No Juegues Con Fuego

6.1K 481 82
                                    

Valeria se encontraba nerviosa, no dejaba de mover el pie y de salir a fumar cada que podía.

—¿estas bien?. — Luz se preocupo al verla tan ansiosa

—si si. — soltó sin voltearla a ver, lo cual era raro, ya que Valeria es de esas personas que necesitan a fuerzas el contacto visual

—¿por qué no me miras?

—qué va, si lo hago. — la miro de reojo

—Valeria. — habló con todo de advertencia

—cuando... Cuando yo iba llegando a la oficina de Inés, yo... Yo escuche... Escuche unos gemidos. — carraspeo —no... No me hagas caso, yo ufff, tiene no sé, un año quizás o mas que no tengo sexo. Es mi imaginación. — sacudió su cabeza, como si aquello fuera suficiente para borrar esos pensamientos

Ahora fue el turno de la ojiazul de ponerse nerviosa

—probablemente si fue tu imaginación. — soltó una risilla por lo bajo, obviamente estaba mintiendo. —pero ¿por qué te avergüenzas?

—yo... Ammmm es complicado. — hizo una mueca y Luz frunció el ceño

—¿el que?

—pues ammm, si te digo, ¿prometes guardar el secreto?

Luz asintió

—me gusta la jefa. — soltó rápido

—¿y?, es normal, digo, puedo apostar que a todo el mundo le gusta la jefa, es preciosa

—es que no es todo, yo... Tengo fantasías con ella

La ojiazul abrió los ojos con exageración y trago saliva de manera audible

—¿en serio?

Valeria asintió

—yo... Joder que vergüenza. — se tapó la cara con sus manos

—¿por qué vergüenza?, digo, todos hemos fantaseando alguna vez con alguien. Yo en el instituto llegue a fantasear con mis profesores. — Luz rio y Valeria la miró como diciendo "no sólo es fantasía"

La ojiazul entendio esa mirada y volvió a abrir los ojos con exageración, sus expresiones eran muy extrañas

—¿te has... Te has masturbado pensando en ella?. — habló sorprendida, la joven sentía que su corazón se saldría del pecho y no sabía muy bien por qué

Valeria asintió sonrojada y agachó la mirada

—yo no sé, es que si tu te acostaras con ella te odiaría, supongo que me daría envidia. — confesó

"si supieras" pensó Luz y mentalmente se dio una bofetada

—no va a suceder eso. — mintió, Luz sabia que habían follado como conejas hace un tiempo y no podía sacarse esa noche de la cabeza, ni decir del momento de la oficina

—supongo. — se encogió de hombros Valeria —tengo que ir a trabajar

Ambas mujeres se levantaron del lugar en donde estaban y al darse la vuelta, se encontraron con Inés de frente, con una expresión indescifrable, como toda ella. Valeria parecía la paleta de colores, entre morada, roja y más blanca que un papel, un color se le iba y otro se le venía. Inés miró sus largas y negras uñas con vanidad y sonrió chulesca

—que interesante saber sus fantasías obscuras con su jefa, señorita Valeria. — alzo las cejas burlona

—compermiso. — La secretaría comenzó a caminar a paso veloz, pero Inés la llamó

—Valeria.

La joven volteo y regresó frente a ella, la rubia se inclino y le susurro al oído "quizás tus fantasías se pueden hacer realidad", le guiño un ojo y siguio su camino, dejando así a Luz y a Valeria confundidas

—¿que te dijo?. — se interesó Luz, una sensación de molestia se estaba instaurando en su pecho

—que... Que se podrían hacer realidad mis fantasías. Madre mía, moje mis bragas. — sonrió —haré mi trabajo, te veo después Luz

La secretaria desapareció y dejó a Luz sola, la muchacha frunció nuevamente el ceño, últimamente fruncir el ceño era lo que hacía con frecuencia. Se dirigió a la oficina de Inés y entró sin tocar

—¿que carajos fue eso?. — reprochó

Inés alzó una ceja y se cruzó de brazos mientras se recargaba en su silla

—¿usted cree que así se le debe de hablar a su jefa?

—no me jodas, estuviste a punto de meterme los dedos y no precisamente para vomitar, ¿por qué le dijiste eso a Valeria? ¿Que quieres probar?

—dulce Luz, aun tienes que aprender muchas cosas. — la mujer mayor se levantó de su asiento y la encaró, como lo hizo momentos atras con Valeria, se inclino y susurro en su oreja —quiero saber tus puntos débiles y jugar un poco. Aunque querida, tu estas jugando con fuego y te puedes quemar. — mordió el lóbulo de su oreja y comenzó a dejar pequeños besos cerca de esa zona, después comenzó a besar su cuello y a lamerlo

—me gusta tener el control de todo. — ronroneo —incluso a la hora de follar. —mordisqueo su cuello y bajó un poco más, hasta llegar a su escote —en este juego yo soy la vida, la vida te folla a ti, no tu a la vida

La rubia introdujo su mano en los pantalones de Luz y comenzó a hacer círculos en su parte íntima, la ojiazul comenzó a jadear

—gime mi nombre. — ordenó Inés, mientras que comenzaba a introducir un dedo en su intimidad. Luz, como momentos atrás lo hizo, se sostuvo de sus hombros, sentía que caería en algún momento

—Inés. — gimió la menor —más. — pidió

—¿más que? ¿Que quieres que haga?

—joder. — gimió un poco más alto al sentir que Inés la estimulaba e introducía otro dedo

—quiero que me folles. — dijo —follame, por favor

Las pupilas de Inés se dilataron, a tal grado que sus ojos verdes se hicieron negros y Luz no supo muy bien si eso debía de darle miedo o excitacion. La jefa por primera vez, inconscientemente, recibió órdenes y las acato, lo hizo de manera perfecta y lo supo cuando Luz tuvo un orgasmo.
La rubia sacó la mano de los pantalones de la menor y lamio sus dedos

—deliciosa. — la miró a los ojos y la ojiazul sintió que tendría otro orgasmo con esa imagen. Se abrocho su pantalón, acomodo su ropa y su cabello y suspiro

—ahora vete

Luz dio media vuelta y antes de salir, Inés habló

—Luz, recuerda no jugar con fuego si no quieres terminar ardiendo

La menor salió con las piernas temblorosas y a Inés se le formó una sonrisa

Inés: 1
Luz: 1

Inés: 1Luz: 1

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CUANDO ME ALCANCE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora