- ¿Quién...? ¿Quién...? ¿Quién es...?.
[Un recuerdo, un sueño; algo efímero].
- Alguien importante, alguien a quien no debí olvidar... ¡Alguien a quién no quería olvidar!
[Aventurándose con su mejor amiga después de la 'muerte' de su abuelo].
- ¿Qui...
Qué, acaso no lo viste venir? XD Vengo con un pequeño de 9700 palabras!! me he superado!
Bueno, aquí empiezo a narrar mi segunda batalla, la primera fue en donde Bell fue salvado por Ottar, fue corta pero también cuenta. Esta también es corta (me refiero a la pelea), pero un poco más extendida que la del minotauro, creo que me salió bien, creo XD.
*Barrita sacando un capítulo de casi 10 K palabras un día después de publicar uno de 9.5 K palabras*
Barrita: Mi manera es la manera de los dioses XD
Sin más que decir, comencemos.
Nota: Doy comienzo a la edición de este capítulo (10/04/24).
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Que empiece el juego.
X X X
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Día siguiente después de haber recibido 3 almohadas de regazo.
Medio día, el cielo despejado y el sol brillando hermosamente. El bullicio de las calles y el grito de los niños jugando hizo que la ciudad fuera todo menos silenciosa.
Después de madrugar, Bell caminó por la ruta diaria con dirección al calabozo después de recibir el almuerzo de Syr.
Ella parecía querer saber sobre su reciente huida del bar, pero Bell dio una sonrisa tonta mientras decía un "luego lo explico".
Tras cuatro horas de expedición, regresó a la superficie y se encontró con Axela para salir juntos a mirar los puestos de la Monsterphillia. Ella dijo querer ir, y Bell fue incapaz de negarse.
Además, la idea no era desagradable. Él también estaba curioso sobre el evento llamado Monsterphillia, y estaba el hecho de tener una cita con la chica de su interés.
Por parte de Axela, además de querer compartir tiempo de pareja con Bell, se estaba asegurando de cuidar que no se le acercaran mujeres arpías a su hombre.
Ahora los dos caminaban tomados de la mano, petición de Axela con la excusa de evitar perderse entre la gran multitud de gente de llenaba las calles.
Recorrieron los diferentes puestos bajo la mirada de los que pasaban a su lado, especialmente los hombres. Más allá de ver perversamente a Axela, miraban con cierto sentimiento de celos y envidia a Bell, que iba tomado de la mano con una belleza oriental de tal magnitud.
Hasta cierto punto, considerando el cuerpo dotado de Axela y su hermoso cabello negro, recibir tales tipos de miradas era incluso natural.
