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20 de febrero, 1998.
—Iremos a despertarlo y gritaremos: Sorpresa!
August apunto a Tommy quien llevaba el entrecejo fruncido.
Tommy: Effie piensa que toda persona es un animal indefenso.
—No sabemos de él hace dos días y podría estar fácilmente muerto... cosa que no queremos.
Tommy: ¡COMPLEJO DE HÉROE! O de golden retriever.
—Kurt Cobain, quizás Elvis, Marilyn Monroe se mataron. ¿Quien sabe si no está bailando con Jesús en este momento?
—O durmiendo —comentó—. Es la una de la madrugada a no ser que esté jugando a la ouija.
—Con más razón hay que traspasar propiedad privada. ¿Que paso con el Tommy antes de los 18? Me pasarías un coso raro para abrir la puerta.
—Aún lo soy —dijo, tirando la cabeza hacia atrás—. Solo que digo cosas lógicas.
Effie se acerco a él haciéndole una cruz en la frente. —No amén.
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—Oh Dios, que linda y divertida es la vida cuando eres un chico blanco, heterosexual, castaño, privilegiado, que puede irrumpir propiedad privada sin temerle a la policía porque no abusan de su poder contigo. Súper!
—Parece tan feliz.
—Era sarca...
Effie le tapó la boca.
—Tan feliz.
—En este momento... —Tommy agarró la figura de cartón que casi era de su misma estatura de Lady Di—. Me quiero morir.
—Okey, ahora hay que revisar el pulso.
Tommy entreabrió la boca. —Vi Er Emergencias! Acércate a su mejilla —Effie lo hizo—. Y... Oh no. Esta convulsionando.
—Para eso debe moverse.
—Lo hace mentalmente! —exclamó—. Rápido agarra la muñeca!
—Está fría —dijo Effie moviéndola—. Cual?!
—Olvídalo ya perdió el pulso de esa mano! —dijo Tommy rápidamente.
—Chicos... —hablo August entristecido tocándose el brazo—. No tengo pulso.
