Yo Caería Por Ti

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Después de aquella cena, Inés y Luz regresaron al hotel en completo silencio. No estaban molestas, pero si muy cansadas. Inés se arrepintió por arrastrarla a ese ambiente tan tóxico en el que se movían los periodistas y los medios, pero ya lo había hecho y no podían hacer nada para solucionarlo.

Al día siguiente Inés bajo a recepción a desayunar, no le había avisado a Luz, necesitaba estar sola y gestionar todo a su manera. Mientras desayunaba le llegaron mensajes de Camila.

Camila
Me puedes explicar como es que Luz es tu novia??????

Inés
Es algo que no planee, solo surgió

Camila
Me estas diciendo que su noviazgo es una farsa?

Inés
Si, no pensé lo que dije, solo sucedió


Camila
Entiendo, igual no pasa nada, digo al final las parejas terminan rompiendo. Aun así, la otra vez no me contestaste. ¿La quieres?

Inés bloqueo el teléfono y tomo un sorbo de café, sus manos comenzaban a sudar. ¿Quería a aquella niña?

Inés
No se... No lo creo, me cuesta mucho trabajo querer a alguien, pero con ella todo es diferente. Oye ahora que recuerdo, estoy molesta contigo

Camila rio

Camila
Ya perdoname, sabes que no podemos estar sin hablar y a decir verdad te extraño mucho. Por cierto, vi sus fotos, las redes están ardiendo. Luces preciosa cuando sonríes

Inés
Tenía mucho que no sonreía así, también lo note

Camila
Creo que Luz te hace bien, no la cagues por favor. Tengo que dejarte, un beso

Inés volvió a tomar un sorbo de café y releyo la conversación con su amiga. ¿La quería? ¿Cómo iba a querer a alguien que apenas conocía?.
La mujer estaba tan encimismada en sus pensamientos que no vio llegar a un par de niñas que se acercaron efusivas a saludarla.

—señorita Cardozo. — las niñas saludaron al unísono y sonrieron emocionadas —mi mamá es fanática suya, tiene todas sus revistas y nosotras también somos sus fans. De grandes queremos ser como usted. — habló la niña más pequeña

Inés les sonrió con dulzura

—¿en serio? ¿Quien es su mamá?. — dijo Inés buscando a alguna mujer mayor

Las niñas señalaron a una mujer que se encontraba de espaldas a ella, así que la mujer de cabellos dorados beso la mejilla de ambas niñas y las abrazo, también les agradeció que fueran fanáticas y les dijo que de grandes serían mejor que ella. Inés se acercó a la madre de las nenas y tocó su hombro cuidadosamente, la señorita al voltear casi se cae de la silla al ver quien la llamaba

—señorita Cardozo. — habló sorprendida e incrédula la castaña

—hola. — habló con su típico porte frío —traje a tus hijas hacia ti, me di cuenta que no sabias que se escabulleron. ¿Así que tienes todas mis revistas?

La madre se sonrojo y asintió

—la admiro mucho

—gracias. — sonrió —tus hijas quieren ser como yo— miro a las pequeñas

CUANDO ME ALCANCE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora