- ¿Quién...? ¿Quién...? ¿Quién es...?.
[Un recuerdo, un sueño; algo efímero].
- Alguien importante, alguien a quien no debí olvidar... ¡Alguien a quién no quería olvidar!
[Aventurándose con su mejor amiga después de la 'muerte' de su abuelo].
- ¿Qui...
Realmente me excedí con Freya, tenia pensado solamente unas 500 palabras en su escena y pum! cuando me di cuenta ya llevaba 15 hojas
Disfruten el capitulo si es que lo leen completo jsjs y donen su estrella a este pobre ciego.
(Doy inicio a la edición de este cap, espero terminar esta semana :v).
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LET THE GAME BEGIN.
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Me sentía extrañamente cómodo, como si estuviese siendo abrazado por miles y miles de esponjosos conejitos.
En cierto sentido era raro, muy raro. Pero era de las mejores sensaciones que había experimentado en mi vida, formando una poderosa obsesión por este tipo de sensación en mi cuerpo.
Luego abrí los ojos.
Había un plafón blanco, tanto como mi cabello. En el centro estaba un candelabro con diamantes incrustados.
Miré los alrededores, y solo podía describir el lugar como una habitación que usaría la realeza de algún reino lejano.
Era espaciosa, decorada sutilmente en los lugares indicados. Un gran espejo con incrustaciones de plata y rubíes, una mueble de madera desconocida pero elegante, y un jarrón de cerámica sobre la superficie de un buró de cristal.
El jarrón tenía dos hermosas flores, una de color blanco puro y otra púrpura y líneas plateadas pintadas.
"¿Por qué siento que esas flores son representativas...?".
La cabeza me daba vueltas aún después de aclarar mi vista. Traté de levantarme, sin embargo, mi cuerpo pesaba demasiado.
"No, esto es...".
Ya había experimentado esta pesadez. Fue la misma sensación del día después de recibir la confesión de Axela-san. El peso estaba en mi pecho.
-- ....
Bajé la mirada y jalé las sábanas que cubrían mi cuerpo. Ahí estaba Freya-sama, completamente desnuda encima de mí.
Me puse pálido, pero al ser consciente de la suavidad y consistencia de los pechos desnudos de Freya-sama frotándose en mi pecho, lo recuperé en exceso.
Rojo hasta las orejas e inmóvil, así es como estaba. Luego Freya-sama pareció esbozar una sonrisa mientras frotaba su mejilla en la mía.
-- Bell...
Su murmullo sensual me erizó la piel.
¿Como terminé así? Estaba seguro que si uno de los ejecutivos entrara ahora mismo y me vieran, sería cortado a la mitad sin oportunidad de explicarme.
