Un Extra De Café

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Inés es una ejecutiva en coporation alta mar, esta acostumbrada a tener todo bajo control y eso todos lo sabían, todos menos ella...

—Buen día señorita Cardozo. El día de hoy a las 2:00pm tiene una Reunión con el señor Harriet, a las 4:00pm tiene una comida pendiente con la diseñadora Ana Elisa y a las 5:00pm tiene una entrevista para el nuevo puesto, además de que...

Inés no la dejo terminar, por el contrario, la termino callando

—¿dónde está mi café? —alzo una ceja de manera prepotente

—aquí tiene señorita Cardozo

la mujer de cabellos dorados le dio un sorbo y lo esculpió

—¿pero que mierda es esto? le falta azúcar, te he dicho muchas veces cuanta azúcar debes de ponerle, eres una incompetente, créeme que estoy pensando seriamente en despedirte. — se cruzó de brazos y la miro molesta

—lo siento mucho, señorita Cardozo, le prometo que no volverá a ocurrir algo así

—claro que no ocurrirá, porque a tu próximo error te vas de aquí. Ahora retírate

su secretaria y mano derecha se fue de ahí con la cabeza gacha, Inés era una de las mujeres más duras que había en esa corporación, muchos la admiraban y aspiraban ser como ella, sin embargo, había otros que en cuanto la veían, la mataban mentalmente.

la rubia se adentró a su oficina, dejo su bolso en aquel escritorio marrón y se sentó en su sofá

—que puto cansancio. — cerro los ojos y aspiro el olor a naranja que desprendía su oficina, pero como siempre le pasaba, alguien llegaba a interrumpir sus cinco minutos de paz

—Inés. — Harriet entro y abrazo a la esbelta mujer

—Hola Harriet. — se deshizo de su abrazo incomoda -pensé que te vería hasta las dos de la tarde. — frunció el ceño confundida

­­—si bueno, pero quise adelantar la Reunión, tengo que viajar justo a esa hora y se me hace bastante difícil quedar contigo

—vale

—pues bien, Francisco me comento que se quieren asociar

—así es

—yo quiero asociarme con ustedes. — hablo el ojiazul

Inés soltó una carcajada

—tú estás loco, en serio

Harriet frunció el ceño

—¿por?

—vamos a ver Harriet, tu corporación tiene mucho menos ingresos que los nuestros y ni hablar de los fondos, ustedes viven de fiestas benéficas y está bien, yo no juzgo, pero nosotros estamos buscando algo más grande, no sé, un pez gordo

—¿a qué te refieres?

Inés suspiro pesadamente y viro los ojos, otra de los motivos por lo que no quería asociarse con el pelinegro era eso, que era un idiota y muy lento

—me refiero a que buscamos una corporación grande, que tenga ingresos por negocios grandes, no por fiestas, así funciona esto querido, gracias, pero no gracias

el pelinegro boqueo un par de veces y pestañeo sorprendido

—o sea que me estas mandando a la mierda

la rubia se encogió de hombros

—¿eso es un sí?

Inés asintió

—pff si es que yo sabía que eras una perra, pero no a tal grado

—mira, te pediré que te retires. — hablo fría

CUANDO ME ALCANCE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora