CAPITULO 4

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Ya en camino al centro comercial, el paseo fue un poco callado para ambos, no cruzaban ninguna palabra, solo intercambiaban una que otra palabra sobre si la música en el trayecto le gustaba y si querían otra. Para su buena suerte habían llegado, se aparcaron en el estacionamiento y bajaron con dirección al centro comercial.

Meliodas: bueno ya estamos aquí, ¿Qué quieres hacer primero ellie?

Elizabeth: mmm... ¿qué tal si vamos a esa tienda de música y video juegos? Para ver qué novedades hay—lo dice mirando a Meliodas con mucho entusiasmo.

Meliodas: wow, no sabía que te gustaran ese tipo de cosas, pensé que eras de las chicas que les gustaba ver mucha ropa o zapatos— lo dice con asombro.

Elizabeth: jejeje pues.... Si me gustan la música y videojuegos, claro no soy una experta en los temas, pero trato de aprender cada vez que puedo, pero no te equivoques; si me gusta hacer compras con mis amigas, es divertido, solo que a ellas no les gusta mucho los video juegos y no las quiero aburrir con lo mío, así que la mayoría de veces voy sola a esos lugares— al decirlo se veía un poco triste al decir esa parte.

Meliodas se quedo asombrado, ya que pocas chicas son fanáticas de algunos hobbies como esos, ver que ella estaba sola y sin compartir con alguien sus gustos, le dio pena, eso lo inspiro a acercarse más a ella.

Meliodas: te entiendo... estar sola en lo que te gusta puede ser un poco triste, pero ya no mas, yo te puedo acompañar a donde quieras ir y también darte consejos sobre lo que te guste en videojuegos.

Elizabeth: ¿enserio?, ¡Hay muchas gracias!!! Eso me haría feliz y sentirme más tranquila al momento de ir — sin previo aviso le dio un abrazo cariñoso a su nuevo amigo.

Meliodas en ese momento se sentía muy contento, ya que pudo hacerla feliz.

Meliodas: no hay que agradecer ellie, mejor vamos— la tomo de la mano y la condujo a la local que quería ir.

Cuando llegaron a Elizabeth le brillaron los ojos al ver la variedad de mercancía que había, entre ellas había funkos, playeras de temas de videojuegos, uno que otro discos de música y por supuesto video juegos, los dos no paraban de asombrarse de la variedad de funkos que había de algunos personajes que no sabían que ya estaban a la venta y por supuesto vieron los video juegos, a Elizabeth le llamo la atención uno en particular, era el Crash Bandicoot 4: it's About Time pará Nintendo switch, vio el precio y estaba un poco caro para comprarlo todavía ya que no tenía todavía los ahorros suficientes.

Elizabeth: mira este es el que quisiera comprar más adelante, para la Nintendo switch, es que soy fanática de este personaje de algunos de sus juegos— lo dijo sonriendo

Meliodas: oh valla yo lo tengo para PS4, es muy entretenido desafía tu agilidad, pero ¿porque no lo compras ahora? — la vio con cara de duda.

Elizabeth: me gustaría comprarlo ahora pero no tengo el dinero suficiente por el momento, tengo que todavía trabajar un poco mas como niñera ya juntar lo suficiente— lo dijo con un poco de vergüenza al confesar de lo que trabajaba en sus ratos libres.

Meliodas: entiendo. No te preocupes, puede que con el tiempo baje un poco de precio y así lo compraras más fácilmente, es una lástima que no tengamos la misma consola sino te la prestaría—lo dijo con pena— pero si quieres un día te llevo a conocer donde vivo y te dejo jugar.

Elizabeth: hay muchas gracias, sería muy divertido jugar los dos juntos un día de estos— estaba con una sonrisa de felicidad.

Meliodas: bueno ahora vamos al centro de juegos a divertirnos un rato antes de comer algo, ¿Qué te parece?

Elizabeth: claro vamos— lo dijo con mucho entusiasmo.

Llegaron al cetro de juegos, compraron una tarjeta y la llenaron de dinero para los juegos, se divertían como nunca, jugaron a jockey de mesa, a lanzar las pelotas de básquet a la canasta y a miles de jugos mas, inclusive subieron a las atracciones mecánicas que había en el local de juegos, gritaron y se divirtieron como nunca.

Después de tanta diversión se fueron a comer algo, ya que les dio mucha hambre el haber jugado con mucho entusiasmo. Pidieron una hamburguesa cada uno y encontraron donde sentarse, hay mientras comían, comenzaron a practicar sobre cuáles eran sus gusto, sobre su familia y sobre cómo eran sus carreras, hay descubrieron que tenían gustos parecidos, tanto en música como en video juegos, les gustaban las películas de comedia y de acción, y que les gustaba uno que otro anime, Meliodas le conto sobre su familia y que tenía un hermano menor llamado zeldris, que vivía en un departamento solo para estar más cerca de la universidad y en cuanto a Elizabeth menciono que tenía una hermana menor llamada Liz, conforme pasaba el tiempo cada vez se conocían más, hasta que se hizo tarde y tuvieron que retirarse del lugar.

Meliodas la llevo a su casa, y la ayudo a bajar de su auto como todo un caballero, la acompaño hasta la puerta de su casa.

Elizabeth: ¡me divertí mucho!!! No sé cómo agradecerte por esta tarde tan grandiosa— tenía una sonrisa muy radiante.

Meliodas: no ellie mas bien seria yo quien debería agradecerte por querer acompañarme, ¡no sabía que eras una chica muy grandiosa!!!— lo dijo con una sonrisa sincera.

Elizabeth estaba sonrojada ya que ningún chico antes le había dicho ese tipo de palabras y mucho menos hacerla sentir de forma muy agradable.

Elizabeth: jejejeje no te fijes en eso, yo pensé que me verías raro, al final de la salida— lo dijo con un poco de pena.

Meliodas: no digas eso, eres única en un millón de chicas, eso te hace muy interesante. Espero repetirlo algún otro día.

Elizabeth: ¡claro que sí! Salgamos otro día a pasear a otros lugares para divertirnos, bueno ya tengo que entrar, se hace tarde— sin previo aviso Elizabeth le dio un beso en la mejilla a Meliodas, cosa que lo hizo sonrojar.

Meliodas: cla...claro ellie nos veremos en clases, al rato te hablo por mensaje— estaba un poco nervioso y con cara de tonto enamorado.

Se despidieron moviendo su mano diciendo adiós y Meliodas subió a su carro y tomo rumbo a su hogar.

Elizabeth solo se quedo viéndolo hasta que se desapareció de su vista y dio un suspiro.

Por favor dioses que no me equivoque esta vez, no quiero salir lastimada— se lo dijo para sí misma, y entro a su casa cerrando la puesta tras ella.

Otra oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora