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- ¡¿Qué cojones?!- me sueltan, y miran a mi amigo licántropo. Es un hombre lobo con pelo grueso y gris plateado, precioso. Garras y dientes afilados, colmillos blancos pulidos como la nieve y ojos color castaño oscuros, preciosos. No puede ser verdad. ¿Cómo sabe dónde está mi instituto? Coge a uno de ellos, y lo mata rápidamente de un zarpazo partiendo su cuerpo por la mitad. Todo se llena de sangre, es tan desagradable-
- ¡A mí no, por favor!- al otro lo tortura. Lo daña poco a poco hasta que lo devora de un mordisco. Estoy arrinconada de nuevo con los oídos tapados y los ojos cerrados. "Se acabó, Lilith, te va a comer a tí también" pienso. Pasado un rato abro los ojos, él está mirándome fijamente, luego de que yo también hiciera contacto visual con él mira mi ropa limpia. Con cuidado abre la ducha, se la a las garras y las seca en sus patas traseras. Coge mi ropa con sumo cuidado y me viste él, que fuerte, y yo dejándome hacer como si fuese una Barbie a la que le están cambiado la ropa. La verdad es que ha sido muy cuidadoso y no me ha arañado, increíble-
- Gracias. Pero, no puedes ir matando a todo aquel que veas. En este caso se hubiera puesto una denuncia y ya, amigo- suspira al parecer que me entiende- Aún así, gracias- los dos nos abrazamos. Me saca del instituto al darse cuenta de que gente se acerca a las duchas, pero antes coge mi mochila y me la cuelga, yo le sonrío. Me subo a su espalda y me agarró a su pelaje, él sale disparado a nuestra nueva cabaña en el bosque. Es preciosa, sí señor, Bill es un genio. Pero, mi sorpresa crece cuando veo a la persona menos indicada allí- Quédate aquí, por favor. No te puede ver, te haría daño, y ninguno queremos eso. ¿Me harás caso, amor?- él asiente- Vale. Tranquilo, volveré- me acerco lentamente hasta mi padre, quién espera en la entrada de la cabaña con un cigarro en la boca. Me mira cuando escucha que saco las llaves, y se acerca a mí. Ya es casi de noche, y todo es muy raro, debería estar en casa-
- Hola- sonríe-
- Hola, papá- le respondo, él se acerca a mí-
- Lo siento mucho, mi amor. No te creía y es todo cierto- al fin se ha dado cuenta-
- Ah, bueno. Da igual- sonrío- Gracias- lo abrazo, él también me abraza fuerte- Me ahogas-
- ¿Qué?-
- Me ahogas- le repito tosiendo, él aprieta- Suéltame, por favor-
- Idiota. Ha sido muy fácil engañarte, niña insolente. Ahora tendrás un descanso y podrás ver a todas las criaturas que quieras-
- Suéltame, te hará daño- me estoy mareando a estas alturas, me está ahorcando-
- ¡Morirás como una rata!- en menos de dos segundos, mi peludo amigo está sobre él tratando de arrancar su cabeza-
- ¡No, espera!- trato de levantarme del suelo-
- ¡Fuera, bicho!- el aullido de dolor que da cuando le dispara es increíblemente sobrecogedor, mi padre se levanta rápidamente apuntandonos a ambos-
- Vete- le digo seriamente, él solamente se va corriendo- Oye, tranquilo, no te alteres. Te sacaré la bala y descansarás en casa- ayudo a mi amigo, lo meto en casa y lo llevo hasta mi habitación. Él deja que le saque la bala, aunque claramente le duele, y llora como un cachorro- Ya mismo terminaré, tranquilo- una vez sacada la dejo en una bandeja de acero, la cual suele subirle Mike a Ginny todas las mañanas con el desayuno, es muy buen novio. Y ahora que su chica está encinta de él, se muere con su gordita, la ama. Aún recuerdo cuando se conocieron. Me encantaría tener una historia de amor también, amor de verdad- Hemos terminado, tranquilo- sonrío- Un momento- cojo mi camisón negro para dormir, y me lo pongo quitándome la incómoda ropa de la calle, él me mira de mientras aunque, ya me ha visto sin ropa alguna, ¿qué más dará? Él es quien me ha vestido está tarde- Muy bien. Sesión de mimos, amigo- al escuchar eso se acurruca rápidamente, yo me río- Pero, tienes que descansar. ¿Vale?- asiente. Deja que le acaricie las orejitas, la barbilla y el pecho, es muy mono, es un lobo precioso y me encanta su pelo. Es una nube andante, además, es muy tierno. Me mira, yo le sonrío, pero sus ojos son diferentes. Los tiene entre rojos y avellana. ¿No son los ojos de Bill color avellana? Y fue a Bill a quien le vi los ojos rojos. Sospechoso, pero bueno. Ahora estoy pasando un buen rato con mis migo peludo y no vas y s estropearlo, puede que me haya enamorado de él, es un cariñoso y aún tengo en cuenta que se quiere aparear conmigo para amarme, no por supervivencia, y eso me gustó. Al fin le importo a un hombre, sólo que este es un hombre lobo. Mi hombre lobo-

Cartas para Lilith. (Bill Kaulitz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora