Las semanas siguieron pasando con normalidad, Luz viajaba cada vez más e Inés estaba cansada de todo, no de los viajes de su esposa, sino de la vida en general. El comportamiento de la pelirroja había cambiado y eso todos lo notaron, la empresa volvía a ser ese lugar frío, callado y temeroso, los empleados volvían a ser como soldados o robots que solo siguen órdenes.
Jessica, la pequeña niña era quien le daba un poco de vida a Inés.
Cuando Luz llegó a casa, su hija fue quien la recibió primero, la abrazo y le dijo lo mucho que la extrañaba, su esposa estaba recostada en el sofá y solo se incorporó un poco para musitar un débil "hola", Luz se extraño por aquello, pero lo dejo pasar.
La hora de la cena fue en completo silencio, el ambiente estaba tan tenso que podía cortarse con un cuchillo—¿estas bien?. — preguntó Luz mientras se acercaba a su esposa
—si
—¿segura?
—si mocosa. — sonrió –estoy perfectamente bien, solo he tenido un poco de presiones y no se como sobrellevar ciertas cosas de la empresa
—lo harás bien, Mi amor, tu puedes con todo
—ojala poder con todo
La mesa quedó en silencio, la niña se había quedado dormida viendo videos en el celular de Inés, así que la pelirroja se levantó de la mesa, cargo a su hija y la llevó a su recamara. La arropo con las sábanas y beso su cabeza
—Te amo Jessi, te amo con mi vida entera, perdoname. — las lágrimas quisieron salir, pero no lo hicieron, antes de salir de la habitación de su hija, la abrazo con fuerza
Luz se sentía rara, algo no estaba bien y eso ella lo sabía, así que subió a la habitación con su esposa, quien se estaba desnudando
—¿que pasa?
Las ojeras de Inés eran cada vez más pronunciadas, cada día estaba más delgada y sus ojos se volvieron a apagar
—nada cariño. —la tranquilizó
—algo te pasa, Inés, dime que te esta sucediendo
—no pasa nada, Mi Luz, estoy cansada es todo. — le dio la espalda
—puedes decirme lo que sea, ¿lo sabes no?. — la joven se acercó a su esposa y la abrazo, Inés cerró los ojos y disfruto el contacto con su mujer
—hazme el amor. — le pidió Inés —hazme el amor. — repitió
No hicieron falta más palabras, Luz acarició cada poro del cuerpo de su amada e Inés sintió que le tocó el alma. La pelirroja se entregó en cuerpo y alma a su mujer, ella también le hizo el amor como nunca antes, aquella vez fue distinto.
Como era costumbre, Inés acariciaba la piel de Luz, quien se había quedado dormida, la diferencia fue que esta vez si la despertó
—¿que pasa?. — cuestionó Luz con voz ronca
—te amo, Mi Luz, solo eso.— beso su cabeza y se quedó ahí, la ojiazul cerró los ojos
—¿con todo el corazón?
—con todo el corazón, Mi amor, jamás lo dudes
—nunca lo he hecho. — Luz volvió a caer en los brazos de morfeo
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—mamá. — la niña llorando zarandeo el brazo de Luz
La ojiazul abrió lentamente los ojos y se encontró con su pequeña a lado de la cama
—mami no está. — hizo un puchero y comenzó a sollozar
Luz se extraño por aquello, se levantó y abrió las persianas, aún seguía obscuro, frunció el ceño y reviso la hora, 4:30am.
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CUANDO ME ALCANCE LA VIDA
RomanceElla odia el café con mucha azúcar, pero ella lo ama Ella es fría como el hielo, pero ella es el sol Ella es invierno y ella primavera Ella es experimentada, seria y controladora, mientras que ella es todo lo contrario. Ojalá le hubieran advertid...