♧ 𝐂𝐡𝐢𝐥𝐝𝐡𝐨𝐨𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 - 𝐖𝐨𝐨𝐒𝐚𝐧 ♧

Capítulo tres:

El haber aceptado a ayudar a su tía en el orfanato durante su tiempo libre es, sin lugar a dudas, su mejor manera de divertirse. Durante los últimos tres años ha visitado aquel sitio cada mes, con nuevas sorpresas cada que aparece y, desde hace dos años, Wooyoung le concedía el honor de acompañarla.

Soojin está al ciento por ciento consciente que tanto San como Wooyoung se han vuelto apegados el uno el otro, recuerda con claridad que la primera vez que obligó al chico a acompañarla, este mismo se había marchado maravillado por el cariño y afecto que el menor guardaba hacia él, tanto así, que insistió acompañarla una próxima vez... y otra, y otra. Actualmente se ha vuelto una rutina, y escuchar a su novio hablar de San luego de cada visita, se ha vuelto una costumbre.

Aquello le ha hecho guardar cierto cariño hacia el pequeño también. Aunque, San ha sido siempre un maravilloso niño de ocho años, tan encantador que realmente cualquiera podría encariñarse de él... le sorprende que aún no haya encontrado un hogar donde su alegría pueda ser desbordada.

— ¿Hm? Ah.... Verás... Wooyoungie y yo somos... novios. ¿Sabes qué son los novios, Sanie?

De vez en cuando ha escuchado decir a su amiguito Minhyuk que su novia es Cindy, pero ella es dos años mayor que ambos así que jamás le ha creído. Recuerda aquella vez en la que cuestionó a Minhyuk sobre las cosas que hacían ambos siendo "novios".

"— Pues, compartimos nuestras galletitas, nos tomamos de la mano, pero solo por unos segundos... me pongo muy nervioso, ella a veces me comparte sus juguitos de frutas y siempre que jugamos a las atrapadas tengo que cuidarla."

En ese momento, todo lo que viajó a su mente fue: "Vaya, tener que darle de mis cosas y cuidarla, qué agotador tener una novia". Pero su curiosidad jamás ha ido más allá de aquella poca información, proveniente de Minhyuk.

— ¿Compartes tus galletitas y jugos de fruta con hyung?

— ¿Qué? — está confundida, tanto como el rostro de San lo refleja así que se retracta e inicia de nuevo. — Ah... sí, claro. Pero Sanie... me preguntaste porqué él me daba besitos y es precisamente por eso, porque somos novios.

Habla despacio y suave, quizá entiende sus palabras, pero el término "novios" aún sigue siendo algo muy moderno para él. Algo que claramente desconoce por completo.

— Entonces... ¡Hyung también es mi novio!

De momento, puede deducir que le parece tierna una reacción como tal proveniente del pequeño San. Ya lo ha mencionado muchas veces a muchas personas a su alrededor, pero el pequeño Choi San es el niño más tierno que ha alcanzado a conocer, tanto así que, una parte de ella, desea ser la madre adoptiva del pequeñín.

— Oh... ¿En serio? Pues que novio más guapo tenemos Sanie.

A parte, no había nada de malo con seguirle el juego, ¿Verdad?

Y el día había marchado con calma, diversión y risas por doquier. Lastimosamente la hora de partida de la pareja había llegado, por lo cual todos los niños incluyendo a San quien yace en brazos de la señorita Chae se encuentran en la puerta principal mientras ven el auto del mayor partir.

En cuanto aquello pasa, San siente su corazoncito encogerse, de inmediato siente el enorme vacío que suele sentir luego de cada despedida que él y Wooyoung toman. Y pensar o creer que era el único sería estar equivocado.

— Bien... Sanie, ¿Te parece bien si ordenamos los juguetes nuevos?

Aún con tristeza, asiente. Las próximas horas antes de ir a dormir las ocupa para enfocar su mente en la próxima vez que Wooyoung vuelva, su rostro aún denota tristeza y el puchero no ha abandonado sus labios, a la hora de la cena solo se limita a comer un poco alegando que deseaba irse a dormir en cuanto antes. Nadie refuta en su contra y la señorita Chae lo acompaña hasta la cama. Ahí lo arropa y luego de desearle las buenas noches, abandona la habitación dejándolo solo.

Con frecuencia suele recordar a su cuidadora lo mucho que detesta dormir por su cuenta, la mayoría de veces tiene que estar ella a su lado, aun cuando sus demás amigos están en camas separadas, pero la misma habitación. Esta específica noche no puede ni tiene mente para pensar en los temibles monstruos que podrían estar bajo su cama, o aquella tenebrosa muñeca de Emma que solo le brinda escalofríos cada que la mira, tampoco importa estar en la oscuro y por primera vez, siente comodidad en la sola luz de la luna.

A la mañana siguiente despierta debido a las risas de todos sus amigos alrededor. Aunque sus ojos se abren de a poco logra visualizar a Minhyuk empacando una pequeña mochilita, introduciendo algunos juguetes y sus galletitas favoritas, esas mismas que dice compartir con su novia Cindy. Se levanta de golpe, creyendo que Minhyuk sería el próximo del cual tendría que despedirse. Aquello sería pasar por otras siete noches en las cuales se siente sumamente solitario, aunque tenga a tres personas abrazándolo y consolándolo. Así había sido cuando Hyungwon había partido de dicho sitio. Y seguro no soportaría dejar ir a otro amigo.

— ¡No, Minhyuk, no te vayas! ¡Eres mi mejor amigo, no puedes irte! ¿Qué será de mí si tú te vas? ¡No puedes irte Minhyukie, por favor no te vayas y me dejes! — a ese punto, ya estaba llorando mientras agarraba las piernas del niño a su paso, se había lanzado al piso para exagerar más su punto y lograr "convencer" a su amigo de no marcharse. Pero...

— ¡San, tonto, no voy a irme! — si las risas cuando había despertado eran ruidosas, pues ahora que lo habían visto pasar pena lo eran aún más. Se levanta del suelo mientras limpia sus lágrimas, ¡No era broma, en verdad lloraba!, golpea juguetonamente a su amigo y luego pide una clara explicación del porqué todos tienen su mochila preparada. ¿Acaso se van todos?

— Wooyoungie nos llevará de paseo.

Y su sonrisa de ensanchó como nunca.