[ADVERSARIO] PARTE 1

CAPÍTULO 43

"Este siervo no puede decirlo con certeza. El general se retrasará unos días debido a las felicitaciones y los banquetes de todas las provincias a lo largo del camino". Xiao Dezi pensó por un momento y respondió respetuosamente

" Oh ..." Ai Qing frunció el ceño, el hecho de que quiera dejarse algunas cicatrices en la cara es también porque echa mucho de menos a Jing Ting Rui.

Había sentido que después de que Jing Ting Rui fuera al campo de batalla, su alma voló con él, no podía dormir bien por la noche y tenía pesadillas sobre Jing Ting Rui cubierto de sangre y en estado crítico.

Al enterarse de su inminente regreso triunfal, Ai Qing nunca se había sentido tan feliz y estaba tan excitado que no pudo volver a dormir, manteniendo los ojos abiertos en medio de la noche y haciendo conjeturas.

Le preocupaba que hubieran pasado tres años, ¿se acordaría aún de él Jing Ting Rui?

Yan lo culpó de todo esto , diciendo que Jing Ting Rui había ido al campo de batalla durante tres años y ni siquiera había enviado una carta de vuelta, por lo que sabía que no había ningún "Príncipe Heredero" en su corazón.

El Emperador es al que tiene que seguir hasta la muerte.

Ai Qing estaba muy molesto al principio, pero cuando Yan dijo eso, se sintió muy triste.

"Piénsalo, estará rodeado de su personal, de sus camaradas que han muerto en la batalla, y tú, el príncipe heredero en el palacio, puedes haber sido dejado atrás por él. ¿Por qué sigues pensando en él?"

Cada palabra que Yan decía golpeaba el corazón de Ai Qing como un pesado martillo, haciendo que su corazón se hundiera tanto que quería llorar.

Pero como era el príncipe heredero, tenía que ser fuerte y enfrentarse a todo, así que volvió a contener las lágrimas.

Este dolor indescriptible hizo que Ai Qing entrara en un pánico que nunca antes había sentido.

Pensó que tenía que hacer algo para no ser comparado con los que estaban en la batalla.

Pero no podía ir a la guerra. No podía pretender ser un héroe, ser el primero en matar al enemigo. Por eso pensó en llevar una cicatriz en la cara.

Sin embargo, sus hermanos tenían razón, los bandidos y los criminales también tienen cicatrices en la cara. Y Yan dijo, en caso de que realmente cambiara su apariencia y se volviera feo, si a Jing Ting Rui le desagradara aún más, ¿no sería mayor la pérdida que la ganancia?

Al pensar en que era tan estúpido y no tan inteligente como sus hermanos imperiales, Ai Qing se sintió inferior e incluso pensó en ceder el puesto de príncipe heredero a sus hermanos imperiales. Es que temía que Padre se pusiera furioso, y cuando eso ocurriera, se verían involucradas más vidas.

Su padre siempre le ha favorecido, pero nunca ha dado paso al príncipe heredero, y él debe ser el príncipe heredero. Y Ai Qing tenía miedo de no hacerlo lo suficientemente bien y de decepcionar a su padre y a la gente del mundo ......

A lo largo de los años, se ha disciplinado mucho y, por supuesto, ha perdido mucha diversión.

"Su Alteza Real, el Maestro Wen lo esta esperando  en este momento, debe estar impaciente ..." Al ver al Príncipe sentado allí con una cara triste, Xiao Dezi le recordó en voz alta, pensando que no iría a la escuela.

"Lo sé, me iré ahora". Las casas del mercado a la luz del sol y las palomas volando eran como imágenes en su mente.

Esperaba el regreso de Jing Ting Rui, pero no sabía que ya había llegado a esta bulliciosa calle .......

※※※

Jing Ting Rui montaba un caballo alto, llevaba un sombrero de bambú, ropas de algodón azul oscuro claro y un sable largo en la cintura, parecía un espadachín de campo que había llegado a la ciudad imperial en busca de oportunidades, no un comandante de un ejército.

Sin embargo, este tipo de espadachines eran comunes en la Ciudad Imperial y eran contratados en su mayoría por familias adineradas.

Le seguía un carruaje de techo ancho, cuyo conductor era un hombre corpulento que no paraba de gritar a los transeúntes que tuvieran cuidado para que el carruaje pudiera pasar por las avenidas del mercado donde la gente iba y venía.

La cortina, se había desvanecido bajo el viento y el sol, se levantaba en una esquina de vez en cuando para revelar el rostro de una chica ligeramente tímida y curiosa.

Sus cejas estaban bien arregladas, como hojas de sauce, y se inclinaban hacia abajo de forma coqueta, pero no exagerada.

Bajo las cejas de sauce hay unos ojos grandes, oscuros y almendrados que acompañan a una cara redonda como un huevo de ganso, tan delicada que uno no puede evitar pensar en los hermosos chicos del huerto de peras. Por supuesto, es una chica, y esa postura tranquila y suave, como el agua de otoño, no puede ser imitada por un adolescente por mucho que se disfrace.

Una chica tan bonita estaba sentada tranquilamente en el carruaje, sólo mirando de vez en cuando, como un gatito tímido y temeroso.

El carruaje giró a la izquierda y a la derecha, y después de conducir durante algún tiempo, finalmente llegó a una avenida aislada. Cada cincuenta pasos, había guardias de pie con hachas y hachas de guerra, lo que ponía a la muchacha un poco nerviosa, y con frecuencia miraba al frente a Jing Ting Rui, que iba montado en un caballo alto, pero su postura seguía siendo tan erguida e inmóvil.

Era como si la mera visión de él tranquilizara el corazón de la chica y colocó sus manos sobre una bolsa de tela floral.

Jing Ting Rui no tardó en detener su caballo y detenerse frente a las imponentes puertas de la residencia del príncipe Jing, donde dos porteros se apresuraron a preguntar, con un tono impetuoso.

"¿Qué estás haciendo? ¡Cómo te atreves a bloquear la puerta del palacio! No quieres morir".

Jing Ting Rui se quitó el sombrero para mostrar un rostro ligeramente bronceado y erguido, y cuando el portero le echó un buen vistazo, inmediatamente dobló las piernas y se arrodilló: "¿Qué? Te saludo".

Aunque Jing Ting Rui era hijo de una concubina, seguía siendo el hijo mayor del Príncipe Jing, especialmente ahora que su estatus era diferente al de antes.

el Guardia se arrodilló y se golpeó la cabeza varias veces