Cena.

698 81 8
                                    

Los meses pasaron de nuevo, 2014 iba volando, conforme fue pasando el tiempo acepte mi derrota y comencé a aceptar la relación de Steve con Sharon, aprendí a sobrellevarlo hasta que dejo de interesarme. Esta vez Thor y Loki regresaron a Asgard con Odín y Frigga, ambos habían pasado demasiado tiempo fuera de casa, tenían casi un año sin ver a sus padres.
De nuevo volvimos a ser Tony, Pepper y yo, como en los viejos tiempos, pasábamos más tiempo juntos, Pepper solo iba a Stark Industries cada que la llamaban, que no era siempre, solíamos salir al cine los tres juntos, como una familia normal, era extraño ya que yo era algo mayor.
Para mi cumpleaños no decidimos hacer nada, aunque obviamente recibí felicitaciones de parte de todo el equipo, Natasha me llamó, Nick me envío un regalo, Bruce fue a vernos ya que andaba en la ciudad y Steve hizo una videollamada conmigo para felicitarme, ambos decidimos que una llamada por semana estaba bien, ya que así podríamos contarnos más cosas. Ese día tuve planes con Strange, Pepper ya sabía sobre eso y Tony se las mosqueaba, sin embargo no lograba comprobarlo. Strange y yo no hicimos pública nuestra relación, ni siquiera la hicimos oficial, pasábamos tiempo juntos, pero no de una manera totalmente romántica, jamás nos habíamos besado y lo más lejos que llegamos fue tomarnos de las manos y acurrucarnos juntos, era extraño, pero íbamos a nuestro ritmo.
Antes de diciembre me propuso cenar, era la primera vez que iríamos a un lugar más público y donde seguramente alguien nos vería o reconocería en el lugar, Strange solía planear nuestras citas ya que yo no tenía ni la menor idea de que hacer o a donde ir, vivía en Nueva York, pero no conocía ni la mitad de esta.
El día de nuestra cita formal decidí salir a comprar algún vestido, tenía mucha ropa en mi closet, pero esta vez quería lucirme
—No me gusta— dijo Draco al ver el vestido que yo estaba considerando probarme
—¿¡Qué!? ¿Por qué no?— pregunté
—No sé, es raro— respondió
—¿Te diste cuenta que dejaste de decirme señorita?
—Sigo diciéndole señorita cuando le digo algo, pero cuando usted me pregunta cosas como estas no le veo el sentido
—Que malo eres— seguí caminando por la tienda y finalmente no me lleve nada.
Regrese a la torre con las manos vacías decidida a encontrar algo en mi armario que funcionara. Strange pasaría por mi hasta las 7:30PM y como apenas eran las 3:00PM decidí matar el tiempo, además casualmente tocaba mi llamada semanal con Steve.
—Draco, llama a Steve— dije dejándome caer en mi cama y tomando el celular
—Llamando al señor Rogers....
—¡Hey!— dije yo emocionada de verlo
¡H-hey!— respondió algo nervioso
—¿Qué haces?
Mich, sabes que siempre me alegra verte, pero estoy algo ocupado ahora
—Bien, no te preocupes, te llamo luego
Si linda, hablamos al rato— Steve finalizó la llamada y yo me quede ahí acostada en la cama
—El señor Rogers estaba muy misterioso— dijo Draco
—Tal vez estaba preparándole una sorpresa a Sharon— dije yo
Las horas pasaron, yo comencé a prepararme para mi cita con Stephen, Draco me ayudó a escoger algo de mi closet, escogimos un vestido que era lo suficientemente decente y lindo para que yo lo usará, ya que yo no era tan fan de los vestidos

Me di una ducha para después cambiarme
—Por primera vez está bien de tiempo— dijo Draco al ver que era una buena hora
—Se que siempre se me hace tarde— dije sentándome en la silla de mi escritorio
—¿Que hace?
—Estoy pensando en maquillarme
—¿¡Usted!? No lo hace, es más, no lo necesita
—Siento que me veo pálida
—Debe de gustarle mucho el señor Strange para que considere usar maquillaje
—Si, algo— finalmente no me puse nada de maquillaje y guardé mis cosas en mi bolso
—¿Usará tacones?— preguntó Draco
—No iré de tenis— dije, me dirigí al armario y saqué un par de tacones de este para ponérmelos.
Tome mi bolso y baje hasta la sala de estar donde estaba Tony pasando el tiempo
—¿A donde vas?— pregunto pausando su película de Netflix
—¿Que estás viendo?— pregunté para evitar responder
—Estoy viendo Shrek. ¿A donde vas?— respondió
—Saldré
—¿Con?
—Una persona— Tony me miró algo raro y molesto
—Papá...— dije sentándome a su lado
—¿Me lo presentarás?
—Tal vez, no sé
—Solo espero que tenga tu edad— dijo riendo y yo me quede en silencio al escuchar eso
—Dios no me digas que tiene 100 años
—Tiene 38
—Bueno, 10 años de diferencia, digo tiene casi mi edad pero...
—Ay papá no seas ridículo, tienes 44 y el 38
—Soy mayor que el por 6 años
—¿Sabes que? Me voy— dije levantándome del sofá y acariciando su mejilla
—Cuídate amor
—Siempre lo hago— entré al ascensor y baje hasta el lobby donde ya estaba Strange esperándome, estaba de espaldas al elevador, viendo hacia fuera
—¿Piensas en el infinito?— pregunté acercándome a él y abrazando su brazo
—Hola linda— me saludo con una enorme sonrisa
—¿Estas lista?— preguntó
—Siempre estoy lista— ambos caminamos juntos hasta llegar a su auto aparcado cerca de la Torre
—¿A donde iremos?— pregunté
—Es un restaurant muy elegante, te gustará— respondió encendiendo el auto
—¿Cual es su nombre?
—Se llama Scalini Fedelini
—Tiene altas vibras de ser italiano— Stephen condujo hasta el lugar, que no estaba tan lejos de la Torre, de hecho era relativamente cerca.

Bajamos del auto y entramos al restaurant, el ambiente era cálido y acogedor, pero a la vez elegante como el había dicho. Al entrar un chico en la entrada reconoció a Stephen y nos llevó hasta la mesa que el había reservado
—Es un lugar lindo— dije sentándome en la silla
—La verdad es muy lindo— el camarero se nos acercó y nos dejó el menú en la mesa.
Ambos lo miramos y pedimos lo que más se nos antojó en ese momento, además Stephen pidió un vino tinto el cual trajeron casi al instante.
—Dime ¿cuando veré a tu padre?— pregunto Strange sirviendo el vino en nuestras copas
—Justo hable con Tony sobre eso— respondí
—Así que tu papi quiere conocerme— afirmó
—Algo así
—Bien, no me molesta conocerlo, bueno, ya lo conozco de vista, pero admito que me encantaría hablar con el
—Si, a el también— el camarero se acercó de nuevo y trajo nuestros platillos, Strange y yo comenzamos a comer mientras hablábamos
—Creo que jamás te he preguntado ¿ibas a la universidad o algo?— pregunto mientras llevaba el tenedor con comida hasta su boca
—Si, fui a la NYU, estudiaba arte, pero lo dejé porque no me acople al sistema educativo— respondí
—Ya veo, eres rebelde
—Algo así. ¿Tú estudiaste medicina por qué te gustaba o porque alguien te obligó?— pregunté
—Desde pequeño me gusto, aunque jamás pensé que terminaría trabajando de eso— hablamos hasta que mi celular comenzó a sonar dentro de mi bolso
—Contesta, no vaya a ser una emergencia— dijo señalando mi bolsa
—No creo— dije
—No me molesta, revisa quien es— yo abrí mi bolso y saque mi celular para ver
—¿Y?— preguntó
—No es nada importante— dije regresando mi celular a su lugar
—¿Segura?
—Si, es...un amigo
—¿Rogers? Siempre se las ingenia para arruinar nuestras citas
—¿Las arruina?
—No es como que las arruine, pero si las interrumpe con sus llamadas inoportunas ¿acaso no sabe que estamos saliendo?
—Lo sabe, pero no le digo cuando salimos o algo así— respondí algo molesta
—Cambiemos de tema antes de que congeles el lugar— dijo sarcásticamente
—Tienes razón
—Por cierto ¿Te gustó la comida?
—Mmm, podría decir que si, bueno, jamás había probado comida Italiana antes así que cualquier cosa me gustará
—¿Tu papá es uno de los hombres más ricos del mundo y jamás te llevo a comer comida italiana?
—Bueno, es que Tony siempre estaba ocupado con la empresa y actualmente con sus armaduras— respondí
El tiempo restante lo pasamos bien, seguimos hablando y comiendo hasta que ambos terminamos totalmente satisfechos.
Stephen pidió la cuenta, entre los dos pagamos y salimos de ahí para regresar a la torre
—Está haciendo frío— dijo sacándose su saco y dándomelo
—No te molestes, no hace tanto frío— dije
—Es octubre, ya empieza a hacer frío, así que acepta mi muestra de caridad
—Bien— yo me recargue en su auto un momento y el hizo lo mismo que yo, miramos el cielo por unos segundos hasta que el volteó a verme
—¿Que pasa? No me digas que tengo una abeja en el cabello porque me mato— dije asustada
—No tienes nada es solo que...— Stephen no terminó lo que iba a decir y me tomo de la cara para acercarse a mi y besarme. En ese momento no supe que hacer, me había quedado un poco en shock al sentir sus labios contra los míos, era algo que había esperado desde hace tiempo, pero me tomo totalmente por sorpresa. Yo acepté su muestra de afecto y ambos estuvimos ahí por unos minutos
—Creo que debemos de regresar— dije separándome de él
—Tienes razón, tengo que conocer a tu padre el Playboy— dijo abriendo la puerta del auto para dejarme entrar
Durante el camino escuchamos música y cantamos para matar el tiempo en lo que llegábamos hasta la torre
—¿Beyoncé o Rihanna?— preguntó
—Que pregunta tan extraña, Rihanna— respondí
—¿¡Que!? ¿Cómo vas a preferir a Rihanna?
—Lo siento, me gusta más su estilo de música
—Niña, no sabes de cultura— dijo poniendo "single lady's"
—No puede ser, es la única que te sabes— dije burlándome
—Claro que no— respondió riendo
Al llegar a la torre, Strange estacionó el auto y ambos bajamos, el me tomo de la mano para entrar juntos al lobby
—Señorita Stark— me dijo una de las recepcionistas
—¿Que pasa Diana?— pregunte
—Lo qué pasa es que tiene tres visitas— respondió la chica
—¿Tres visitas?— preguntamos Strange y yo al mismo tiempo
—Si, dos chicos rubios y uno con cabello negro...

Hasta Que el Por Siempre Se DesmoroneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora