CAPITULO 25

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Ya era el día siguiente, y ambas parejas se reunieron a desayunar al comedor del lugar, todos conversaban amenamente mientras comían el delicioso desayuno, hasta que fue la hora de partir con su respectiva pareja de ese día, Meliodas y Gelda se trataban como hermanos en todo momento así que no había ningún problema en que entablaran una buena conversación, pero entre Zeldris y Elizabeth era un poco diferente, se tenían confianza pero no tanta como el otro par, así que Elizabeth se esforzaría en entablar conversación.

Meliodas: bien mi gente, hay que comenzar el día con ánimo—dándole una mirada a su hermano— Zel te encargo a mi ángel, se que la cuidaras con mucho cuidado— mientras Elizabeth se sonrojaba por cómo se refería a ella como un valioso tesoro.

Zeldris: tranquilo hermano—con mirada confiada—más bien cuida bien a Gelda, aunque creo que en este caso será al revés jajajaja—mirando a Gelda sonriendo— ella te cuida como si fuera nuestra madre.

Meliodas: ja-ja-ja hermano—dándole una mirada asesina— solo asegúrate de que ellie se divierta—zeldris asintió y se acerco a Gelda para despedirse, lo que igualmente hizo Meliodas con Elizabeth.

Todos hicieron la señal de adiós y partieron para comenzar su día.

Mientras caminaban a la par, Elizabeth no había hecho conversación con Zeldris solo lo seguía a donde él quería ir, Pero de la nada el comenzó a hablar.

Zeldris: bueno ellie, mel me dijo que eres de las chicas que les gusta jugar con muchas ganas—mientras volteaba a verla— así que te llevare a jugar un poco de pingpong.

Elizabeth: —comenzando a tener una mirada de nerviosismo— ¿enserió? ¡Qué bien! Pero ¿tú crees que podre jugar bien? —con mirada de inseguridad— no quiero que te molestes por ser mala jugando.

Zeldris tu tranquila Elizabeth —dándole una sonrisa— aunque no lo creas, yo tampoco no soy bueno jugando, así que estamos igual.

Elizabeth: jejeje está bien zel—sonriendo— entonces vamos a jugar pingpong—mientras tomaba el brazo de Zeldris para que la guiara al lugar.

Zeldris guio a Elizabeth hasta donde estaban las mesas de pingpong, y al llegar ahí a Elizabeth se le ilumino la mirada al ver el lugar, era un sitio no solo para jugar pingpong, sino que también se podía jugar bolos, una de sus ilusiones era poder jugar también bolos con alguien, se lo iba a proponer a Meliodas pero nunca pensó que Zeldris se le adelantaría.

Elizabeth: wow zel ¿también jugaremos bolos? —con ojitos de ilusión

Zeldris: claro que si ellie, sabía que te gustaría—mientras la guiaba hacia una mesa de pingpong — primero juguemos unos partidos para calentar y después vamos por los bolos.

Elizabeth asintió y junto a Zeldris tomaron unas raquetas y unas pelotas para comenzar a jugar, al comienzo Elizabeth se equivocaba y perdía las pelotas, pero Zeldris no se rindió en enseñarle en cómo jugar, con el paso de los minutos ellie todo mejor ritmo y comenzó a jugar mejor, ya a la media hora jugaron como dos expertos.

Mientras jugaban Zeldris le conto como comenzó su relación con Gelda; ellos dos se conocieron en primer año de secundaria, comenzaron como amigos y se volvieron inseparables, hacían todo juntos, con los años, ya en penúltimo año comenzaron como novios, siempre Gelda fue unida a la familia de ellos, así que es como la hermanita menor de Meliodas . Elizabeth estaba feliz de que Gelda fuera tan importante para los hermanos ya que ella es muy buena y estaba feliz por Zeldris por haber encontrado a la chica correcta.

Ya había pasado una hora y seguían jugando pingpong, pero Elizabeth seguía con la mirada en los bolos hasta que Zeldris propuso terminar con el juego.

Otra oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora