin Steve, sin Venom y lo más seguro que sin Stephen, porque tengo apego evitativo y apego ambivalente a la vez. Alejo a las personas, pero a la vez odio y le temo al abandono.
Todo el mes de agosto me sentí como un suéter escondido en el closet, arrugado, empolvado y abandonado; sobre todo, pero era culpa mía, yo sola me metí a ese closet a descoserme y desgastarme.
Mi ansiedad se incrementaba con cada llamada que yo hacía y ellos rechazaban. Sentía que ya no podía más, ya no soportaba el saber que Steve seguía creyendo que Stephen y yo habíamos tenido una breve aventura en la boda cuando no.

—Hola— me saludó Peter entrando al comedor.

—Hola Pete— respondí. Peter me miró fijamente, sabía que algo andaba mal —D-Dime ¿Ya llegó tu carta del MIT?— pregunté normalmente para despistarlo un poco.

—Todavía no— respondió algo desanimado.

—Seguro entras— aseguré.

—Gracias Mich— agradeció amablemente antes de despedirse. Ya era raro ver a Peter por el complejo, dejó de venir cuando su último año de bachillerato se tornó difícil y lo volvimos a ver cuando ocurrió el incidente con Venom.
Me levanté de la mesa debido a que ya había acabado de comer y me dirigí a la cocina para lavar el plato. Me encontré con Maddie al entrar.

—Madds— dije mientras le daba un golpecito en el brazo con mi codo.

—¡Ay! Hola— me saludó con una sonrisa, pero parecía que había interrumpido algo en su mente
—Oye Mich...— suspiró.

—Dime— pedí a la vez que me acercaba al fregadero para lavar el plato.

—Ayer llamé a Bucky... y me respondió— contó. Giré mi cabeza bruscamente al escuchar eso —Logré hacer que me dijera donde estaban, y me dijo que habían regresado a la casa— continuó.

—Tienes que ir a buscarlo— sugirió Hope la cual acaba de entrar junto a Nat.

—No, no quiero incomodarlo— confesé.

—Mich, tu cumpleaños es en 12 días, tienen que arreglar las cosas antes— opinó Nat.

—Ya veré— sonreí a medias. Me apresuré para terminar de lavar el plato para irme de ahí.
Regresé a la habitación, pero todo ahí me hacía sentirme peor. Me vestí y me dirigí al gimnasio del complejo para "entrenar" un poco.
Mientras golpeaba el saco de box, sentía como mi ira se incrementaba.