Capítulo 36: Arreglando sentimientos.

1.3K 131 191
                                    

Tengo insomnio, así que lo publicaré ahora para matar el aburrimiento que me carcome por dentro. 

Este capítulo es el penúltimo antes de entrar al tan esperado arco de los xenos, claramente todo se va a descontrolar. 

Saben, me llegó la idea de huir de casa XD

No sé, me gustaría irme a un lugar donde nadie me conociera, conseguir un trabajo (restaurante tal vez) y rentar un pequeño cuarto donde pueda leer, escribir, jugar y ver anime/series/ películas y más. 

Una vida tranquila sin que me molesten, sí, definitivamente sería agradable.

Ahora que lo escribo no suena tan loco como en mis pensamientos. 

En fin, disfruten el capítulo mi gente, también quiero celebrar que sin darme cuenta ya tengo 200 seguidores. 

Un brindis por eso 🥂

Hablando de mujeres y traiciones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hablando de mujeres y traiciones...

.

.

.

PARTE 1: JOVEN DERROTADA. 

Sus labios estaban completamente rasgados por sus mismos dientes, su rostro empapado por la gran cantidad de sudor que exudaba, su respiración errática y pesada.

Su mente estaba nublada por el afrodisíaco que Axela le había obligado a tomar junto al vino de soma para acelerar la eyaculación.

Pero Bell había perseverado con su fuerte voluntad de hierro, negándose a "correrse" para evitar que su preciada cama fuera quemada.

Lágrimas corrían por sus mejillas.

Sobreponiendo el dolor ante el placer, siguió mordiéndose los labios que sangraban en gran cantidad para poder aislar su mente en el dolor.

Faltaban 2 minutos para el medio día y Bell seguía soportando contra los suaves y cálidos pechos de Axela.

-- ¡¿Por qué no te vienes?!

La voz enojada de Axela llegó a sus oídos, pero Bell no regresó a mirarla.

Sabía que sí bajaba su mirada hacia ella que estaba masturbándolo con sus pechos, perdería. Fue por eso mismo que no despegó su vista del reloj en la pared frente a él.

Había sido así desde que su tortura comenzó, contando los movimientos de las tres manecillas del reloj.

Cada segundo, cada minuto, cada hora.

Bell se había mentalizado al nivel de trascender el conocimiento humano, entrando en un estado de levitación universal.

-- ¡Es inútil Bell, renuncia a esa cama y cede a mis encantos! ¡¿Cómo es posible que estés soportando casi 5 horas a la estimulación con mis pechos?! ¡Se supone que esta es una técnica definitiva!

Bell Cranel: Buscando un recuerdo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora