¡HBD KUKO-SAN! 🎉💜

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—¡Juguemos a las escondidillas, Kuko-san!

—¿Escondidillas, Jyushi? ¿No estamos ya viejos para eso?

—¡Por favor~! ¡Amanda muere por que juegues con nosotros!— y rodando los ojos sólo se limitó a responder un "bien".

La primer ronda Kuko contó; Jyushi fue a esconder a Amanda dentro de una fuente cercana, aprovechando que no estaba funcionando. Él se escondió en un lugar no tan lejano, asegurándose de que Amanda estuviera bien.

Kuko lo encontró rápidamente, cuando este, salió corriendo porque unos niños curiosos se iban a llevar a Amanda.

Ahora le tocaba contar a Jyushi y a Amanda.

Kuko, durante su búsqueda, había logrado divisar un gran árbol que sin duda podría esconderlo de ellos; se sentó dispuesto a esconderse a los pies de aquel árbol, cuando no sintió que su espalda tocara pronto con la corteza.

De repente, ya se encontraba cayendo al vacío, logrando sólo apreciar como la luz de aquel agujero por donde cayó se hacía cada vez más pequeño.

Pensaba que nunca tocaría el suelo, y si lo hacía, moriría al instante, así que sólo cerró los ojos y los abrió de golpe al sentir como se hundía en una superficie elástica que lo lanzó de nuevo arriba. Mientras caía de nueva cuenta, logró apreciar unos cuántos hongos formados, cayó en uno, luego en el otro, hasta que finalmente tocó el suelo y ya no logró detener el impacto.

—¡Mierda!— se quejó mientras trataba de levantarse.

—Oye, cuida tu vocabulario.

Intrigado por aquella voz, simplemente levantó la mirada, apreciando un par de medias en tonos grises y turquesas, al igual que su vestido. Se levantó sacudiéndose la tierra sin apartar la vista de ella, pues le pareció una chica muy curiosa.

—¿Y tú quién diablos eres?

—Me llamo _______, pero todos aquí me dicen Cheshire— dijo antes de dedicarle una muy amplia sonrisa que dejaba la vista sus lindos y perfectos dientes.

—¿Y qué clase de broma es esta?

—¿Por qué sería una broma? De verdad me llamo _______.

—¿Y quieres que te crea que eres real y que te pareces al gato de los cuentos?

—¿Qué?— río dándose un par de vueltas, comenzando asi a hacerse cada vez más pequeña.

Era un gato.

Saltó a los brazos de Kuko, quién no dudó en atraparla. Se pegó a él ronroneando antes de regresar a su forma humana, permaneciendo en sus brazos.

—No sólo me parezco, YO soy el gato de los cuentos— río dando un salto para bajar de sus brazos —Bienvenido a mi mundo— dijo comenzando a caminar.

—¿¡Qué!? ¿¡Bienvenido!? ¿¡Por qué diablos estoy aquí en caso de que sea real!?

—¡No lo sé! Pero qué bueno, ¿no? Comenzaba sentirme sola.

—¿¡De qué hablas!? ¿¡Cómo puedes pensar que me quedaré!?

—Bueno, ¿cómo te irás entonces? ¿en eso que llaman taxi? ¡Pues aquí no hay eso!

Kuko lo pensó un momento... cierto, ¿Cómo diablo se iría?

—¿Cómo puedo salir de aquí?

—No podrías.

—¡Ayúdame!— gritó, ella levantó una ceja —Por favor...— murmuró a lo que ella sonrío.

—Pero es algo un poco complicado. Puede llevar tiempo...

NAGOYA DIVISION | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora