Capítulo 31

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Capítulo 31

El tiempo pasa tan rápido que de repente llevo una semana comprometida, he avanzado en mis clases de danza, he memorizado todas las reglas para la mujer e inclusive las medidas para el vestido de ceremonia han sido tomadas.

No he visto a mis hermanos en tres días, puesto que he sido llevada de aquí para allá en medio de múltiples tareas, pero hoy al menos podré hablar con ellos por unos minutos, por lo que camino a paso apresurado por el jardín junto a Ilena.

Miro a Briccoi desde la lejanía y finjo no hacerlo, sin embargo, él también fue capaz de verme y corre hasta llegar a mí.

—Princesa—saluda.

Evito llorar, y solo lo observo para que proceda a hablar, pero él mira a Ilena y entendiendo, ella se aleja.

»¿Por qué me ha estado evitando?

—No lo he hecho. Sólo he estado muy ocupada.

Mitad mentira y mitad verdad, ¿Aún así está mal?

—No le interesa que la boda salga bien—comenta—. Si es que se lleva a cabo.

—¿Tienen un plan?

Me mira ceñudo y niega. Una posibilidad menos.

—¿Debo de tener uno?

—No...

—¿De todas formas, por qué nos evita?—me enfrenta—Ni siquiera ha ido a verlo.

—¿Cómo puedo hacerlo?—cuestiono—Me comprometí con otro hombre mientras él está en cama.

—Alguien que no quiere.

—¿No crees que pueda hacerlo? Dicen que el amor llega.

—No—revela y se acerca—. Podría respetarlo, pero no sentir algo por él.

—¿Cómo lo sabes?

—La conozco desde que nació y sé cuán complicada puede ser cuando a esos asuntos se refiere—confiesa y sonríe—. Por ello aún no logro entender cómo se llegaron a enamorar.

Pienso, y no logro hallar la respuesta. Sólo sé que me gusta Edan... Lo amo y no recuerdo cuándo empecé a hacerlo.

—Solo sucedió.

—Entonces no pierda las ganas de luchar, no lo abandone en este momento.

Por un momento lo miro con tristeza, pero luego me recompongo y le sonrío, además, le agradezco su consejo.

»Sé cuán fiel es usted, una vez se enamora, le es muy difícil alejarse de esa persona.

Una vez nos despedimos, reanudo mi camino al lugar indicado para la reunión con mis hermanos. Luego veré a la reina para la supervisión de más detalles y después pasaré toda la noche al lado de Edan, he decidido no evitarlo más.

Camino rápidamente y una vez estoy a punto de llegar, unas risas femeninas que logro reconocer, me hacen correr. Ilena me sigue y grita por mí, pero solo me detengo al ver a mis hermanas.

—Sarka—me saluda Kaira, quien es la primera en verme, me sonríe y extiende sus brazos—¿No vendrás a darme un abrazo?

Corro hacia ella y nos fundimos en un gran abrazo, aspiro su suave olor a menta y me alejo un poco para observarla. Su cabello ahora está corto, a diferencia de la última vez en que la vi, además, su rostro muestra una sabiduría que antes no estaba.

Me giro al escuchar a Akina carraspear.

—¿Se te olvidó que tu hermana favorita es la rubia y no la pelinegra?—inquiere ceñuda.

Sarka. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora