Fine Line

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—señorita, aquí esta su café. — habló con voz melosa su secretaria

Inés la ignoro, ni si quiera la miro. La muchacha se sonrojo por haber sido ignorada y salio de la oficina a pasos rápidos.
Camila estaba desconcertada, desde que Inés despertó no habló, la francesa estuvo haciendo bromas en todo el desayuno, incluso le contó que había perdido a su gato en Francia, pero ese día parecía no darle gracia ninguna broma a la rubia, así que la francesa simplemente se rindió. Cuando Inés salió de casa no se despidió de su amiga, como siempre lo hacía, sino que se fue, se monto en su coche y se fue más rápida que ocho rápidas.

Al llegar a la corporación todo el mundo la saludo, lo cual era extraño ya que nunca la saludaban y ella tampoco se dignaba en hacerlo.

Luz, tan oportuna como siempre, llego a la corporación muy feliz, la noche anterior había sido maravillosa para ella, un poco extraña, pero había disfrutado de la compañía de Inés y de Camila.

—hola. — saludo Luz a Valeria, la secretaria de Inés

—¿hola?. — frunció el ceño la secretaria

—vengo a buscar a la señorita Cardozo, tengo una cita para hoy

—pasa, ya sabes donde es

Luz asintió y agradeció antes de adentrarse al elevador, pulso el botón 11 y el elevador comenzó a andar. Mientras llegaba se puso a silbar alguna canción que se había inventado.
En cuanto llegó al piso donde se encontraba la oficina de Inés, comenzó a ponerse nerviosa y como siempre lo hacía, comenzó a jugar con sus manos. Tocó la puerta y nadie contestó, lo que se le hizo extraño, así que simplemente pasó

—hola Inés. — saludo Luz animada

La rubia no la miró y tampoco le habló, la ojiazul frunció el ceño

—hola Señorita Cardozo. — probó nuevamente

Nada

—venía por lo del trabajo

Por fin alzó la mirada y lo que luz vio en los ojos de Inés, no le gustó nada

—ve con Valeria. — murmuró con la voz ronca

—¿quién es valeria?

—la secretaria

—¿estas bien?. — se preocupo la menor

Inés no contestó, solo fijo su mirada en el ordenador

—¿puedo ayudarte en algo?

—sal de mi oficina mocosa, dejame sola. — habló con voz fría

Luz se estremeció por el tono de su voz, sin embargo se quedó ahí de pie. Inés, quien ese día no tenía ni una pizca de paciencia, llamó a su secretaria. En cuanto  la chica se presentó en su oficina, la rubia le pidió de mala gana que sacara a Luz de ahí y que le avisaran la próxima vez cuando alguien solicitará verla.
Cuando Valeria y Luz salieron, Inés se levantó de su asiento y cerró la puerta con pestillo, nunca hacía eso, pero aquel día no permitiría que ni si quiera Camila hiciera su aparición triunfal. Necesitaba estar sola.

Se sentó nuevamente y resolvió los trabajos pendientes que tenía, las horas comenzaron a transcurrir, lentas y agonizantes como era costumbre.
En cuanto dieron las 11 de la noche, Inés decidió que era suficiente. La mayoría de sus empleados ya se había ido, la unica que estaba ahí era Valeria y Luz.

—¿que haces aquí?

—aquí trabajo señorita

—te estaba esperando

Hablaron al mismo tiempo ambas mujeres y rieron, Inés suspiro mientras fruncia el ceño y seguía caminando, dejando atrás a ambas, quienes se lanzaron una mirada confundida

—te dije que te fueras Luz. — habló dura

—necesitaba hablar contigo. — la muchacha caminaba a pasos rápidos tratando de alcanzar a Inés, quien por ser un poco más alta que ella era más ágil y rápida.

La rubia la ignoro, así que Luz siguió hablando

—se que no estás bien, no me gusta eso

Inés detuvo sus pasos, cerró los ojos tratando de mantener la calma y la miró, nuevamente Luz vio aquellos ojos verdes vacíos.

—¿Quien te crees que eres? ¿Mi mamá?. — rio con sarcasmo —te acostaste conmigo, hablamos de mi difunto marido y mi hijo, hicimos todo eso y quizás más que no recuerdo, pero no eres nadie en mi vida. Nadie, Luz, así que te pediré amablemente que dejes de tocarme los putos ovarios y dejes de meterte en asuntos que no te corresponden.

—pero...

—callate, callate, callate, no hables, no respires cerca de mi, guárdate tus comentarios y por favor dile a Camila que se vaya a la mierda y acompañala de paso. — comenzó a caminar rumbo a su auto y Luz la siguió, no entendía nada

—¿que te hice? ¿Que te hicimos?. — dijo confundida

La rubia la ignoro, subió a su auto y arrancó el motor, Luz solo alcanzó a hacerse a un lado

—al parecer tu y Camila son amiguitas, pero se pueden meter por el coño su obra de caridad, ¿crees que no se que tratan de repararme? ¿Por qué mierda te metiste en mi vida?. — habló con desesperación —yo no caeré en esto, no caeré Luz. — suspiro cansada y pasó su mano por su cabello —si te queda tiempo dile a Valeria que te de tu contrato, mañana comienzas a laborar. Se separar lo profesional con lo personal. Buenas noches. — arrancó el auto y se fue a casa

Luz se quedó en medio del estacionamiento, confundida, perdida y desorientada

¿A que se refería Inés al decir que no caería?

¿A que se refería Inés al decir que no caería?

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CUANDO ME ALCANCE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora