Capítulo quince:

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No pudo pegar un solo ojo en la noche entera

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No pudo pegar un solo ojo en la noche entera. No solo por imaginar situaciones pecaminosas junto a su menor, también por escuchar cada cuanto, y sumamente suave, suspiros fuertes provenientes de la habitación a su lado. Su oficina al lado de la habitación de San podría beneficiarle de muchas maneras si es que alguna vez se digna a lanzarse a su plan.

Y no, los suspiros y leves gemidos del menor no le ayudan en lo absoluto a concentrarse.

— ¿Sí? — la puerta siendo golpeada le hace volver en sí, retirando su pícara sonrisa de sus labios y tornándose serio de vuelta. Desconcentrándose al ciento por ciento de su computador, para fijar la vista hacia la puerta, hacia... quién sea que esté ahí.

¿Su mujer? No lo cree, seguro ella duerme cuán bebé por una noche entera.

— Pase — dice, al notar que nadie abre la puerta, sin embargo, siguen golpeando. Se levanta cansado y arrastrando sus pies, gruñe por lo bajo pues a penas y empezaba a concentrarse, eliminando escenas eróticas de su mente, y reteniendo sus ganas de darse auto placer bajo la suave y lejana melodía de gemidos. Quien sea que esté al otro lado, debía aprender a abrir las puertas por su cuenta — Dije pase...

Corta sus palabras, cuando nota a San del otro lado de la puerta. Sin camiseta, por alguna razón que desconoce, pero que adora; y con sus shorts de pijama, sin apartar su mirada fija de sus ojos y caminando atrevidamente hacia adelante, acercándose cada vez más hasta que ambos de encontraron dentro de la oficina.

— ¿Pasa algo? ¿No puedes dormir?

— ¿Tú? No puedo dormirme si sé que hyung está acá... solo — responde de vuelta, tan solo recorriendo su vista de arriba hacia abajo para él y... permitiéndole degustar.

— Me iré a dormir cuanto antes, ve tranquilo.

Lo dice, habla, pero no porque quiera que el menor en realidad se largue. Vamos San, en su interior, Wooyoung realmente desea que te lances a sus brazos sin duda alguna para así empezar a besarse, y así pueda follarte en ese enorme escritorio del cual seguramente acabaría lanzando todo el jodido papeleo que descansa ahí.

— De acuerdo. Buenas noches hyung — sin querer, se ha decepcionado. Porque parece gustarle jugar al difícil.

— Buenas noches — le dice, tocando su hombro para voltearlo hacia la puerta y caminar junto a él, hasta encontrarse ambos fuera de la puerta, donde antes de que el menor se encerrase en su habitación de nuevo, decide hablar. Un último intento — Ah y San... no hagas tanto ruido, me desconcentras acá.

San sonríe, aunque no por vergüenza específicamente. Y aun sintiéndose patético por no haberse armado de valor (mismo que tuvo al dejar su labor para salir de su habitación y tocar la puerta de al lado), abandonó el sitio hasta encontrarse solo bajo sus cobijas. Retorciéndose de mil maneras y por miles de razones.

No es un hueso fácil de roer... habla por él. Y ese paso... ese corto paso, esa delgada línea de vergüenza que se interpone entre él y Wooyoung, no se atreve a cortarla, quizá su mayor sí...

♧ 𝐂𝐡𝐢𝐥𝐝𝐡𝐨𝐨𝐝 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 - 𝐖𝐨𝐨𝐒𝐚𝐧 ♧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora