Capítulo 16
El frío es intenso, la espera angustiante y la noche aterradora.
Sin siquiera cerrar los ojos por el cansancio, me mantengo alerta mientras sostengo dos rocas de considerable tamaño; si somos atacadas no nos llevarán fácilmente.
Asdrit se mantiene a mi lado, al igual que yo a la espera. Ambas tenemos miedo, no obstante, intentamos no dejarnos llevar por él y echarnos a llorar.
Un ruido nos advierte de la presencia de extraños, por lo que nos levantamos lentamente a la espera de quien podría hacernos daño.
—¿Princesa?—Llama alguien a quien me hace muy feliz escuchar.
Inmediatamente tomo a Asdrit de la mano, y ambas salimos de la pequeña abertura que nos mantenía escondidas.
Minoh muestra alivio al verme, e inmediatamente se acerca a ver si me encuentro herida.
—Estoy bien—aclaro—¿Dónde está el resto?
—Eunsok, el joven amo Edan y yo decidimos buscar por el bosque mientras su hermano y la consorte Ilena llevaban a los guardias por los sitios cercanos.
—¿Alguno de los nuestros sobrevivió?—pregunto y ella asiente.
—Solo dos lo lograron.
Suspiro por la noticia. Dieron su vida para protegernos.
Inmediatamente Minoh toma mi brazo para guiarme a la salida, pero suavemente la alejo y le indico que hay que ayudar a Asdrit, puesto que es quien más se lastimó durante el escape. Entre las dos, la sujetamos para que camine firmemente.
Salimos de la cueva y lentamente emprendemos nuestro camino para alejarnos del bosque, con mucho cuidado de no encontrar a algún enemigo que se haya escapado. Cuando estamos en el pueblo, nos sentamos a esperar en el sitio señalado.
En silencio y cubiertas por la oscuridad, nos sentamos a aguardar la llegada de Eunsok y Edan, quienes tardan un tiempo considerable en llegar, y solo lo hacen cuando el cansancio me está tomando como presa.
Apenas nos ven, corren hacia nosotras. Edan me hace levantarme rápidamente y sin pudor alguno, empieza a revisar minuciosamente que no esté herida.
—Estoy bien—le indico para que se tranquilice, cosa que hace.
Su respiración es pesada, está agotado por haber estado peleando y deambulando durante tanto tiempo.
—Descansen por el momento—ordena Edan—. El príncipe Declan y la consorte Ilena vendrán con los guardias dentro de un rato.
Por mis órdenes, Eunsok y Minoh acompañan a Asdrit a una habitación.
»¿No irás a dormir un poco?—Indaga y niego.
—Necesito hablar contigo.
Tomo su mano y lo guio hasta un oscuro lugar detrás de la casa, en el cual nadie nos podrá ver conversar.
»¿Los asesinos pertenecían a Nahul?
—No logramos atrapar a ninguno con vida, sin embargo uno de ellos portaba la insignia del príncipe heredero. —señala—Lo dejó caer durante su escape.
Hurga entre su ropa para sacar el símbolo con el cual me encuentro familiarizada, me lo da, y lo tomo firmemente.
—Esto no será suficiente para acusarlo ante el rey.
—Pero estamos más cerca de revelar su verdadera cara.
—O de terminar en una tumba a dos metros de profundidad.
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Sarka. ©
Ficción históricaDesde su nacimiento, Sarka se ha visto envuelta en la vida del palacio, fue envenenada, le quitaron su puesto de heredera, perdió a su madre, fue dejada a un lado por su padre y secuestrada. Ahora, a una edad más madura, quiere recuperar su puesto y...