Opta por salir y buscar al chico luego de debatir consigo mismo entre si hacerlo o no, abandonando su estudio nota que hay un increíble silencio atormentando la casa entera. Decide ir a la habitación del chico primero, notando que todo luce en un excelente orden, sin embargo y si nota que mucha de su ropa no está ahí, ni zapatos, ni cosas que él usaría a diario, tampoco está su maletín que; ya debería haber subido luego de que no le dejara salir de casa. Baja con calma hasta la sala de estar, esperando encontrarlo ahí, viendo la televisión, con un puchero en sus labios denotando que está molesto, pero, tampoco está ahí.
La cocina, alguna habitación extra, el jardín, el cuarto de limpieza, los baños... no lo encuentra en ninguna parte.
¡¿Se fue?! Quiere decir que se fue, aun cuando él le dijo que no.
A pasos largos y fuertes se dirige a su estudio y toma su celular, notando de inmediato las numerosas llamadas que el menor alegó hizo hacia él, marcando el número con rapidez esperando que responda cuanto antes, o de lo contrario...
— ¿Hola?
— ¿¡Te fuiste aun cuando te dije que no lo hicieras?! — grita, desesperado al celular — San, más vale que regreses en este instante.
— ¿Por qué debería?
Igh, qué insolente.
Y provocador... ¡Joder!
— Porque yo debo regresar con mi mujer y tú debes quedarte a cuidar, ¿Querías permiso? Pues bien, ¡No lo tienes! — replica al móvil, bajando las escaleras de nuevo con fuerza y casi echando humo por la casa entera. — Regresa — del otro lado, San sabe que se trata de una advertencia, más que pedírselo parece que está amenazándolo a volver.
Es solo cuestión de tiempo para que lo note.
— Ah, ¿Es así? Porque no parece que estés tan urgido por irte, yo te veo bastante tranquilo.
De inmediato se detiene, con el vaso de agua fría separándose de sus labios y cerrando los ojos con fuerza al darse cuenta... pero qué bobo ha sido.
Voltea hacia la puerta trasera de la cocina, esa que da directamente a la piscina y ahí nota al chico con el celular sobre la orilla y él hablando cerca de este, levantando su mano para saludarle y sonreírle. Es obvio que se burla, y él no puede estar más avergonzado.
— ¿Vienes o voy? — y esa es su señal para colgar la llamada y salir. Dando pasos largos por todo el césped hasta llegar la orilla de la piscina y notarlo ahí, nadando, con suma tranquilidad.
—Hola. — le intenta saludad con suma tranquilidad, aunque en verdad tenga un poco de miedo por el tono en que el mayor había llamado, pero solo un poco.
— ¿Has estado aquí todo este tiempo? — cuestiona, sin importarle que el menor le vea con deseo y se muerda el labio, tan solo para provocarlo. — Te estoy haciendo una pregunta.
— No me iría sin tu permiso, hyung. — lo ve irse nadando de espaldas, hasta llegar a la superficie; muy cerca de sus pies, y darse vuelta para quedar cara a cara con él. — No haría algo que hyung no quiere.
El llamado "hyung" se agacha hasta quedar a una cercanía aún más corta con San, mirándole con demasiada lujuria como para intentar disimularlo. No lo culpen, ver a San con su torso completamente mojado y las gotas resbalar eróticamente por todo su cuerpo pondría a cualquiera, y él no es ni será jamás una excepción. Ya lo ha dicho. — Ven aquí. — le pide, en cuanto nota que el chico toma un impulso para seguir nadando, pero este le ignora y nada hasta el centro de la enorme piscina, hundiéndose por completo para salir de vuelta, haciendo su mojado cabello hacia atrás con la ayuda de sus manos y saboreando las gotas de agua que pasan por su boca. Tentador, sabe lo que hace.
— Ven tú — de inmediato se imagina la mejor escena erótica que pudo habérsele ocurrido esta tarde. Sexo acuático, joder cuánto lo desea.
Retira las prendas de ropa, hasta dejarse a sí mismo en ropa interior e introducirse con lentitud al agua, bajando las escaleras una por una hasta empaparse por completo, nadando hasta donde se encuentra su menor y rodeándolo de inmediato con sus fuertes brazos, orillando a éste a enrollar sus piernas a su cuerpo entero. Tiende a ser bastante ligero y fácil de cargar, pero bajo el agua la tarea se le hace aún más fácil, tan sencillo como elevar una hoja, una frágil hoja... que él está a punto de partir en dos.
Rompen la tensión en cuanto juntan sus labios, creando fuertes chasquidos entre ello y deleitándose el uno al otro. Sin mucho trabajo en realidad, San logra colar su mano bajo la ropa interior del contrario, sosteniendo su miembro e iniciando leves movimientos bajo el agua, escuchando como este gime en sus labios, separándose cada cuanto y volviendo a juntarlos. Mientras que las fuertes manos de Wooyoung sostienen la delgada cintura de su menor, sosteniendo con fuerza y seguro le ha enterrado las uñas a este punto, bajando hasta su trasero y luego regresar al sitio inicial. Se encarga de desamarrar la cinta que sostiene el bañador del chico y tira de estos hacia abajo, haciendo un esfuerzo por mandarlos al demonio para poder follarlo de una buena vez por todas.
— Apóyate ahí — le dice al oído, guiando a San hasta uno de los muros dentro del agua, apoyándose un poco sobre la orilla y esperando.
En cuestión de segundos siente como el miembro de Wooyoung se introduce lentamente a él, con suaves embestidas y tortuosos vaivenes, quizá sea por el agua que el mayor no puede ir más rápido, a un ritmo en el cual le haga ver las estrellas y se permita gemir cuanto quiera pues, solo están ellos dos.
— Más rápido.
— Joder contigo, no puedo, no bajo el agua — gruñe, mientras busca un mejor contacto hacia él y su miembro, tomándolo en su mano y penetrando aún más profundo, pero sigue siendo un ritmo bastante lento para él. — Mierda, San, salgamos.
Acepta la idea, solo porque está demasiado excitado como para que su pudor le impida dejarse ver desnudo y siendo follado a la tempestad de la luz del día.
A la tercera escalera bajo el agua siente su mano ser tomada por detrás, deteniéndose de inmediato y volteando hacia el chico.
— Aquí está bien, — le avisa — ...ahora sí, en cuatro, niño.
Por los próximos minutos, solo siente su vista nublarse por el bendito placer que Wooyoung le permite sentir cada que empuja con mayor fuerza y rapidez dentro de él, permitiéndose gemir como un desquiciado sin temor alguno de que los vecinos le escuchen, y el último grito placentero que deja salir es cuando se siente deliciosamente llenado por el semen del chico mayor, llegando a su orgasmo él seguidamente e intentando regular su respiración.
Seguro gritar tanto hará que su garganta duela mañana...
Just a little bit more...
ESTÁS LEYENDO
♧ 𝐂𝐡𝐢𝐥𝐝𝐡𝐨𝐨𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 - 𝐖𝐨𝐨𝐒𝐚𝐧 ♧
FanfictionConsidérame un enfermo, por enamorarme perdidamente de un niño. ᴡᴏᴏꜱᴀɴ ꜰᴀɴꜰɪᴄ ᴄʜᴏɪ + ᴊᴜɴɢ ꜰᴀɴꜰɪᴄ ♡