Capitulo 11

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Yoongi había esperado intercambiar unas palabras en privado con Jimin antes de que Jang Riley lo encerrase en el cobertizo que utilizaban como cárcel, pero los acontecimientos se precipitaron después de que Seunghyun Doolittle se enteró de que Jimin ya estaba casado. El intrigante hermano de Chaerin se había quedado lí­vido de furia y la emprendió contra Jimin y Yoongi, azuzando a la gente contra ellos. Así que cuando las cosas se pusieron realmente feas, Taehyung y Jungkook lo hicieron subir al caballo y lo alejaron de aquel caos. Yoongi seguía sin asimilar lo sucedido cuando llegó al rancho Park.

Nunca hubiera supuesto que albergaran unos sentimientos tan violentos hacia su marido. ¿Qué habrían hecho los Park en su juventud para haberse granjeado la animosidad de tanta gente?, se preguntó. Regresar casado a Dry Gulch no había ayudado a la causa de Jimin. Seunghyun Doolittle había conseguido provocar en los habitantes del pueblo un salvaje frenesí. Si Jimin hubiera regre­sado a Dry Gulch, admitido haber dejado embarazada a Chaerin y después se hubiera casado con ella, con el tiempo le hubieran perdonado; pero había cometido el imperdonable pecado de con­traer matrimonio con alguien más y ahora todos querían lincharle.

Yoongi se tranquilizó un poco al saber que Taehyung y Jungkook planea­ban proteger a Jimin en todo momento ya que, lamentablemente, parecía la única manera de impedir que hubiera una ejecución ile­gal antes de que el juez apareciera por el pueblo en su periplo ha­bitual. Teniendo tantas cosas por las que preocuparse, Yoongi pasó una mala noche.

A la mañana siguiente, Yoongi entró en la cocina y se sirvió una taza de café que llevó a la mesa para poder continuar con sus silencio­sas meditaciones mientras lo bebía.

Taehyung entró en la cocina.

—¿Qué te parece nuestro rancho? —preguntó a Yoongi cuando le vio.

El día anterior, el joven estaba demasiado exhausto, por lo que apenas pudo hacer otra cosa que dar cuenta de la excelente cena que había preparado el cocinero de los Park antes de irse a la cama. Sin embargo, por la mañana había tenido tiempo de obser­var más detenidamente el hogar de Jimin. En algunas cosas era mejor que Circle F y en otras no había comparación.

—Es impresionante —admitió Yoongi, contemplando a través de la ventana la cima cubierta de nieve de una montaña lejana—. Esta casa es mucho más grande que la mía, pero le falta un toque un poco más femenino.

—Tenemos un ama de llaves que se ocupa de las tareas diarias, pero única persona que vivió aquí después de que se fuera nuestra madre fue el primer esposo de Jimin, y no se quedó ni tres meses. Ha sido un lugar exclusivamente masculino desde que puedo re­cordar.

—Lo siento, no tenía intención de... —dijo Yoongi, temiendo estar resucitando dolorosos recuerdos.

—No te disculpes —dijo Taehyung con severidad—. Mis herma­nos y yo no necesitamos que nos tengan lástima. Pero me gustaría mucho saber cómo es que Jimin y tú habéis llegado a casarse. Conozco bien a mi hermano, y no es de los que se casan.

—Ya te dije ayer que preferiría que fuera Jimin quien con­tara...

—Pero como él no puede hacerlo, me gustaría que me lo ex­plicaras tú.

—¿De qué estáis hablando? —dijo Jungkook cuando entró por la puerta trasera y vio a Taehyung y Yoongi sentados a la mesa.

—Siéntate —le invitó Taehyung—. Yoongi estaba a punto de expli­carme como consiguió pescar a Jimin.

—Esa sí debe ser una historia interesante, no me la perdería por nada del mundo —dijo Jungkook, moviendo una silla con la punta de la bota para sentarse.

Un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora