-Alice es una chica huérfana con muchos secretos por revelar, alguien a simple vista diría que es adorable pero en el momento que hagas algo que no debiste, te arrepentirás de haberlo hecho...ella lleva el número 𝟖𝟒𝟏𝟗𝟒 en el cuello, y se conoce...
—No...no los culpe para desahogarme, no me da rabia que me consideren inútil, sino haberles hecho mentir. No pude hacer nada por Conny y los demás—Dijo empezando a sollozar—Soy ignorante e impotente, me da rabia saber que realmente soy un inútil—Dijo para romper en llanto—me da rabia...quiero hacerme fuerte—.
—Y lo puedes ser Don—Dijo una voz detrás de ellos.
—Alice...—Murmuraron Don y Gilda.
—¿Estas bien? ¿No te lastime? Lamento lo de hace rato—Se disculpo la pelinegra.
—Si...no te preocupes, aunque ¿como rayos aprendiste a hacer eso?—Pregunto Don.
—¡Don, Gilda!—Se escuchó la voz de Emma acercarse—Lo siento, no entendía nada. Me prepare para que me odiaran, pero no para confiar en ustedes—Se disculpo ahora la pelinaranja.
—Nosotros también lo sentimos—Siguieron Norman y Kaori haciendo una reverencia.
—Yo siento haber intentado golpearlos ¿están bien?—Pregunto Don.
—Estamos bien—Respondió Norman.
—Perdón por actuar por nuestra cuenta—Se disculpó ahora Gilda.
—Si, es normal que se enojaran—Siguió Don.
—Lo sentimos mucho—Terminaron de disculparse Don y Gilda.
—Vamos, Ray—Habló Alice.
—Ya basta, si pasa algo...yo lo solucionaré, yo también lo siento—Se disculpo.
—Don, Gilda, no más mentiras. Se los preguntaré de nuevo, podríamos morir, y el mundo exterior talvez sea horrible, pero aún así ¿quisieran venir con nosotros?—Continuo Emma.
El moreno y la peliverde Intercambiaron miradas para luego decir:
—¡Por supuesto!—.
En eso Alice y Ray se exaltan y Kaori lo noto así que se acercó.
—¿Que pasa?—Pregunto la menor.
—¿Sintieron eso?—Pregunto la pelinegra.
—Si—Respondió el azabache.
—¿Sentir que?—Pregunto confundida Kaori hasta que vio como Alice le hacía una seña y entendió—Ay no...—.
Después de eso todos se fueron a dormir, una pelinegra se encontraba moviéndose mucho en su cama haciendo que un azabache se despertara y la viera. La pelinegra se movía mucho, pues estaba teniendo una pesadilla.
—¡Hola!—Grito una niña de 5 años saliendo de arriba del árbol.
—¡Wah! Alice, me-me asustaste—Dijo un niño pelinegro tartamudeando un poco.
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