Primera Vez

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Pov Inés

Iba caminando en el super mientras mi novio, prometido o casi esposo hablaba, sinceramente no sabía cómo llamarlo. No le prestaba mucha atención, nunca me he sentido especialmente feliz a su lado.

—¿me estás escuchando?. — reclamo, mientras frenaba sus pasos. Suspiré y fingi una sonrisa

—no

—Inés, este trabajo es muy importante para mí. Quiero saber si cuento contigo

—cuentas conmigo. — musite.

Acto seguido, me puse a revisar pepinillos, amaba el sabor de los pepinillos. Aunque había mucha variedad, habían unos en especial que me resultaban deliciosos, eran de una marca mexicana. Mientras revisaba, una chica tropezó conmigo, haciendo que me tambaleara y tirara al suelo un par de cosas. Por suerte, los peinillos estaban a salvo

—lo siento, perdón, yo... yo no estaba viendo, lo siento mucho. — se agacho para recoger las cosas

Vire los ojos y resople con frustración, me sentía muy estresada

—eres bastante torpe, un poco idiota en realidad. Bastante idiota. — dije mal humorada

—no hay necesidad de ser grosera. — alzó su rostro, mostrándome una mueca de desagrado. Pero eso fue en lo que menos me fije

Sus ojos eran tan profundos como el mar, eran azules, un azul electrizante, atrayente, un color único y que, sin duda alguna; no podría olvidar jamás

—ya. — chasquee la lengua y salí de mi encimismamiento

—soy Luz. — extendió su mano y la estreche, en esta ocasión, sin ser grosera o soberbia

—Inés, un gusto, pequeña torpe. — le sonreí de medio lado

—siento mucho esto... yo no, yo no me fije

Levante mi mano en señal de que guardara silencio

—esta bien, no pasa nada. — volví a sonreírle

—fue... fue un gusto Inés. — me mostró su perfecta sonrisa mientras se despedía. Dio media vuelta y siguió con su camino

—¿Quien era esa chica?. — preguntó mi "novio"

—no lo sé, se tropezó conmigo por accidente. — le hable con fastidio

—estas insoportable

—nadie te obliga a soportarme, ni a estar conmigo. Digo, por si quieres retirarte

—mal agradecida

Vire los ojos y seguí con mis compras, mi "novio" no se iba. Me parecía imposible, era una persona que me sacaba de quicio con solo respirar. Ni si quiera estaba segura de sí sentía amor por él.
Cuando termine de hacer mis compras, nos montamos en el coche para irnos a casa. Prendí la radio y deje que mis oídos se inundaran de la música. Cerraba de vez en cuando los ojos y en mi mente, la mirada de Luz estaba presente. Jamás había visto unos ojos tan bonitos y jamás me sentí atraída por alguien a primera vista.

—¿en que piensas?

—en nada

Cuando llegamos a casa, me encerré en la habitación, me senté en el escritorio y saqué una pequeña libreta en donde comencé a escribir frases al azar. Pero bien sabía que, cada pequeña frase que salía o cada párrafo, iban dirigidas a aquella chica de ojos azules.

"brindó por ser tu fiel destino"

"la vida está tan de nuestro lado"

"un elixir a mis heridas"

CUANDO ME ALCANCE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora