Una Historia Mal Contada

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Camila se dirigió hacia la cafetería en donde trabajaba Luz, si bien sabía que no debía de contactar con ella, en esta ocasión era necesario. Los tacones de la francesa resonaron por toda la cafetería, la mujer era de aquellas que siempre pisaban fuerte en donde estuvieran.

Luz, quien no se había percatado de su presencia, siguió trabajando con normalidad, no fue hasta que la mujer la interrumpió.

—hola. — dijo un poco más alto de lo normal

Luz sonrió

—hola

—¿que tal?

—¿bien y tu?

La francesa suspiro y Luz sospecho que le pediría un favor y viró los ojos

—¿por qué haces esa expresión?. — pregunto la francesa con el ceño fruncido

—¿cuál?

—viraste los ojos

Luz suspiro

—vas a pedirme un favor ¿cierto?

La francesa sonrió con culpa y asintió

—estoy trabajando, salgo en una hora, no se que clase de favor sea, pero no lo haré

—es sobre Inés

—aja

—¿has investigado algo de ella?

Luz negó con la cabeza, estaba mintiendo. Camila suspiro y le conto sobre el aniversario de su esposo y su hijo, al terminar Luz acabo aceptando

—está bien, pero no haré nada más por ti. — la señaló con el dedo y lanzó el trapo con el que estaba limpiando a algún lugar de la gran barra que había

—no es por mí, es por ella, en realidad estas haciendo por Inés, no por mi

—como sea, acabando mi turno te veré afuera

—esta bien

—vales oro. — dijo la francesa

Luz negó con la cabeza y suspiro fastidiada, se rasco el puente de la nariz en señal de nerviosismo y siguió con su trabajo

—señorita, ¿conoce a usted a la joven que acaba de salir?. — un periodista se acercó sigiloso a Luz, quien al ver su grabadora "escondida", solo negó y se fue del otro lado de la barra, encarando así a aquel reportero entrometido

—¿por qué le interesa saber?. — inquirió sin una expresión en su rostro

—es una persona importante en los medios de comunicación

Luz soltó una risa y dejo parado a aquel hombro, quien al ver la acción de la muchacha solo frunció el ceño confundido y se iba del lugar.
El jefe de Luz, quien también era su papá, le ordenó amablemente que siguiera con su trabajo y la joven culminó sus labores.
Al terminar, tomó su abrigo de cuadros y un gorro, salió de la cafetería resoplando por el frío y se unió al encuentro de Camila, quien a diferencia de ella, llevaba un saco que al parecer era muy delgado. Luz siempre se preguntaba como era que las personas trajeadas nunca tenían frío.

—es noche. — soltó Luz para romper el silencio

—si, hace bastante frío

—no entiendo como es que no estas temblando, digo, ese saco parece bastante... Mmm como decirlo, bastante simple. — se encogió de hombros y sonrió de medio lado

—me muero de frío, pero soy vanidosa. — le devolvió la sonrisa

En cuanto las mujeres se adentraron a la corporación, la secretaria de Inés reviso a Luz, para descartar que tuviera algún arma punzo cortante o algo que pudiera dañar a la mujer. A la joven secretaria se olvidó avisar a su jefa que pasarían a verla.
Luz entró a la oficina de Inés, quien se encontraba con una botella de vino rosado cantando alguna canción de Billie Eilish y llorando como una chiquilla, estaba demás decir que se encontraba muy ebria

CUANDO ME ALCANCE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora