𝐄𝐬 𝐔𝐧𝐚 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚... || 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜 𝐓𝐏𝐍

• 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑 •

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Los 2 de cabello azabache salieron de unos arbustos exaltando a Emma y a Norman.

—¡Chicos!—Dijeron el albino y la pelinaranja al mismo tiempo.

—Perdón, los seguimos—Hablo apenada Alice.

—Algo nos ha estado intrigando, así que pensamos venir a preguntarles, ¿qué pasó en la reja esa noche? ¿Y de que no quieren que Alice se entere?—Pregunto el azabache cruzándose de brazos.

—¿Mmm? ¡Apoyó su relación!—Dijo Emma giñando un ojo y haciendo un like con su mano.

—¡No estamos en ninguna relación!—Contestaron los 2 azabaches sonrojados.

—¿Entonces puedo salir con ella?—Pregunto retador Norman.

—Ni se te ocurra—Contesto abrazando a la pelinegra del cuello juntando sus mejillas a un costado de ella.

—¡Que hermosa pareja!—Dijeron.

—¡Que no somos!—Reprocharon los pelinegros.

—Bueno, bueno ¡ya basta! Estábamos hablando de ustedes, cuando fueron a dejarle Little Bonny a Conny claramente actuaban raro y volvieron con las manos vacías diciendo que no llegaron a tiempo—Volvieron al tema, dejando a un lado el tema que no querían mencionarle a la pelinegra.

—Que buen ojo...—Murmuro Norman, pues Ray los tenía abrazados del cuello dejándolos sin habla.

—Está claro que algo pasó, así que si tienen que decirnos algo ¡suéltenlo!—El azabache ajustó más su agarre.

—Ray también es muy listo—Decía Emma con una expresión divertida.

—Tan acertados como siempre—Siguió el albino igual que Emma.

Después de eso les contaron sobre los demonios y lo que había pasado con Conny anoche.

—¿Demonios, una granja...?—Murmuraba Alice.

—¿Nos crían para comernos?—Hacía lo mismo Ray.

—¿Y mamá es el enemigo?—Dijeron ahora al unísono.

—Eso no suena bien—Dijo el ojiverde.

—¿Entonces por eso estabas rara?—Pregunto Alice "preocupada" mirando el suelo dirigiéndose a la pelinaranja.

—Si...—Contestó poniendo su mano en su cuello—Espera- ¿Nos creen así de fácil?—Pregunto confundida.

—Claro, Norman no inventaría una mentira tan tonta, contigo sería otra cosa—Hablo Ray a lo que Alice soltó una risa..

—Ay...—Hizo.

—Entonces, tenemos varios problemas si queremos escapar, en primer lugar el número de niños, si lo reducimos a quienes pueden lograrlo—Interrumpieron a Ray.

—¡Espera! Quiero escapar con todos, ¡por favor, ayúdennos!—Dijo la pelinaranja.

—¿Todos? Somos 38, la mayoría son menores de 6 años, demonios, rastreadores. ¿Se dan cuenta de que están haciendo un plan que de por si ya es difícil, más difícil?—Hablo el azabache.