[ADVERSARIO] PARTE 1

CAPÍTULO 131

"¿Es un mal momento para que llegue este general ? ¿Por qué está Su Majestad tan alterado?" preguntó Jing Ting Rui, arrodillándose.
　　
"Puedes levantarte primero.Estoy ...... sólo un poco angustiado por haber roto el tazón de té por error. También sabes que es una antigüedad heredada de los antepasados, muy cara".
　　
Los objetos imperiales del Emperador están fabricados por artesanos con una destreza excepcional o son antigüedades transmitidas por los antepasados, incluso la tapa de un cuenco de té vale varias piezas de oro.
　　
"No importa lo valioso que sea, sólo es un recipiente, el emperador, debes cuidar el cuerpo del dragón". Jing Ting Rui se levantó, frunciendo ligeramente el ceño.Sus profundos ojos negros tenían una agudeza intimidante: "Es una cuestión de seguridad del emperador".
　　
An Ping casi no se atrevió a mirar al General Jing, por un lado, no había servido bien al Emperador y casi lo había herido. Por el otro lado, el emperador había estado pensado previamente en el rumoreado 

Jing Ting Rui no sonrió y se mostró muy severo. Ahora, pudo comprobar por sí mismo lo que significaba no estar nervioso y asustado.
　　
"¿Por qué cuanto más guapa es una persona, más temible es cuando se enfada?"
　　
Una presión invisible se interpuso entre los tres, y An Ping ni siquiera se atrevió a respirar, aunque estaba respaldado por el Emperador.
　　
¡No es de extrañar que Xiao Dezi se apresurara a ocultarse ......! Pero, ¿por qué está tan enfadado el General?
　　
Sinceramente, An Ping nunca había visto al general Jing tan alterado, y le preocupaba mucho que el emperador saliera herido, aunque fuera un poco.

"Efectivamente, como dijo el doctor Lu, el corazón del General es sólo para el Emperador". El  corazón de An Ping no pudo evitar llenarse de amargura y  arrepentimiento.
　　
"Es sólo un asunto trivial, por qué tienes que decirlo tan seriamente, asustaras a An Ping". Ai Qing notó que los hombros de An Ping temblaban ligeramente.
　　
Así que miró a Jing Ting Rui y dijo: "Lo he dicho todo, está bien".
　　
De repente, Jing Ting Rui dio unos pasos hacia delante y miró directamente al emperador : "¿Puedes mostrar tu mano al último general?"
　　
　　
"¿Eh?" Ai Qing miró a An Ping, que no conocía su relación con Jing Ting Rui, y dudó un poco.
　　
"El último general irá a llamar al médico imperial".
　　
"No, ¡espera! Te la voy a enseñar". Ai Qing no tuvo más remedio que extender su mano derecha y decir: "Mira, dónde está la herida, eres demasiado molesto ......"Incluso antes de decir nada, Jing Ting Rui le sujetó directamente la mano y tiró de él.
　　
O mejor dicho, Jing Ting Rui ni siquiera miró su mano, Ai Qing entró en pánico, sus latidos se perdieron dos veces, Su hermoso rostro se acercó de repente, quiso decir algo, pero antes de abrir la boca fue besado con fuerza.
　　
¡An Ping estaba justo delante de él! Ai Qing estuvo seguro de que  oyó un resoplido de sorpresa, y se asustó aún más al intentar zafarse de los brazos de Jing Ting Rui, pero sus muñecas estaban fuertemente agarradas, sus hombros le envolvían, y unos suaves y poderosos labios y lengua se estrellaron como un flechazo en su boca.
　　
Salvo el ambiguo zumbido de su garganta, no pudo pronunciar una sola palabra.
　　
La mano de Jing Ting Rui, que le sujetaba el hombro, subió acariciando hasta apoyarse en la nuca. Ai Qing quiso cambiar su aliento antes de inclinar la cabeza, y Jing Ting Rui le siguió, cambiando el ángulo y haciendo que el beso se volviera más profundo.

　　
Ai Qing tenía el ceño fruncido, pero en su rostro surgieron dos rubores .......
　　
"¡Ho ho ......!"
　　
A pesar de haber soltado los labios, Ai Qing seguía apoyado en los brazos de Jing Ting Rui  jadeando violentamente, sin poder moverse.
　　
Jing Ting Rui lo tomó  por la cintura.
　　
"Yo, todavía tengo cosas que hacer ......!"
　　
En ese momento, Ai Qing parecía nervioso y apretó las manos sobre los hombros de Jing Ting Rui, ¡la brillante armadura de hierro era tan fría y dura!
　　
"¿Todavía tienes el corazón para ocuparte de los asuntos del gobierno ahora?" Las palabras de Jing Ting Rui sólo expresaban la verdad, pero hicieron que el rostro de Ai Qing se enrojeciera aún más, junto con una sensación de resignación.
　　
Jing Ting Rui abrazó a Ai Qing y se dirigió a la sala lateral detrás del estudio imperial, cuando de repente se detuvo en seco. No se dio la vuelta, sino que sólo giró ligeramente la cabeza hacia un lado e indicó a An Ping: "No dejes entrar a nadie".
　　
An Ping sólo asintió  con la cabeza, ya que no pudo emitir ningún sonido.
　　
Sólo cuando la figura de Jing Ting Rui desapareció tras la cortina, An Ping se desplomó en el suelo, con la cara ardiendo y el corazón latiendo muy rápido. Apenas podía mantenerse en pie.
　　
Fue Xiao Dezi quien entró, lo sacó y vigilaron juntos la puerta del palacio.
　　
An Ping también se asombró de Xiao Dezi, que estaba acostumbrado a verlo, y no pudo evitar preguntar en voz baja: "El general es para el emperador ... no, debería decirse que el emperador es para el general ..."
　　
"¡Yo estaba aún más sorprendido que tú al principio! Pero es bueno que lo sepas, no digas nada, siempre has sido muy inteligente, y debes saber que si dices algo,te pasará algo peor que ser decapitado".
　　
Por primera vez, Xiao Dezi tuvo la oportunidad de "enseñar" a An Ping, así que le dijo seriamente: "Como sirvientes, mientras nuestros amos sean felices, sólo podemos vivir en paz si ellos viven en paz, ¿entendiste?"
　　
"Tomaré nota, ¡gracias por tu consejo!" An Ping respiró profundamente varias veces y recuperó su calma habitual.
　　
"Buen chico, no creo que el emperador te mande llamar tan pronto, baja a descansar, yo estoy aquí". Xiao Dezi era muy considerado con sus compañeros.
　　
"Sí, vendré por ti más tarde". An Ping se inclinó y se retiró, saliendo del estudio imperial.
　　
Caminó  con la cabeza inclinada y las manos metidas en sus largas mangas con voz apagada por el jardín imperial donde las hojas de arce eran rojas.