[ADVERSARIO] PARTE 1

CAPÍTULO 174 ESPECIAL PARTE 5

Las yemas de los dedos de Jing Ting Rui apretaron de inmediato la cintura de Ai Qing, con un matiz de indescriptible calor lujurioso en su voz: "No te preocupes, ya está blando por dentro ......".

Antes de que Ai Qing pudiera entender las palabras de Jing Ting Rui, éste se lanzó con sorpresa. El interior ya estaba tan húmedo y blando que, efectivamente, ¡se incorporó de golpe!

Pero las lágrimas de Ai Qing también cayeron, y gimió: "No te muevas ... ¡Ah!"

"El Último general   no se mueve en absoluto". El pulgar de Jing Ting Rui frotó las nalgas de Ai Qing, "Más bien, lo has estado frotando".

"¡No lo hice!"

Ai Qing luchó y sacudió las manos, si no hubiera estado atado, podría haber sido capaz de agarrarse a la pared del vagón o a algo para mantener su cuerpo firme, pero ahora mismo era claramente una quimera, la sensación de la cuña caliente llenando su cuerpo, como si fuera una especie de bestia enorme acechando, incluso el más mínimo movimiento, hizo que la cabeza de Ai Qing se llenara de sudor.

"Además, haré esto al final ... antes de moverme".
　　
Jing Ting Rui cambió repentinamente a una posición arrodillada, pero sus manos seguían sujetando con fuerza la cintura de Ai Qing, y la hoja carnosa se introdujo con fuerza entre esas hebras blancas como la nieve, luego se retiró en su mayor parte, y después... ¡la atravesó toda!

"¡Ooohhhhhh!"

¡Tanto los pliegues interiores, delicados como la seda, como la entrada, suave como un capullo de flor, estaban siendo torturados inmensamente! Las manos de Ai Qing  forcejearon y su cuerpo se inclinó hacia delante involuntariamente.

Un grito tan fuerte y miserable debería haber atraído la atención de los demás, pero resulta que el carruaje viajaba en medio de las montañas, y el conductor estaba medio sordo a pesar de su habilidad para enjaezar a los caballos, por lo que el sonido de los cascos de los caballos y el crujido de las hojas ahogaron el inusual ruido del interior.

Sin embargo, aunque el conductor oyera algo, mantenía la cabeza quieta y seguía adelante, a menos que su amo, el general Jing, abriera la puerta y le dijera que se detuviera.

"¡Bang!"

La puerta enrejada detrás del cochero tembló como si algo la hubiera golpeado, pero el viejo cochero se limitó a levantar el látigo que tenía en la mano, y fue el largo tramo de bajada de la carretera donde los caballos extendieron sus cascos y corrieron más alegremente ......

"¡Oooh ...... ahhhh ...... mmmm!"

Después de unos cuantos forcejeos feroces, la mano derecha de Ai Qing se liberó por fin del lazo de la cuerda, pero tuvo que estirar el brazo y apoyarse en la puerta debido a un fuerte empujón desde atrás.

A Jing Ting Rui no pareció importarle que se aflojara el lazo, ya que apretó su mano derecha en el hombro de Ai Qing y tiró de él casi salvajemente, balanceando su cintura continuamente, ¡empujando una y otra vez!

El ataque ya era lo suficientemente violento, especialmente con la velocidad del coche y el hecho de que la carretera no era plana, un movimiento hacia arriba fue suficiente para que los músculos de Ai Qing, desde los hombros hasta la espalda, se tensaran casi como una piedra.

"¡Rui Rui ...... ah ah ...... no otra vez ......!"

Ai Qing ya no se preocupaba de su mano izquierda, que seguía atada, su mano derecha se aferraba al ajedrezado de la puerta, su cuerpo se balanceaba con el bache del carro, y sus extremidades inferiores se levantaban del suelo debido a la abusiva y apretada penetración desde atrás.