[ADVERSARIO] PARTE 1

CAPÍTULO 115

"¡Todo es culpa tuya! ¡Has estropeado la diversión de mi hermano! Qué molestia".Tan lo  regañó antes de marcharse.
　　
Jing Ting Rui simplemente ignoró a Yan, mientras Ai Qing no estuviera allí, no le importaba lo que dijera.
　　
En el aireado y fresco pabellón, pronto sólo quedaron Jing Ting Rui y Lu Chengen. Este último despidió a las criadas de palacio y luego añadió vino a la copa del general Jing.
　　
Era el auténtico vino fuerte de  Fragancia de Flor de Pera, que había traído de fuera de palacio y que guardaba escondido en la manga.
　　
Jing Ting Rui tomó el vaso y se lo bebió de un tirón.
　　
Estaba enfadado, pero no con Yan, sino consigo mismo. En el campo de batalla, era capaz de manejar sin pánico las situaciones más críticas que se le presentaban.
　　
Dando un paso atrás, siendo tan menospreciado por Jia Peng y avergonzado en todo momento, también podía contener su temperamento por el bien de la situación general a largo plazo, entonces  ¿por qué no pudo  evitar causar problemas en cuando vio a Yan alimentando a Ai Qing?.
　　
"General, se está preocupando demasiado por el Emperador". Lu Chengen pareció ver las ondas bajo los ojos de Jing Ting Rui y dijo suave y lentamente: "Todas las personas tienen debilidades, sólo que, es mejor que las ocultes en el futuro".
　　
"Aunque se dice que Su Alteza Real es impaciente, su corazón es superficial y por eso no lo vio. Me temo que cuando crezca de nuevo, entenderá que está enamorado del Emperador". Lu Cheng'en continuó: "Una vez que esto se revele, no será suficiente con ignorarlo".
　　
"No me importa lo que piense el Príncipe, y no tengo miedo de morir sin un entierro". Jing Ting Rui se levantó y dijo sin esconderse: "Sólo me importa Ai Qing".
　　
"¡Ay, cómo he acabado con un maestro tan atrevido!" Al escuchar a Jing Ting Rui llamar al emperador por su nombre de pila, Lu Chengen no pudo evitar tomar un sorbo de vino para reprimir su sorpresa.
　　
Sin embargo, de pequeño había decidido que, ya que estaba destinado a trabajar como esclavo en el mundo de los negocios, al menos elegiría un " amo bondadoso" para él.
　　
　　
Esta bondad no consistía en ser amable, y mucho menos rico, sino en ser lo suficientemente fuerte. Despreciaba a los débiles y sólo servía a los fuertes.
　　
Estaba dispuesto a entrar en el palacio como médico imperial, pero también para poder vigilar a Jing Ting Rui en el palacio.
　　
Su maestro estaba obviamente enamorado del joven emperador. Lu Cheng'en había visto a Jing Ting Rui luchar y matar en la batalla. Independientemente del tamaño del enemigo, siempre estaba en la vanguardia de la batalla, ¡ era un hombre valiente y despiadado sin igual!
　　
Nunca había visto a Jing Ting Rui preocuparse activamente por nadie, e incluso era frío y duro consigo mismo.
　　
Sin embargo, Jing Ting Rui sonreía al joven emperador y lo mimaba con palabras suaves y amables, no por obligación por el estatus del otro, sino por cariño de corazón.
　　
Por lo tanto, debe hacer todo lo posible para revertir cualquier cosa que sea desfavorable para el emperador Por ejemplo, el asunto de la Casa del Príncipe Jing recibiendo un generoso regalo de Li Xiao no tiene por qué haber sido planteado deliberadamente en la corte.
　　
Dada la amistad de Jing Ting Rui con el emperador, podría haber informado al emperador después de que la corte se hubiera dispersado y luego haber entregado discretamente las pertenencias. Aunque eso no estaría de acuerdo con la ley, hay amor fuera de la ley.
　　
Pero en lugar de eso, Jing Ting Rui denunció a su propia familia en público, lo que hizo que todo el mundo desviara su atención del emperador hacia él.
　　
¿Cómo puede haber una persona tan despiadada e injusta bajo el cielo? Ni siquiera su anciano  padre se salvó . Entonces todo el favoritismo que el Emperador había hecho por el caso Li Xiao -como insistir en un juicio público- no contaría para nada.
　　
Así funcionan las cosas en la corte; hay que hacer una nueva ronda de furor si se quiere tapar el viento del asunto anterior.
　　
"Cuida del emperador, yo volveré a la residencia real". dijo Jing Ting Rui. El avispero se había revuelto, cuanto antes volvieras a solucionarlo, mejor.
　　
"Sí". Lu Chengen se inclinó para despedirlo, "Cuídate".
　　
　　
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Al final de la tarde, el sol ardiente casi podía derretir a una persona.
　　
Pero en la mansión del Príncipe Jing, había soldados de la Ciudad Imperial de pie por todo el jardín, uno cada dos pasos.
　　
Todos tenían la cabeza caliente y sudada, y las manos extendidas pasando cosas valiosas. Todas estas cosas habían salido del tesoro de la residencia del Príncipe de Jing, desde la ingeniosa porcelana, hasta las preciosas espadas incrustadas con perlas orientales, e incluso no se escatimaron algunas piedras extrañas y tallas de madera no mayores que el tamaño de una palma.
　　
Por todo ello, desde que Jing Ting Rui se convirtió en el criado del Príncipe Heredero, el Príncipe de la Casa de Jing había utilizado su nombre para recibir beneficios del exterior.
　　
Aunque el decreto del emperador era que el Príncipe Jing los entregara por su cuenta, el Señor almirante  Li Chao pensó que también era su deber corregir la corrupción y el soborno, y ya que había fallado en su deber al no saberlo de antemano, por lo que sería bueno que se enmendara.
　　
Así que vino con un grupo de soldados de élite para "ayudar" al príncipe Jing a entregar los bienes robados. Para los que no lo sabían, habrían pensado que la casa del Príncipe Jing había sido asaltada.
　　
Cuando Jing Ting Rui entró solo en la casa, el mayordomo , el viejo Liu, no sonrió ni dejó de sonreír, sino que puso una cara peor que la del llanto al inclinarse para saludarlo.
　　
"General, este ......" Antes de que el Viejo Liu pudiera decir algo, Jing Ting Rui agitó la mano y preguntó: "　¿Dónde está la concubina An?"