Capítulo 3.

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"Pero a veces las cosas que son tan claramente obvias, sobre las personas que nos rodean, sobre nuestros seres queridos, sobre nosotros mismos, son precisamente las mismas cosas que elegimos ignorar".

Luego de escuchar el timbre de la puerta, salí disparada a la misma. Al abrir me encontré con dos chicas, una vestida completamente de negro y otra totalmente diferente, con un aura dulce y amable.

--Hey--saludé sonriente, abriendo aún más la puerta para que puedan entrar.

--Si paso menos de dos días sin verlas de nuevo lloraré--dije entrando a la sala y las dos chicas se sentaron.

Jead se acercó a mí, su falda rosa se movía con cada paso.

Su voz fina se hizo presente en mis odios.

-¿Ya tienes el número de Luke?--preguntó con los ojos llenos de deseo, pero desafortunadamente negué con la cabeza y con ganas de tirarme al suelo.

Ella hizo una mueca, y fingió llorar. La chica de las tinieblas, es decir una de mis dos mejores amigas; Emma, acomodo su cabello oscuro mezclado con verde musgo y me miro con expresión divertida.

--¿Cómo esta Sarah? me habría encantado ver su cara al ver a Harry.

Reí.

--Estaba petrificada.

Alzó una ceja--¿Enserio? yo estaría en coma si alguna vez conozco al Rubius--Comento mirando a la nada.

--¿Quieren verlo?--pregunté de la misma forma y las dos chicas asintieron lentamente--¡Harry!--llamé, pero no hubo respuesta alguna--¿¡Harry!?—llamé por segunda vez. Hice una muca y suspiré suave--Puede ser que este con Katlyn en su coito.

--Seguro está atado a la cama--comentó Emma y reímos.

--Vamos a la cocina, me muero de hambre--propuso Jead hacia la misma.

--¿Cómo están?—preguntó mi madre a mis dos amigas al verlas entrar.

--Bien--dijo Emma y Jead le dio un codazo.

--Bien, Carol--Contesto más educadamente Jead.

Las chicas se sentaron en las banquetas y busque un poco de Sticky Toffe en la nevera, y un poco de helado, pero solo conseguí el helado.

--¿Mamá, sabes donde esta lo que preparó Harry?--pregunté extrañada, y ella a duras penas lo saco el bizcocho de unas de las gavetas.

Luego de dármelo, me dio un beso en la mejilla y se alejó de mí, para saludar a mis amigas, sin antes Jead preguntar:

--¿Sabe dónde está Harry?--

Mi madre abrió la puerta de la cocina --Se fue temprano a Londres, tenía algo que hacer, vuelve mañana, cuídate y cuida a Chris, volveré en la tarde--explico dando un portazo.

Lo que pasa cuando te despiertas al medio día.

Aturdida por la información asentí sin su vista.

--Casi deja la puerta giratoria--murmuró Jead.

Cuidadosa les entregué un plato para que puedan degustar y compartir un pedazo del bizcocho con su respectivo helado. Las dos chicas atacaron su plato e hicieron muecas de orgasmo. Sonreí, les gustó.

--¿Harry hizo esto?--gimió Jead con su boca llena de helado, y asentí riendo.

--Santa mierda, lo quiero en mi casa--agregó Emma masticando—No es un deseo, es una afirmación.

Small Details |H.S| ✘ EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora