CAPITULO 16

126 2 2
                                    

Ya había comenzado el inicio de semana y Elizabeth esperaba a Meliodas para que la llevara a la universidad, se sentía emocionada y a la vez nerviosa por la reunión que tendría con sus amigas hoy en la tarde después de clases, nunca había hablado con nadie sobre el tema de la intimidad en pareja, ni menos cuando estuvo con Mael, solo sucedió y nada más, así que hoy seria día muy interesante para ella.

En menos que se lo imaginaba ya había llegado Meliodas en su auto, listo para llevarla a sus clases habituales, se despidió de su familia y se dirigió al auto, para así ocupar el asiento del copiloto y comenzar con su día

Meliodas: buenos días ellie—dándole una sonrisa— ¿dormiste bien en lo que quedo de fin de semana?

Elizabeth: ¡sí! dormí bien—respondiendo con mucho ánimo— to...todo gracias a ti— poniéndose nerviosa—se... que sonara cursi, pero soñé mucho contigo— sonrojándose como una fresa.

Meliodas al escuchar eso, se sonrojo un poco y no pudo evitar embozar una sonrisa de felicidad.

Meliodas: no es cursi ellie, es hermoso—dándole un beso en la mejilla— ¿sabes? Yo también soñé mucho contigo estos días.

Elizabeth: ¿e...enserio? —un poco sonrojada— eso me hace sentir muy feliz, por eso es que te amo tanto—dándole un beso en la mejilla, claro que sin desconcentrarlo al conducir—e... este... mel hoy después de clases voy a reunirme con Diane y Eliane, ya sabes para hablar un poco de lo que paso, no te enoja que esta vez me valla con ellas a la salida—hablando un poco nerviosa.

A Meliodas le sorprendió un poco el cambio de carácter de Elizabeth, se veía nerviosa pero también adorable al pedirle permiso para salir, como si fuera uno de sus padres.

Meliodas: ¡claro mi amor!, puedes ir con ellas—dando su aprobación—no tengas miedo a que me enoje por eso, yo quiero que seas feliz conmigo y también con tus amigas.

Elizabeth: gracias cariño—embozando una sonrisa— no es de que te tenga miedo, es porque de nuevo me surgieron inseguridades estos días—bajando la mirada—no es fácil superar un susto tan grande de la noche a la mañana.

Meliodas: tranquila ellie, te comprendo, no te preocupes—dándole confianza a su novia—además yo se que eres muy fuerte, pero a tu manera.

Elizabeth le sonrió sonrojada, no podía creer que Meliodas podía ser tan dulce y comprensivo con ella, se sentía muy feliz por estar a su lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Elizabeth le sonrió sonrojada, no podía creer que Meliodas podía ser tan dulce y comprensivo con ella, se sentía muy feliz por estar a su lado.

Después de esa conversación, en lo que faltaba de trayecto fue un poco callado, pero con un ambiente muy agradable. En tan solo unos minutos, llegaron a la universidad, se bajaron del auto para después despedirse ya que al final de sus clases en la facultad se verían en idiomas y se harían compañía.

Comenzó el día muy normal, participo una que otra vez en clases y a veces hablaba con sus compañeros y amigas entre clases, al terminar se dirigió a sus clases de idiomas donde vería a Meliodas. Las clases pasaron muy rápido a su parecer, hasta que por fin llego la hora de reunirse con sus amigas.

Otra oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora